Málaga

Málaga es una de las provincias menos racistas y homófobas de España. Lo dicen los datos oficiales y lo dicen los representantes de varios colectivos con los que ha hablado este diario. Eso no quiere decir que no haya conductas impropias e insultantes, que las hay a diario, pero la inmensa mayoría de ellas acaban sin ser denunciadas, por lo que pasan prácticamente desapercibidas. 

A la hora de hablar de datos oficiales, uno de los informes más importantes es el relativo a los delitos de odio cometidos en España y en cada una de sus provincias. El último publicado corresponde a 2021 y señala que en España se denunciaron 1.802 delitos de odio, lo que representó una tasa de 3,8 por cada 100.000 habitantes. En Málaga fueron 28, con una tasa del 1,65 por cada 100.000 habitantes, menos de la mitad de la media nacional. 

Málaga es, afortunadamente, una de las provincias más tolerantes con el prójimo, al menos, en relación con el número de denuncias presentadas. De las 28 infracciones penales registradas por el Ministerio del Interior, una fue por antisemitismo, tres por creencias religiosas, nueve por la orientación sexual, cinco por racismo o xenofobia, dos por ideología y tres por discriminación por sexo o género. 

En Guipúzcoa, por ejemplo, donde viven un millón de personas menos que en la provincia de Málaga, se denunciaron 83 delitos de odio -la mayoría por racismo- y tienen una tasa de 11,4 por cada 100.000 habitantes. Las otras dos provincias vascas, Álava y Vizcaya, también están en niveles muy altos. 

En total, los delitos de odio mayoritarios en España son por conductas racistas (639), seguidos de aquellos relacionados con la orientación sexual (466) y la ideología (326).  

Eso es lo que dicen los números oficiales en función de las denuncias presentadas. Pero ¿qué dicen los representantes de colectivos que trabajan cada día en Málaga con personas en exclusión social o que pertenecen a otras razas, religiones, condición sexual, etcétera? 

"Racismo por supuesto que hay y cada vez es más preocupante por los discursos xenófobos que hay en ciertos medios de comunicación o en ciertos partidos. En Granada o Almería, por ejemplo, hay un racismo enorme que, además, se está institucionalizando porque las personas que lo sufren se están acostumbrando y lo están normalizando, pero es verdad que en Málaga no está pasando eso", afirma Ahmed Khalifa, presidente de la Asociación Marroquí para la Integración de Inmigrantes. 

No obstante, Khalifa asegura que sí hay dos circunstancias en las que está notando un incremento de comportamientos racistas en Málaga. Uno de ellos es el acceso al alquiler de una vivienda. "Ahí estamos notando mucha discriminación por parte de los propietarios e incluso directamente por las inmobiliarias". La otra es, según el presidente de esta asociación, el acceso al empleo de las mujeres que llevan pañuelo, "que están sufriendo bastante rechazo". 

Khalifa destaca que solo se denuncian el 5% de los delitos de odio que se dan en la provincia, aunque considera que los ciudadanos "cada vez están más sensibilizados sobre la importancia de denunciar estos comportamientos". 

"No podemos considerar que Málaga sea racista u homófoba, pero es cierto que la mayoría de incidencias no se denuncian por mucho que nosotros motivemos a las víctimas a hacerlo", expone Antonio Ferre, presidente de Andalucía Diversidad LGBTI. 

Ferre indica que "Málaga es una ciudad más abierta comparada al resto de Andalucía por el turismo o por el tema de Torremolinos, pero vejaciones hay". En este sentido, detalla que "las redes sociales son el nuevo vehículo de transmisión para los insultos, el acoso y las agresiones" y lamenta los numerosos casos de acoso escolar a personas de este colectivo. 

La educación y la formación son básicas y, según el presidente de Andalucía Diversidad, la Policía Local de Málaga, por ejemplo, "está muy bien formada a la hora de tratar casos de delitos de odio en general, hemos colaborado con ellos en los dos últimos años a generar empatía con las víctimas y a éstas últimas a que sepan dónde dirigirse". 

Otro ejemplo es que la Agrupación de Desarrollo LGTBI de Málaga, en colaboración con el Área de Derechos Sociales del Ayuntamiento de Málaga, está desarrollando una campaña de sensibilización contra la LGTBI fobia hasta el 17 de junio. Tiene como lema ‘Frente a la LGTBI Fobia Actúa’ y está en la flota de autobuses urbanos de la EMT, en mupis de varios puntos de la ciudad, en los Centros de Servicios Sociales Comunitarios y en la página web del Área de Derechos Sociales.

Tomás Pérez Benz es emprendedor social y lleva décadas trabajando en Asit, una ONG que ayuda a personas en exclusión social en zonas deprimidas como La Palmilla. "Málaga, en esencia, no es una ciudad ni una provincia racista ni excluyente para nada. Pero sí es verdad que hay tics cotidianos que a veces nos hacen replantearnos cosas", comenta.

¿Y cuáles son esos tics? Pérez Benz señala que, por ejemplo, "no es frecuente que en procesos de selección de personal se coja a personas de otras razas o culturas o habría que preguntarle a los profesionales que son musulmanes o negros qué percepción tienen ellos cuando tienen que tratar a clientes". Pérez Benz cree que hay que trabajar en esos tics "desde la base", es decir, desde los colegios. 

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