La señal de alarma la dieron los vecinos del edificio en Torremolinos. Eran las 00.43 de este miércoles y no dejaban de escuchar fuertes golpes que varias personas propinaban con la intención de entrar en una vivienda.  

Los agentes de la Policía Local se desplazaron hasta el lugar y encontraron a dos mujeres que, según decían, pretendían acceder a su vivienda con las llaves, pero la cerradura estaba cambiada y, como escuchaban gente en el interior, estaban intentando que les abriesen la puerta. 

Los agentes consiguieron que el hombre que se encontraba en el interior abriera la puerta y, al ser cuestionado por la situación, dijo que había accedido a la vivienda un día antes, el 11 de abril, con contrato de alquiler y llaves. Cuando le pidieron que mostrara el contrato, presentó uno con claros indicios de falsedad y fecha del 13 de marzo de 2023.

La mentira se hizo insostenible tras ser preguntado por los enseres, los efectos personales y los animales domésticos que había en la vivienda. El individuo contestó que todo lo que allí había no era suyo y que desconocía de quien era.

Junto al él, en el interior de la vivienda se encontraban dos operarios de una empresa de seguridad que estaban realizando una instalación de alarma. Según contaron, habían sido contratados por alguien, vía telefónica.

En ese momento, hizo acto de presencia un hombre que manifestó ser sobrino del propietario de la misma y, según declaraciones del sujeto que se encontraba inicialmente en el interior, era quien le había facilitado unas llaves del apartamento y un contrato de alquiler.

Durante todo momento, los agentes observaron cómo las cámaras de la comunidad de vecinos estaban todas tapadas con spray de pintura negro, inutilizando las mismas. Tras ponerse en contacto con el presidente de la comunidad, comprobaron que en un fotograma aparece, sin ningún género de dudas, el mismo hombre que decía ser sobrino del propietario, con un spray en la mano inutilizando una cámara de vigilancia de la planta en la que se encuentra la vivienda.

Entre tanto, se presentó en la casa otro hombre que decía ser el propietario de la vivienda. Los agentes le informaron de que debía personarse en la comisaría de Policía Nacional para declarar o presentar denuncia.

Una vez allí, declaró que hacía un par de semanas había contratado a un individuo, a través de una red social, para desocupar la vivienda, el mismo que decía ser su sobrino, pero con el que no compartía ningún lazo familiar.

Además, declaró que la rotura de la cerradura y el contrato presentado por los actuantes en su nombre, no los había realizado él.

Finalmente, tras presentar las moradoras de la vivienda una denuncia por allanamiento, se procedió a la detención tanto del hombre que se encontraba inicialmente dentro de la vivienda como del que decía ser sobrino del propietario.