Antes de comenzar esta crónica déjenme adelantarles que aquí no hablaremos de estrenos, exornos florales o apasionantes crucetas, por si es lo que buscan. En esta crónica de Jueves Santo hablaremos de emociones y, sobre todo, de contrastes: de pureza y de elegancia, pero también de 'merdellonerío', si me permiten la expresión.

Las hermandades de la Cena, los Viñeros, la Vera-Cruz, la Santa Cruz, la Congregación de Mena, Zamarrilla, la Misericordia y la Esperanza han sido las protagonistas en un magnífico Jueves Santo —increíble, pero parece que tendremos por fin una Semana Santa completa en lo que a meteorología se refiere— que empezó para el equipo de este periódico en calle Compañía, concretamente en la casa hermandad de la Cena, la primera de la jornada.

Cena

Y si hay que hablar de emociones, la primera anécdota de la jornada nos la dieron los hombres de trono del Señor de la Cena, quienes al salir de su casa hermandad a la hora precisa, las cinco y cuarto, y con su Cristo a hombros, se vieron reflejados en el escaparate de un local. "Míralo, ahí va", le dice uno a otro, que se santigua con una sonrisa en la cara al ver a su Titular reflejado en el vidrio. Mientras tanto, a unos metros, una niña de apenas unos meses de edad no quita mirada a los nazarenos. Tanto, que capta la atención de estos, que le dan una estampita. Ay, esas primeras veces. 

Los hombres de trono de la Cena, asombrados con el reflejo de su Cristo. A.R

Sin duda, la Cena saca a la calle un cortejo nutrido que brillaba con las dos bandas que lo acompañaban, la Agrupación Nuestro Padre Jesús de la Redención de Córdoba y la Banda de Música de La Paz. Especialmente brillante estuvo esta última tocando La paz de maría mientras que María Santísima de la Paz salía de la casa hermandad. Qué trono. Qué portento. De babero. "Vamos a repartir paz por las calles de Málaga, sois sus pies", recordaba el capataz, en tono cariñoso, a sus hombres de trono, que enfilaban ya calle Fajardo para adentrarse en la que es la nueva calle Carretería, Especerías, que estaba a rebosar para esperar a la Legión Española —que no a la Congregación de Mena, pero de eso hablaremos luego—.

La Paz por La Alameda. Ayuntamiento de Málaga

Viñeros

A tan solo unos metros de calle Compañía nos esperaba una gran sorpresa, los Viñeros, que pisaban por primera vez la clásica calle Carretería con una nueva fisonomía tras su obra —una maravilla—. Nuestro Padre Jesús Nazareno de Viñeros caminaba calle abajo con la solemnidad y el temple que le caracteriza. Pese a que la calle estaba bastante vacía sobre las seis de la tarde, el Señor no iba solo.

La cabeza de varal a Javi Zumaquero. A.R

Lo anunciaba una de las cabezas de varal externas. Manuscrito, como quien talla en un árbol el nombre del amor de su vida, ahí estaba: "Javi Zumaquero". Fue hermano de la cofradía y miembro de su Junta de Gobierno y falleció en junio del año pasado por culpa de una grave enfermedad. Ahora los suyos le homenajean llevando su nombre a Málaga, la ciudad que le vio emocionarse cada Jueves Santo y reír cada Domingo de Carnaval, porque Javi fue también la voz de la murga malagueña. Allá donde esté, fijo ha disfrutado del Jueves Santo como el que más, sobre todo, en el momento en que la Agrupación Musical San Lorenzo Mártir ha interpretado la marcha Acógelo en tu reino en su honor.

Por su parte, qué linda y bella iba su madre, Nuestra Señora del Traspaso y Soledad de Viñeros, la única virgen de la Semana Santa de Málaga que sigue procesionando sin palio. Con un aire fúnebre y paso firme se fue acercando el trono a la Tribuna de los Pobres, que le recibió con un gran aplauso. 

Santa Cruz

La elegancia y el recogimiento de la jornada. Minutos antes de las siete de la tarde, el único trono de la hermandad de Santa Cruz buscaba ya el recorrido oficial desde los Mártires. Un trono sencillo, recoleto, que da protagonismo al dolor de María por la muerte de su hijo.

—Papi, papi, ¿solo va un trono?, pregunta con curiosidad una niña de unos pocos años.

—Sí hija, porque el Señor ahí ya había muerto, le responde su padre.

Una niña mira Santa Cruz. A.R

Otra forma de vivir el Jueves Santo es desde los hombros de un padre. A más de uno le gustaría volver a poder 'comprar' ese palco que solo regala la infancia. Otra niña hace un comentario similar al de la otra menor: "¿Ya se ha acabado? ¡Jo, qué corto!".

Santa Cruz es el gran ejemplo de que da igual el tamaño de una hermandad si las cosas se hacen bien. De hecho, casi que mejor que la cofradía sea 'pequeña' para que aquellos a los que le gusta evitar el jolgorio que causan las 'grandes' del Jueves Santo puedan encontrar también su momento íntimo buscándola en las callejuelas que le llevan a su encierro en San Felipe Neri. Una gozada.

Vera + Cruz

Misma sensación da en la calle el Señor de Vera+Cruz, que salía puntual a las siete de la Iglesia de San Juan. Una joya ver al Señor salir de su templo con el público en riguroso silencio. Porque sí, aunque parezca una utopía, en Málaga la gente también sabe callarse y respetar, aunque en ocasiones cueste un poco. 

Es una verdadera lástima haber perdido a este crucificado de la madrugada del Jueves al Viernes Santo. En cuanto el trono pisó la calle, un aura especial recorrió nuestro cuerpo, como cuando salía de madrugada. La lástima es que esta se esfumaba en cuanto llegábamos de nuevo a Especerías, con el jaleo correspondiente. Se puede decir que esta salida es siempre recomendable para aquellos que busquen un remanso de paz en el caos. 

Vera+Cruz. A.R

Digno de destacar la labor de uno de los capataces en cuanto el trono salió a la calle. "¿Alguien tiene algún problema? ¿Necesitáis algo? El trono iba recto, pero si alguien iba con las piernas dobladas que me lo diga ahora y lo solucionamos en cuanto pasemos la calle. Estamos aquí para vosotros", les decía con mimo a los suyos.  Lástima que después tuvieran que sufrir varios parones a lo largo del recorrido, algunos de ellos bastante largos.

Misericordia

Y tras superar los muros insuperables de los hooligans de la Legión llegó el momento de aislarse del resto del mundo por una hora en El Perchel con la Reina de Plata y el Chiquito Perchelero. Señoras mayores persisten agarradas al quicio de sus balcones frente a los innumerables que permanecen vacíos por ser estos de pisos de alquiler vacacional. 

A las ocho de la tarde comenzaba a salir una hilera de nazarenos que vestían túnica burdeos y antifaz negro, eran de la sección del Señor. Cada vez más penitentes deciden acompañar al Señor de la Misericordia, que ve cómo sus filas crecen año tras año. Y es que pocas cosas hay más puras en la ciudad de Málaga que el caminar del Chiquito por la calle Ancha con la Iglesia del Carmen de fondo. Da igual que no seas cofrade, el sentir de un barrio te mueve. Y solo él lo consigue. Cómo suena la Banda de Cornetas y Tambores de Nuestro Padre Jesús Cautivo y cómo camina con ellos el Chiquito perchelero. 

El Chiquito buscando calle Ancha. A.R

La Virgen del Gran Poder llena tanto a su paso que hasta la Plaza de Toros Vieja se le hizo pequeña a los hombres de trono. Algunas personas que esperaban frente a la casa hermandad la salida de la Virgen decidieron cambiarse de sitio para facilitarles la maniobra que los llevaría a continuación hacia calle Ancha, donde los vecinos le tenían preparada una gran petalada. ¡Salgan a El Perchel a ver a Misericordia! ¡Juéguense la integridad mirando a los ojos fijamente a esa señora que lleva desde las tres de la tarde en el Pasillo de Santa Isabel esperando a Mena! Les prometo que esta cofradía le regalará uno de los momentos más bonitos de su Jueves Santo. 

Zamarrilla

Y con Zamarrilla, más barrio. El Puente de la Aurora volvió a dejarnos una espectacular estampa del Cristo de los Milagros, esta vez con las torres de Martiricos de fondo. Qué especial es este Cristo y cuántas historias guarda a su espalda. Ojos tapados, pies descalzos... si hay un mar de promesas el Jueves Santo, ese es el del Señor de los Milagros, pues su propio nombre lo indica. 

Amargura. A.M

Y tras los tonos malvas de sus nazarenos, flores y velas, el rojo pasión de la rosa de la Amargura. La Madre del Señor que mira hacia el cielo preguntando que por qué a ella. Esta mañana leía a Jorge Salinas escribir en Twitter que el malagueño puede tener devociones, pero también predilecciones. Estoy de acuerdo en que Zamarrilla es una de ellas. Es imposible no recordar a Marifé de Triana, o los más jóvenes, a María Lozano, cantando la copla Romance de Zamarrilla: "Amargura, Madre hermosa. La del color bronceao, deja que ponga esta rosa, junto al puñal que han clavao... tu amargura dolorosa".

Mena

Qué pedazo de corporación es la Congregación de Mena. Qué cortejo más bien cuidado y medido. Qué impactante es ver al Cristo de la Buena Muerte entrar en la Tribuna Oficial. Qué dulzura tiene la cara de Nuestra Señora de la Soledad. Qué sencilla, pero a la vez tan bella. 

El público graba a los legionarios e ignoran el trono. Amparo García

Dicho todo esto, qué pena que lo importante para el público malagueño no sea todo lo mencionado en el anterior párrafo y todo gire en torno a la Legión Española. Y qué pena todo lo que provoca la gente que solo se fija en los legionarios —o lo que es peor, mira a los legionarios a través de su móvil—.

El Jueves Santo podría ser un día en el que las cofradías se lucieran en la calle con un simple cambio: reducir la Legión a una simple representación en la procesión. Se evitarían tapones porque señores, señoras y familias enteras no quisieran levantarse de su silla de playa, por cierto, prohibidas según el bando de Semana Santa del Ayuntamiento de Málaga. Moverse por Málaga este Jueves Santo ha sido un deporte de riesgo no tanto por el nuevo recorrido, sino por los hooligans de la Legión. Y si no hay Legión, no hay hooligans.

Soledad de Mena. Ayuntamiento de Málaga

Para no alimentar a los #TodoMal, insisto: Mena ha sacado a la calle el que para mí ha sido el mejor cortejo de la jornada. A su paso por la Tribuna Oficial no había ni un nazareno fuera de su sitio, agrupados para ocupar el mínimo espacio posible, algo que se agradece en tiempo de paso. Además, ambas secciones estuvieron muy equilibradas. Pero sin duda, el regalo del Jueves Santo llegó con la Soledad procesionando bajo los sones de la Salve Marinera. ¿Qué es Málaga? Esto es Málaga. Un caramelo absoluto.

Esperanza

El Nazareno del Paso llegaba a la plaza de la Constitución pasada la medianoche con la sobriedad y elegancia con la que acostumbra a caminar. No cabía un alfiler en la Tribuna Oficial. El ambiente estaba calentito, pues llegaba uno de los momentos más esperados de la noche: la bendición. 

Esperanza. Amparo García

Tras hacer una maniobra para colocarlo de cara a Cisneros, el periodista de COPE Ángel Expósito recitó el soneto de la bendición del Nazareno, quien hizo a continuación lo propio. El pueblo malagueño rompió a aplaudir. Su bendición es la caricia de la persona que te ama en ese momento que lo necesitas todo. Hubo lágrimas. Hubo sonrisas. Hubo incluso abrazos entre el público. 

El Nazareno da la bendición. Ayuntamiento de Málaga

¿Y qué íbamos a hacer todos si algún día nos falta la Esperanza? El olor a romero ya hacía intuir que venía la Reina de Málaga, el galeón dorado del Jueves Santo, la Virgen de la Esperanza. Como se suele decir, no hay nada más bonito que ver un palio marchar. Qué sentimiento tan agridulce. Qué nos gusta ver cómo procesiona la Virgen de la Esperanza sobre su manto de romero y qué poco que ya sea Viernes Santo. Esto se acaba. En breve tendremos que volver a soñar con que es Domingo de Ramos y que todos estamos en calle Parras bajo los rayos del sol esperando a Pollinica. Hasta entonces, hermanos.

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