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"Aquí tienes los paquetes que te han llegado hoy Natalia", le dice el conserje a una vecina de una urbanización ubicada en la avenida Santuario de Valverde en Montecarmelo antes de que entre con su coche en el garaje.

En este complejo de viviendas, al menos por un tiempo, los repartidores tienen prohibida la entrada desde el pasado domingo, cuando un empleado agredió sexualmente a dos niñas de 4 y 8 años.

Pocos días después de este suceso, la calma veraniega se ha roto en las urbanizaciones de Montecarmelo, muchas de ellas repletas de niños y de familias jóvenes.

"Nos han pedido que no demos ningún tipo de explicación y que respetemos a las familias, que están pasando por un momento muy duro, pero lo que ha sucedido ha sido realmente grave", relata una vecina que conoce a las víctimas.

De hecho, estas fuentes cuentan que en Montecarmelo, barrio ubicado en el madrileño distrito de Fuencarral-El Pardo, "no suele pasar nada grave", por lo que un suceso de esta magnitud ha dejado a todos los vecinos "angustiados y asustados".

El punto exacto en el que Cristian fue reducido. J.S.

Por ello, y hasta nueva orden, en algunas urbanizaciones se ha dado la orden de "no dejar entrar a repartidores" y que sean "los conserjes" los que "recojan los paquetes".

"En estas urbanizaciones viven muchas familias con niños pequeños, que son muy vulnerables. Por eso, es el momento de extremar las precauciones y controlar bien quien entra y sale de las urbanizaciones", apostilla un vecino.

El suceso tuvo lugar el pasado domingo hacia las 14.30 horas, cuando Cristian H. un repartidor de 27 años de origen colombiano, acudió a dejar sus paquetes a esta urbanización de la avenida Santuario de Valverde.

Según publica el diario El Mundo, Cristian ofreció caramelos a las dos niñas de 4 y 8 años para ganarse su confianza. Al parecer, las menores se encontraban jugando en una de las zonas comunes.

Según publica el citado medio, justo después, se produjo la brutal agresión: con penetración a la niña de 4 años y con diversos tocamientos a la de 8.

En ese momento, la madre de una de las niñas llegó y se encontró con la terrible escena. Comenzó a pedir socorro y sus gritos alertaron al resto de progenitores que estaban pasando el día en la piscina de la urbanización.

Cristian trató de escapar y comenzó una persecución. El agresor bajó corriendo por una calle cercana hasta que fue reducido en un parque cercano por los vecinos, que le inmovilizaron y avisaron a la Policía.

Fue en este parque donde Cristian fue detenido. Ahora, la jueza de Instrucción número 23 de Madrid, en función de guardia de detenidos, ha enviado a prisión a Cristian, acusado de dos delitos de agresión sexual a menores.

Mientras tanto, en Montecarmelo, los vecinos lamentan lo sucedido y se preparan para "doblar la vigilancia" para que algo así "no vuelva a suceder jamás".