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Parece que la droga ha vuelto con fuerza a Madrid. Solo en 2024 se han desmantelado 104 narcopisos y se han producido cerca de 300 detenciones relacionadas con la venta de estupefacientes en la ciudad.

Mientras tanto, los centros de desintoxicación no paran de recibir a personas que buscan salir de esta situación, que para muchos, ya es todo un infierno.

Una situación que sin quererlo recuerda la dura etapa que vivió la capital en los años 80. Y es que muchos madrileños dicen que la droga está aquí de nuevo y que está más presente que nunca en barrios como Lavapiés o San Blas.

Un problema muy común en muchas zonas. Telemadrid

En algunas zonas del centro se ha convertido en algo habitual ver a personas consumiendo en plena calle. Y es que la presencia constante de personas adictas en muchas zonas de la capital genera mucha inseguridad entre los madrileños.

Este tipo de personas no se esconden, consumen a plena luz del día, provocando incluso escenas violentas cuando no consiguen la sustancia que desean. Además, la mayoría vive en la calle tras no conseguir salir de esta rutina que les ha arruinado la vida.

Una rutina que Carlos Calero, exconsumidor de la ciudad, conoce bastante bien. Este sintecho sabe lo que supone caer en ese pozo y es que tras llegar de Cartagena, "aquí en Madrid empecé probando las ribotiles, las pastillas de noche, la marihuana...", relata en el documental Drogas: cuando bailas con la muerte.

Él, como muchos, empezó por curiosidad, pensando que era algo normal. "Para engancharte, te enganchas sin querer, pensando que lo haces como un hábito natural, que lo hacen los mayores".

El cartaginés se ha destrozado la vida. Telemadrid

Sin embargo, Carlos lo describe con crudeza: "Madrid destroza, hay mucha droga, mucha droga. A mí me han invitado a un par de rayas, la gente no te va para un bocadillo, pero la gente sí que te invita a droga".

Es ese acceso fácil y la normalización del consumo lo que termina por arrastrar a muchos. "Cuando te das cuenta, estás hecho polvo, lo has perdido todo. He perdido a mi hijo, he perdido a mi mujer, y mi casa".

Su testimonio es estremecedor. Reconoce haber intentado suicidarse. "La última, me tiré aquí a las Torres Kio, me tiré a un coche. No soy asimilar, no tengo cojones a quitarme… No te puedes quitar de la droga, pero tienes cojones a matarte".

Unas palabras con las que deja ver la realidad escondida que viven muchas personas a día de hoy, ya que como afirma Mercedes Rodríguez, directora de Proyecto Hombre, a día de hoy ese consumo es invisible, porque se camufla muy bien en la sociedad.