Publicada

Cuando cayó la noche del lunes 28 de abril, muchos hogares madrileños permanecían sin luz por culpa del apagón masivo que sorprendió a todos hacia las 12.30 horas. Ante la oscuridad de la noche, muchos optaron por encender velas para iluminar la casa. Fue el caso de Sonia, de 52 años, la vecina del primer piso del número 57 de la calle Clara Campoamor. No sabía que una de esas velas iba a provocar un incendio mortal.

Todo sucedió minutos antes de las 22.00 horas, poco antes de que esta zona de Carabanchel recuperara por completo la luz tras el apagón. El fuego se propagó por la vivienda de Sonia y provocó una fuerte humareda que comenzó a subir por la fachada del edificio. Varias personas quedaron atrapadas en sus casas y tuvieron que ser rescatadas por los bomberos. En total, el Samur atendió a 13 pacientes por intoxicaciones, ocho de ellos fueron dados de alta en el lugar y cinco fueron trasladados a un hospital.

Una de esas pacientes fue Lucinda, vecina del segundo piso. "Iba a acostarme cuando comencé a sentir el olor y a los pocos minutos los bomberos llamaron a mi puerta y me ayudaron a salir del edificio con la cara tapada", relata.

"La verdad es que el susto fue tremendo. Yo no conocía mucho a Sonia, pero sé que vivía sola y era una persona educada siempre que coincidíamos a la entrada", explica esta vecina. Otro vecino del inmueble, narra que los bomberos "no pudieron sacar a Sonia de su casa", ya que las dos ventanas por las que salía el humo "tienen rejas", lo que convirtió la vivienda en una ratonera.

Durante la mañana del martes, cuando la normalidad había regresado a Madrid tras el apagón, los vecinos del número 57 de la calle Clara Campoamor limpiaban sus casas tras el incendio. Además, un coche de la Policía Nacional se encontraba cerca del edificio y mantienen una investigación abierta sobre el suceso.