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"Dantesco" y "deplorable" fueron los dos adjetivos que utilizó Juan José Castro Garcíauno de los investigadores que, junto al jefe de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de la Policía Nacional, José Ángel González, han logrado desmantelar el quirófano clandestino de la clínica Glamour Medicina Estética, en la calle Francisco Guzmán, en Carabanchel. Aquí, se realizaban tratamientos y cirugías estéticas, algunas de ellas de gran complejidad. 

A pesar de que los investigadores no dieron cifras de víctimas, lo cierto es que son decenas, ya que por la clínica podían llegar a pasar hasta 20 mujeres al día. Las 'pacientes' accedían por la trastienda de una clínica que colindaba con el domicilio de una de las cuatro detenidas por la Policía, que regentaba el establecimiento.

No todas acudían a operaciones quirúrgicas a la clínica ilegal Glamour Medicina Estética, pero el trasiego era notable en un negocio que llevaba funcionando desde, por lo menos, el año 2020. Los investigadores de la Policía Nacional no necesitaron demasiada vigilancia desde que les llegó la denuncia para comprobarlo.

La Policía Nacional desmantela una clínica de cirugía estética ilegal.

El negocio tenía una cara legal, que era la de los tratamientos estéticos más básicos, como los masajes faciales o las inyecciones de ácido. Una vez captaban clientas para la clínica, siempre de puertas a dentro, le sugerían nuevas posibilidades de cirugía, pero a precios por debajo del mercado y fuera del radar de las autoridades sanitarias.

Desde aumentos de pecho a liposucciones, pasando incluso por ligaduras de trompas, las clientas podían obtener esas mejoras estéticas por precios que oscilaban entre los 1.000 y los 4.000 euros, pero en unas condiciones de absoluta insalubridad.

Un perro y un gato se paseaban con total libertad por los pasillos y las salas de cirugía de la clínica, esparciendo sus gérmenes por doquier y haciendo sus necesidades en cualquier esquina. Las gasas se reutilizaban una y otra vez y estaban esparcidas por el suelo llenas de sangre. Algunas de las medicinas halladas por los investigadores de la UDEV de Policía Nacional estaban caducadas. Otras las guardaban en un congelador mezcladas entre comida.

 

En la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de la UDYCO Central de la Policía Nacional hay una unidad centrada en consumo. Uno de sus jefes no había visto nunca unas condiciones tan deplorables: "En 15 años en investigaciones policiales, no me he encontrado cosa igual".

La clínica la llevaban S. y W., dos supuestas médicas que no contaban con la certificación que les habilitase para realizar cirugías de este calibre. Una no contaba con titulación alguna y la otra era solamente médico de atención primaria en su Colombia natal. 

Según la investigación, en cuanto captaban una nueva clienta a la que ofrecer los servicios más opacos de esta clínica clandestina, le obligaban a firmar un papel. En este documento se especificaba que si la operación salía mal y las clientas no estaban conformes, las falsas cirujanas se comprometían a devolverles el dinero a condición de que no las denunciasen a las autoridades.