Majadahonda grita basta. Vecinos, comerciantes y empresarios del municipio madrileño se han manifestado este lunes frente al Ayuntamiento para condenar la oleada de robos a comercios que sufren desde principios de enero de este año. Ya van en torno a “45 o 50” atracos por el método del alcantarillazo, es decir, reventar el cristal con la tapa de una alcantarilla y arramplar con lo que haya.  

“Me han entrado a robar a mí y a muchos compañeros. Llevamos sufriendo robos desde el día 5 de enero. Vamos a cuatro o cinco robos por noche”, asegura Fernando de Frutos, presidente de la Asociación de Hosteleros de Majadahonda y dueño de dos locales.

“Se llevan las cajas, lo que dejamos para el cambio, 150 o 200 euros”, explica. “Nos hemos reunido con el Ayuntamiento, nos han dado tranquilidad y han reforzado la seguridad. Creemos que nos va a ayudar a parar esta ola”.

Concentración de vecinos frente al Ayuntamiento de la localidad, este lunes. Ricardo Rubio Europa Press

La tienda Fotografiarte ha sido la víctima más grave de esta oleada. La madrugada del pasado sábado sufrió el mayor robo registrado. Lo suyo no ha sido un alcantarillazo, sino un golpe más planificado y profesional.

“Me forzaron el cierre y había un coche esperando en la puerta”, explica Mario Arias, dueño del establecimiento. Todavía está haciendo balance de daños, pero calcula que le han robado entre 100.000 y 200.000 euros en cámaras, objetivos, focos, etc. Todo el que ha empuñado una cámara profesional alguna vez sabe que este material es muy caro.

Un ladrón (abajo a la derecha) entra en un establecimiento de Majadahonda. Cedida a Telemadrid

La Guardia Civil sospecha que los ladrones de Fotografiarte no son los mismos que los de los alcantarillazos, pero Arias cree que ha habido un “efecto llamada”, al ver la banda organizada lo “fácil” que es robar en Majadahonda.

Arias denuncia la “negligencia” de la Policía Local de la localidad. “Los que tendrían que patrullar no están haciendo su trabajo”. Asimismo, hace una llamada pública a los fotógrafos para no comprar en el mercado negro todo el material que le han robado.

Por todo ello se ha celebrado una concentración frente al Ayuntamiento este lunes, donde cientos de vecinos han protestado (muy) pacíficamente por estos robos en el octavo pueblo más rico de España y uno de los más pudientes de la Comunidad de Madrid junto a Pozuelo de Alarcón y Boadilla del Monte.

"Hoy han sido en tres peluquerías", denuncia De Frutos. Mañana, quién sabe cuál será el local agraciado.

El edificio okupa

Esta oleada de robos coincide además con la okupación de un edificio de viviendas de nueva construcción en el centro de Majadahonda, muy cerca del Ayuntamiento. Sin embargo, la Guardia Civil y la Delegación del Gobierno en Madrid desvinculan lo uno con lo otro.

Este periódico ha podido hablar con Jamal, Bilal y un tercer okupa que prefiere permanecer anónimo. Todos son marroquíes francoparlantes, aunque también "hay dominicanos" en el edificio.

"No somos delincuentes, somos trabajadores", han insistido todos. El okupa anónimo es conductor de Uber -tal y como ha documentado ante este periodista- y padre de un hijo de mes y medio. Jamal trabaja en la obra y fue carnicero. Al perder su trabajo en Majadahonda, perdió también su casa y ahora paga 270 euros por vivir en este piso okupado.

También se han vendido pisos por 1.000 euros, o quizás más. El inmueble ahora está bajo el control de un individuo que vive en el ático, que decide quién entra y quién sale. Durante una rueda de prensa, la delegada del Gobierno en Madrid, Mercedes González, ha subrayado que se está siguiendo la pista de los presuntos autores de estos "pequeños hurtos" a comercios.

Asimismo, ha precisado que el inmueble no se encuentra oficialmente okupado, ya que pese a los "reiterados contactos" de la Guardia Civil con la propiedad de la finca, esta no ha presentado denuncia por lo ocurrido, por lo que "no se puede actuar todavía".