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'Micheloy' es el muñeco Michelin que forma parte de la decoración en la nueva nave de más de 10.000 metros cuadrados en Mercamadrid de Frutas Eloy por una buena razón: "En la última gala hice una lista y trabajamos con el único tres estrellas de Madrid, Dabiz Muñoz, con los seis restaurantes que tienen las dos estrellas y con más de la mitad que tienen una estrella", dice Yannick Ruano, cuarta generación de esta saga familiar de fruteros, mientras muestra su chuleta a este diario.
Los mejores restaurantes de Madrid, ya aparezcan en la Guía Michelin o no, las aerolíneas, caterings, hoteles, incluso, particulares desde sus tiendas de la plaza de Chueca o página web, son clientes de la familia Ruano, al frente de Frutas Eloy.
Esta empresa, que a día de hoy cuenta con más de 220 empleados, tiene 1.100 clientes (la mayoría de la Comunidad de Madrid), vende 90 toneladas de fruta al día y factura más de 34 millones de euros al año, empezó por la "abuela Generosa", que empezó vendiendo fruta en la estación del Norte (Príncipe Pío) hasta que a finales de los años 40 abrió su primera frutería junto a su marido Eloy Ruano en el Paseo de Extremadura. Con los años, su hijo Eloy continuó con el negocio familiar, llegando a tener hasta cuatro fruterías en mercados y galerías de Madrid.
La familia Ruano en las oficinas de Frutas Eloy y su muñeco 'Micheloy'.
Eloy tuvo cinco hijos. "Cada sábado nos tocaba arregañadientes ir al mercado a despachar", recuerdan Belén y Yolanda Ruano que tras trabajar en otros sectores, decidieron hacer 25 años volver junto a su hermano Eloy a seguir con el negocio familiar. Sus otras dos hermanas han creado otros negocios, pero no se desvinculan de sus raíces: "Virginia tiene una empresa de publicidad en Italia y nos hizo el rebranding de Frutas Eloy, y Laura trabaja en publicidad y tiene la empresa de decoración Naranjas de la China, que prepara cestas de fruta preciosas para regalar".
Yannick Ruano ya es la cuarta generación y, de momento, el único hijo-sobrino dentro de la empresa. "No nos preocupa el futuro. Nos queda mucho para jubilarnos", bromean Eloy, Belén y Yolanda.
La nueva nave de más de 10.000 metros cuadrados en Mercamadrid de Frutas Eloy.
El gran almacén, premiado hasta en dos ocasiones por su diseño, funciona las 24 horas del día, especialmente, por la noche. "No sé qué por qué lo llamamos así porque no almacenamos nada. En cuando nos llega la fruta o verdura del productor por la parte trasera, la montamos a algunos de nuestros más de 30 camiones y las repartimos en cuestión de horas. Todo pedido es de un día para otro", explica Yannick mientras enseña las instalaciones a Madrid Total. De hecho, no es raro que les entren pedidos a medianoche a pocas horas de que salga de reparto.
En la planta baja tiene un obrador que bien podría ser la "sala de cirugía" por la limpieza extrema y control de la presión atmosférica que hay. En ella elaboran zumos, y cortan las verduras a máquina, pero "como el trabajo a mano, no hay nada. Las frutas necesitan un corte preciso y tenemos personal que lo hace".
En la zona de oficinas cuentan con un espacio para realizar eventos y showcooking con chefs; además de un pequeño huerto en el patio interior que todos cuidan. A su vez, Frutas Eloy está equipado para ser sostenible: todo se recicla, tiene placas solares y la fruta que no se puede vender se dona al banco de alimentos de Madrid y el santuario de animales Las Almas Cocoa.
Por otro lado, hacen los pedidos a la carta, tan a medida que los restaurantes pueden pedir hasta los tomates Cherry por unidades. En las cámaras pueden llegar a tener más de 3.000 referencias de frutas y verduras diferentes. El 90% de ellas españolas, a excepción de las tropicales o si están fuera de temporada.
Yannick en el almacén.
"Muchas veces tenemos que ir a París a comprar fruta española que directamente se exporta, pero hacemos todo lo posible para tener siempre lo que nos piden", cuenta Eloy, que añade para demostrar que así es la anécdota de cuando una vez tuvieron que enviar por BlaBlaCar un pedido.
Tienen frutas únicas como embrión de coco, coquitos, ugly fruit (un cítrico raro), berenjena redonda, gingko... además de otros productos selectos como 15 tipos de patatas o "hace más de diez años que fuimos los primeros fruteros de Madrid o de los primeros en tener de forma estable flores comestibles para alta cocina porque fuimos a Sevilla y dimos con la productora. También somos el único distribuidor de la Fundación Todolí de Valencia que se dedica a recuperar especies antiguas y autóctonas de cítricos", cuentan los Ruano.
Belén y Yolanda Ruano, y Yannick Thoilliez Ruano.
Esta familia de fruteros tiene miles de anécdotas con cientos de alimentos diferentes. Como aquella vez que Ramón Freixa, cocinero con dos estrellas Michelin, pidió la flor de Venus, una planta carnívora que tenía que llegar de fuera de España. "No llegó y tuvimos que buscarla por su nombre científico en todos los viveros de Madrid hasta que dimos con ella", recuerdan entre risas.
Historias así se acumulan en Frutas Eloy como cajas en su almacén. Anécdotas que hablan de viajes imposibles, pedidos inesperados y clientes que buscan lo extraordinario. Y las que quedan por vivir, porque mientras haya una fruta nueva que probar o una verdura rara que encontrar, allí estarán los Ruano.
