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Madrid es una ciudad con mucha historia. A pesar de que todos destacan su aspecto vanguardista y moderno, lo cierto es que sus distritos y barrios están edificados sobre décadas y siglos de leyendas y tradición. Por eso, incluso muchos madrileños desconocen algunos de sus rincones más mágicos.

Museos, plazas y jardines repletos de belleza que es imposible recorrer en su totalidad y en profundidad. Y es que hay más maravillas en Madrid que días en el calendario. No obstante, hay algunos puntos que deberían ser de parada obligatoria.

Y uno de ellos se encuentra en las alturas. A pesar de que Madrid es un entorno rodeado por diferentes montañas y sierras, lo cierto es que la ciudad no destaca por tener diferencias de altitudes muy significativas. Sin embargo, hay secretos que sí están escondidos donde duermen las nubes.

Uno de esos es la capilla más alta de Europa, la cual se encuentra en la capital de España, escondida en uno de los edificios, a la vez, más conocidos de todo Madrid. Y es que este pequeño rincón de gran valor para los católicos madrileños se encuentra a más de 100 metros de altura, en la Torre Emperador Castellana de Madrid.

Se trata de una pequeña 'cueva' situada en este majestuoso edificio que celebra misa los días laborables y a donde acuden a rezar y a darle las gracias a Dios algunos pocos creyentes que se encuentran en este icónico 'gigante' de la capital de España.

La capilla más cerca del cielo

Manuel Sánchez es el capellán que a las 08:30 de la mañana oficia misa en esta particular capilla. Una tradición que va camino de tener dos décadas de historia. Y es que desde el año 2009 aquí se encuentra el lugar de culto a más altura de Europa.

Fue entonces cuando el grupo Villar Mir promovió la instauración de esta capilla que marca su latido con una luz verde que solo se apaga en las dos jornadas más íntimas del catolicismo, Viernes y Sábado Santo, durante el luto eclesial.

En aquellos días, hace más de 2.000 años, se puso fin a la vida de Cristo, la cual concluyó, al menos en este mundo según la fe, a la edad de 33 años. Y ese es precisamente el número de la planta en la que se encuentra este particular rincón.

Un templo que en 2010 recibió la bendición del arzobispo de Madrid, el mediático Antonio María Rouco Varela. Por aquel entonces solo se celebraban tres misas semanales. Sin embargo, estas fueron ampliadas a cinco, una por cada día laborable. Así, los empleados que lo desearan podían acudir todos los días a escuchar la palabra de Dios.

Este espacio, tal y como indica la ley eclesiástica, quedó libre de todo uso doméstico para poder ser digno de la concesión del derecho a oratorio con reserva de la Santísima Eucaristía al ser una dependencia dignamente instalada.

La particularidad de este templo, además de su vertiginosa localización, es que en él solo se celebran dos sacramentos: el de la Eucaristía y el de la confesión. Y ninguno más. El decreto de fundación de la capilla estipulaba que estas podían ser las únicas actividades religiosas que allí se pueden celebrar. Por lo tanto, no se pueden oficiar ni bautizos, ni comuniones, ni bodas ni entierros.

No obstante, los trabajadores de la Torre Emperador sí pueden solicitar que se dedique alguna de sus misas a sus difuntos. Y antes de las 09:00 horas de la mañana regresan a su puesto para empezar con su jornada laboral, pero en paz con su fe y con su conciencia.

Es cierto que las misas no son precisamente multitudinarias, ya que hay días que acuden incluso menos de 10 personas. Sin embargo, también es verdad su espacio es muy reducido y que su aforo se sitúa en torno a los 20 o 25 feligreses.

Esta iglesia a más de 100 metros de altura y situada en una de las torres más famosas de Madrid tiene unos 75 metros cuadrados y las vistas a través de sus ventanales son impresionantes. Dándoles la espalda se encuentra un Cristo crucificado, el cual está acompañado de una algunas imágenes como la Virgen Inmaculada o la Virgen del Pilar.

Sin embargo, solo se puede acceder a ella si se es inquilino, de alguna forma, del edificio. Además, otra de sus particularidades es que es una de las pocas iglesias del mundo cuyos bancos no son de madera, sino de metal.

Esto es así para evitar que en caso de incendio supongan un acicate para el fuego. Y es que en esta particular capilla casi todo está hecho de materiales ignífugos por motivos lógicos de seguridad.

De hecho, incluso el 'fuego' de Cristo se simboliza a través de una luz LED verde por la que se tuvo que rendir cuentas al cielo, pero de manera literal. Fue necesario contar con el visto bueno de AENA, ya que podía interceder con el tráfico aéreo, y es que es visible a kilómetros de distancia. Otra singularidad más de la iglesia más particular de España y de Europa.

Dicho templo se encuentra situado en la Torre Emperador Castellana, antigua Torre Espacio, el cuarto rascacielos más alto de España y el octavo de Europa gracias a sus 244 metros de altura y sus 56 plantas, las cuales hacen de faro del Paseo de la Castellana y del distrito de Fuencarral-El Pardo.