En pleno corazón de Hoyo de Manzanares, frente a la plaza de la Iglesia, se levanta un pequeño obrador con más de seis décadas de historia: la Pastelería Bernardos. Un negocio familiar que, en un año, pasará a manos de Ana Bernardos y su hermano Francisco, cuando sus padres, Ana y Paco, se jubilen.
"Mi bisabuelo fue panadero, mi abuelo pastelero… y yo soy tercera generación de pasteleros y cuarta de panaderos", explica Ana, que lleva desde niña con las manos en la masa.
El origen de la pastelería se remonta a su abuelo, que aprendió el oficio observando al pastelero contratado por su padre en la antigua panadería familiar. "No había escuelas como ahora, así que él le observaba y luego iba practicando", relata.
Ana Bernardos elaborando pan en su pastelería.
A pocos metros de la antigua panadería del bisabuelo, el abuelo de Ana abrió la primera pastelería del pueblo en 1958, en el mismo lugar en el que se encuentra hoy. Todavía sigue siendo la única artesana en el pueblo.
Bernardos sigue elaborando muchas de las recetas originales de su abuelo, como las míticas pastas de té, con 15 variedades diferentes, y las tejas, auténtico emblema del obrador.
"Sigo la receta de sus famosas pastas. Junto con las tejas, recorren el mundo. Tenemos clientes que se las llevan a Alemania, a Estados Unidos… incluso una señora de Cádiz se lleva diez kilos cada vez que viene para repartir entre hijos, vecinos y amigos", cuenta.
Otra de sus especialidades son las tartas, desde clásicas como la selva negra o el tiramisú hasta creaciones propias como su famosa tarta de té, un mousse de chocolate fusionado con té, su producto estrella. "Es la que más vendemos. Cuesta 25 euros", afirma.
No faltan opciones más innovadoras como la base de pasta sable con crema de azafrán, manzanas caramelizadas y mousse de chocolate, o propuestas frutales de mousse de limón, mandarina o tronco de maracuyá y chocolate.
Las famosas pastas de té de la Pastelería Bernardos.
La oferta se completa con bombonería —23 variedades bañadas a mano, como frambuesa, naranja, azahar o pistacho; a 92 euros el kilo—, bollería artesanal (bambas, palmeras, caracolas de nueces, torteles de hojaldre…), helados en verano y panes recuperados en 2019, cuando Ana animó a sus padres a retomar la panadería, para seguir con la herencia de su bisabuelo.
"Nuestros clientes nos lo pedían. Aprendimos con Antonio García de Panem y ahora hacemos desde baguette hasta pan de espelta, de trigo integral, de maíz, multicereal, etc.".
Además, Bernardos participa en iniciativas locales como el concurso de Dulce Típico de Hoyo y Torrelodones, que ganaron con su milhojas de flor, un hojaldre con crema de azafrán y manzana, o la colección de 'Pastas de la Aldea', inspirada en el yacimiento visigodo del municipio.
También ofrecen desayunos especiales para llevar, que incluyen pan, bollería, café y productos gourmet a 20 euros por persona.
Mostrador de la Pastelería Bernardos.
Con el relevo generacional a la vista, Ana y su hermano quieren mantener la esencia familiar y artesana, pero con nuevas ideas. Mientras tanto, las pastas y las tejas de Bernardos siguen viajando en maletas y cajas, llevando un pedacito de Hoyo de Manzanares a rincones de todo el planeta.
