Publicada
Actualizada

Caluana es ese restaurante que 'te sale hasta en la sopa' por haberse viralizado en numerosas ocasiones en las redes sociales al encontrarse en un entorno singular dividido en dos espacios con personalidad propia: una antigua capilla barroca del siglo XVI y un romántico invernadero lleno de vegetación y luz natural.

Ubicado en la calle de la Bolsa, 12 —entre la Plaza Mayor y Jacinto Benavente—, el restaurante, con más de 88 mil seguidores en Instagram, renueva su carta y consolida su propuesta gastronómica en un espacio que parece sacado de otro tiempo.

Tres años después de su apertura, reafirma su identidad con una cocina que celebra el mestizaje entre lo italiano y lo castizo, bajo una experiencia pensada para los cinco sentidos.

Al frente de los nuevos platos de esta temporada están los chefs Joaquín Serrano y Jorge Velasco, consultores gastronómicos de Salvist, que han diseñado un menú que profundiza en el concepto italo-castizo.

Cada plato parte de una base reconocible, pero sorprende con giros estéticos y sensoriales que convierten la cena en un recorrido entre la trattoria del Piamonte y la taberna madrileña.

Entre las novedades de sus nuevos platos destacan el innovador steak tartar de solomillo con tuétano, una versión más intensa y melosa del clásico. También está el bikini de mortadela italiana y mascarpone.

A su vez está el ravioli de calabaza, gorgonzola y guanciale, que equilibra dulzor y salinidad con un punto crujiente, y la pasta negra con guanciale, gambas y carabinero, que fusiona tierra y mar.

Espacio El Invernadero. Caluana

Para terminar, la sección dulce se renueva con postres como las fresas con crema de mascarpone o una versión del lemon pie que logra un balance perfecto entre acidez y suavidad.

La experiencia sensorial se amplifica cada jueves, viernes y sábado con pequeños espectáculos en vivo que aportan un guiño artístico y emocional a la velada.

Todo ocurre en un entorno singular dividido en el espacio de piedra y molduras centenarias que da forma a la antigua capilla barroca, y por otro, la planta superior conocida como El Invernadero, un jardín cubierto donde la naturaleza cobra protagonismo entre rosas, luz suave y aires de fábula.

Dos escenarios diferentes, pero complementarios, que convierten la cena en Caluana en una vivencia única desde el primer al último bocado.

Para quienes deseen seguir o empezar la noche, Caluana esconde en su interior una coctelería clandestina: Maldita Gioconda, un espacio íntimo donde la carta de cócteles se inspira en cómo te hace sentir la música, creando combinaciones únicas en función del estado de ánimo.

Con esta nueva carta, Caluana consolida su lugar como uno de los proyectos más personales y consistentes de la escena madrileña.

Lejos de las modas pasajeras, apuesta por una fusión cuidada que demuestra que es posible innovar sin perder el alma, y que la buena mesa es una combinación de historia, creatividad y emoción.