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Todavía no les ha dado tiempo a colgar el cartel en la entrada, pero en tan sólo 6 meses (y 6 días), Obrar se ha hecho con el público más gourmet del barrio de Chamberí. También ha conquistado a la Guía Repsol, que este miércoles lo distinguía con uno de sus Soletes de Verano.

El joven pastelero de alta cocina Miguel Yeste y su pareja, Gabriela Vera, se han aventurado a abrir un amplio obrador de decoración vista en el número 9 de la calle Galileo. "Somos super foodies. Queríamos crear un espacio al que nosotros nos encantaría ir. Por eso nos metimos en esta locura", cuenta, detrás del mostrador en el que exhiben sus tartaletas, la colombiana de 25 años.

Tras 11 años trabajando como pastelero y jefe de obrador para grandes cocineros como Albert Adrià, Paco Torreblanca y Mario Sandoval, Miguel tomó la decisión con 28 años: "Al final busca uno algo propio y vimos la oportunidad. Cogí un poquito de cada lado y luego lo hago a mi manera".

Miguel Yeste y Gabriela Vera en la entrada de Obrar. M. L.

Para ello han elegido Chamberí, el nuevo barrio gastronómico de moda en la capital. "Nos gusta que sea el centro, pero no está tan saturado como Malasaña. Tenemos muchos clientes que son del barrio, vienen muchos turistas... Ofrecemos desayuno todos los días. También es muy familiar", explica Gabriela, que estudió Marketing.

A la semana venden unas 2.000 piezas de su bollería. Abren todos los días, de 'ocho a ocho', menos los fines de semana, que abren a las 9 de la mañana.

Cada semana varían el producto, "para que sea lo más fresco posible", apunta el pastelero granadino. A su vez, depende de las frutas y la materia prima que reciban el mismo día o incluso la propia creatividad de Miguel.

En cambio, están los imprescindibles que su clientela les prohíbe cambiar: "el lemon pie, la galleta de Obrar y el croissant. Lo demás va cambiando", enumera el que los elabora a diario.

Bollería de Obrar. M. L.

Otras de sus delicias son el croissant relleno de pistacho o almendra, la bola de tiramisú, la cesta de fresa, el jurassienne y el cinammon roll, hecho de pedacitos cuadrados.

Uno de sus productos estrella es el que sólo elaboran los fines de semana (viernes, sábado y domingo). Se trata del milhojas clásico. "Hojaldre invertido y una crema de vainilla". Sus elaboraciones de hojaldre también triunfan entre semana.

Obrar. M. L.

Pero sin duda, lo más vendido es su croissant tradicional. Una pieza de alta gastronomía que en Obrar venden a 2,40 euros. Asimismo, su pain au chocolat es de los favoritos.

Por otro lado, la carta fija se centra en una cuidada selección de cafés y otras bebidas, y una variada propuesta de bikinis (sándwiches calientes). Estos últimos son una parte destacada de su propuesta, que ya se viralizaron en las redes sociales por su delicioso sabor. Tanto es así, que los puedes pedir en delivery.

Elaborados con pan brioche artesanal, entre las opciones está el "más famoso": el clásico mixto (prosciutto cotto y queso Havarti) por 9 euros; además del de tres quesos (gouda, cabra, cheddar y pesto rosso); el de pastrami, queso Gouda y tártara de mostaza; y el de mortadella, mozzarella y pesto de pistacho.

Su café de especialidad es del tostador madrileño 1000 Cups Coffee. Para acompañar, la carta de bebidas ofrece tés, chocolate caliente, y vinos y champagne por copa o botella.

Obrar es el nuevo obrador minimalista que ha conquistado los corazones de los madrileños más castizos del barrio de Chamberí por la sencillez, como bien indica su nombre, con la que ofrecen un gran producto.