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"La familia que cocina unida, permanece unida"; le tiene siempre dicho su madre a Agustín Bach Pascual. Con esta lección aprendida, el nieto de los fundadores de las empresas Pascual y Cuétara, ha crecido rodeado de un espíritu emprendedor que ha influido profundamente en su vida, a pesar del gran obstáculo al que se tuvo que enfrentar hace 7 años.

"Ese espíritu se lo agradezco, desde pequeño he visto cómo mis padres trabajaban en la empresa familiar, junto con las ganas de vivir y la conciencia de tirar hacia delante que me han inculcado", detalla a Madrid Total, Agustín Bach Pascual, nieto también de Antonio Bach, médico y empresario, que fundó el Hospital Virgen del Mar.

Con todos esos ejemplos familiares a seguir, siempre supo que quería dedicarse a la hostelería y, sobre todo, "a la hospitalidad. Me gusta la entrega a los demás que tiene este sector".

En cambio, un trágico accidente de tráfico hace unos años dejó a Agustín postrado en la cama de un hospital durante meses. "Sufrí un daño cerebral que me ha dejado secuelas mentales. Tuve que aprender a andar, a comer... a manejar todos los músculos, como un bebé. Eso me hizo sacar mi lado reflexivo y tuve que empezar mi vida de nuevo", recuerda Agustín.

Sin embargo, esta experiencia le dio una nueva perspectiva para seguir adelante, resultando en la creación de su primer libro y lanzándose a emprender en el sector que le apasionaba desde niño. De esta manera abrió la pizzería D'Agustto, en el Mercado de San Leopoldo de Madrid.

Portada Las servilletas verdes (Medialuna, 2025). Medialuna

Hace unos días presentó en su puesto Las servilletas verdes (Medialuna, 2025), una colección de experiencias que Agustín ha recopilado a lo largo de los últimos años. "Son reflexiones que escribía en servilletas y notas sueltas cuando estaba en el hospital, acompañadas del color de la esperanza", informa el autor.

Ahora, recuperado -"algo que para muchos fue un milagro"- Agustín elabora 'bocaccias' y pizzas romanas en su restaurante D'Agustto, dentro del mercado situado en el barrio de Tetuán. "Soy el 'vespa' -'ves pa' allí, ves pa' allá'-, además elaboro pizzas junto a dos empleados más", cuenta con su naturalidad tan característica Agustín.

En D'Agustto el nieto de los fundadores de las dos conocidas empresas alimentarias mezcla la gastronomía italiana con la española. El ticket medio es de 20 euros, ya que sus pizzas van de los 15 a los 18 euros y las 'boccaccias' de los 11 a los 14 euros.

Su camino en la gastronomía supone un retorno a los orígenes de su familia. "Mi abuelo Tomás, antes de fundar Pascual, tenía una cantina en la que vendía bocadillos hace unos 60 años", narra Agustín, que ahora emprende en un puesto de mercado y piensa compaginarlo junto con su otra pasión, la escritura, que le sirvió de vía de escape en los peores momentos de su enfermedad y en la que busca "inspirar a otros a seguir sus sueños".