Una de las grandes ventajas que tiene Madrid como ciudad es que está muy bien comunicada con el resto de España. Pero no solo la capital, sino que en líneas generales, toda la Comunidad goza de muy buenas comunicaciones con casi cualquier punto del país ya sea por carretera o por cualquier otro tipo de transporte. Sin embargo, eso es gracias a trabajos como los que se están realizando en el soterramiento de la A-5.
Unas obras que están generando un gran malestar entre los madrileños por los inconvenientes diarios que producen. Sin embargo, a la larga suponen un mal necesario. Y es que no es la primera vez que en la capital de España se hacen obras de esta magnitud, que provocan un gran trastorno para los afectados durante el proceso de estos trabajos, pero que después marcan un antes y un después.
Sin duda alguna, una de las grandes obras que se han llevado a cabo en Madrid y en España en los últimos años es el túnel que conecta la Comunidad con la zona norte del país. Una infraestructura que vio la luz hace casi dos décadas y que hoy sigue siendo un ejemplo en el que mirarse cuando se acometen proyectos de este tipo.
De hecho, desde su inauguración en el año 2007 está considerado como una de las mayores y más complejas obras de ingeniería civil de Europa. Y no solo por su utilidad y por la magnitud del proyecto, sino porque se llevó a cabo venciendo al terreno en una sierra cuya dureza era extrema, lo que complicó un proyecto que era muy necesario para las comunicaciones ferroviarias del país.
Se trata del túnel de Guadarrama, el cual atraviesa esta sierra formada por un macizo de granito que en algunos tramos supera los 1.000 metros de profundidad. Este túnel tiene una longitud de 28,4 kilómetros, lo que equivale casi a cruzar la Comunidad de Madrid de extremo a extremo. Y para poder llevarlo a cabo se necesitó una inversión de 1.200 millones de euros.
Así es el túnel más grande de España
El túnel ferroviario que atraviesa la sierra de Guadarrama es una de las obras más grandes que se han hecho en España y en Europa. Un verdadero prodigio admirado en todo el planeta por la dificultad que planteó su construcción en un entorno montañoso tan extremadamente duro.
La longitud del mismo supera los 28 kilómetros y conecta las provincias de Madrid y Segovia. Además, su construcción cambió radicalmente el panorama ferroviario de España. A partir de su inauguración, los trenes de alta velocidad ya podían atravesar un punto orográfico que parecía un escollo insalvable.
Las colosales obras comenzaron en el año 2002 y finalizaron en 2007. E hicieron protagonistas del proceso a dos tuneladoras gigantes, llamadas Dulcinea y Adelanta, y que tenían 11,5 metros de diámetro. Ambas iniciaron un viaje de casi cinco años hasta encontrarse en el punto medio del túnel. Por el camino extrajeron más de cuatro millones de metros cúbicos de granito.
Fue un proyecto que superó los 1.000 millones de coste, aunque la cifra exacta sigue siendo casi imposible de afinar hoy en día. Fue todo un desafío técnico y geológico. Y con su llegada, el norte de España quedó a tan solo una hora de Madrid, consolidando el AVE como gran signo de avance de los tiempos, las comunicaciones y la tecnología.
Además, una obra de estas proporciones no solo fue un salto para el transporte ferroviario de España, sino también para la ingeniería nacional como símbolo y comunidad. Su sistema de ventilación, drenaje y seguridad, formado por galerías paralelas para evacuación y mantenimiento, se diseñó siguiendo estándares comparables a los grandes túneles alpinos de Suiza e Italia.
Y a pesar de que hayan pasado más de 20 años del inicio de las obras, el proyecto sigue siendo una referencia a nivel mundial en muchos campos, pero sobre todo en el de las infraestructuras subterráneas.
