Madrid es hoy por hoy una ciudad en obras. Los habitantes de la capital, y de parte de la región, se encuentran asediados por los continuos inconvenientes que generan estos trabajos que en muchos puntos arrancaron hace unos meses y que van a durar en el peor de los escenarios, años.
Por eso, cada vez más personas se encuentran preocupadas por los continuos problemas que estos trabajos generan. Unas molestias que no cesan y que afectan por igual a vecinos y conductores que transitan zonas como el Paseo de la Castellana o el barrio de Ventas.
Sin embargo, si está habiendo un punto crítico en el plano de obras de este Madrid en reconstrucción, esa es la zona de la A-5. Estos trabajos de reestructuración de la zona, y que van a dejar uno de los barrios del futuro, admirado en toda Europa, son hoy por hoy un quebradero de cabeza para los madrileños.
Por ello, miles de vecinos se encuentran hartos de los continuos inconvenientes que sufren. Desde el excesivo ruido de cada mañana hasta las dificultades para aparcar, circular o incluso el aumento de la suciedad tanto dentro como fuera de sus casas.
Uno de esos vecinos afectados es Jose, quien relata a Telemadrid cómo está siendo el calvario que viven los vecinos que residen en el Paseo de Extremadura de Madrid. Allí, de manera diaria, decenas de máquinas entre grúas y excavadoras trabajan cada día sin descanso haciendo de la convivencia un pequeño caos.
El estrés de los vecinos
Madrid es una ciudad diferente de unos meses a esta parte. Y lo será también dentro de unos años, cuando todas las obras que hoy se encuentran activas ya hayan terminado y la nueva ciudad sea una realidad.
Sin embargo, hasta que esa época llegue, Madrid se ha convertido en una gran ratonera formada por agujeros inabarcables. Y uno de los más importantes se encuentra en la zona de las obras de la A-5. Un trabajo largo, grande y complejo que está generando mucha tensión y estrés entre los vecinos de la zona.
Uno de ellos, Jose, residente en el Paseo de Extremadura, ha dado su testimonio, expresando la cruda realidad que viven miles de personas como él. Un reclamo entre la desesperación y la resignación de saber que su problema no tiene solución por ahora.
Y es que este vecino de Madrid tiene que convivir cada día con el polvo colándose en los rincones de su casa. E incluso sufriendo un verdadero infierno para poder descansar, ya que los trabajos junto a su ventana le despiertan cada día e incluso han cambiado sus hábitos de vida.
"Por las mañanas se oyen todas las máquinas. Algunos trabajos que hacen son muy molestos. Se lleva, se lleva... no nos queda otra", confesaba este hombre que, a pesar de los molestos inconvenientes, prefiere mirar al futuro.
Y es que si todo sale como debería, Madrid será una ciudad mejor en unos años, cuando la pesadilla acabe: "Yo creo que va a quedar muy bien. Todo el barrio va a quedar bastante beneficiado de todo lo que tienen planeado hacer aquí. Va a ser muy interesante".
No obstante, hasta que eso llegue, a Jose y a sus vecinos les espera un gran sufrimiento. Muchos de ellos han tenido que cambiar hasta sus hábitos de vida, ya que con los alrededores de sus casas totalmente cortados se ven obligados a dar vueltas interminables incluso para acercarse al colegio de sus hijos. "Ahora tengo que dar toda la vuelta. Tengo que atravesar todo el parque y tardo mucho más. Tenemos que madrugar un poco más y dedicarle a todo más tiempo".
