Publicada

Hubo un tiempo en que en el poblado militar de La Marañosa, en San Martín de la Vega, tenía parques llenos de niños, bares repletos de personas y sus calles tenían vida. Pero, ahora, poco queda de eso.

"Nos están abandonando. Nos sentimos acosados", explica Manuela, vecina de la zona desde hace 34 años.

Se trata de un lugar al norte del municipio madrileño que fue construido hace unos 100 años (en 1923) como residencia para los trabajadores -tanto militares como civiles- de lo que actualmente es el Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA). Lo que antes se conocía como Instituto Técnológico Militar (y en sus inicios como Fábrica Nacional de Armamento).

Ahora, la mayoría de sus residentes ya son jubilados, aunque el centro sigue en funcionamiento. "Como siga así va a acabar siendo un poblado abandonado", se lamenta María del Pino, presidenta de la Asociación de Inquilinos de La Marañosa. Ella lleva residiendo ahí desde hace 40 años, cuando fue destinado su marido, médico militar, al centro.

Hace unos diez años, cuando su gestión pasó a corresponder al Instituto de Vivienda, Infraestructura y Equipamiento de la Defensa (INVIED) dependiente del Ministerio de Defensa, constituyeron la agrupación para denunciar la situación que empezó a darse. "No quisieron gastar dinero y comenzó el estado de abandono en el que se encuentra ahora".

Y es que actualmente, tal y como dice la presidenta de la asociación, las calles están sin barrer, sucias y no tienen ningún servicio. "Quienes limpiamos el poblado o quienes lo arreglamos somos nosotros. Barremos nuestras calles y mantenemos los jardines y el colegio", apunta Manuela.

Este, el Colegio de Educación Infantil y Primaria General Izquierdo (en un edificio cedido a la Comunidad de Madrid), es lo único que queda en la zona. Antes, había una piscina, un bar, una frutería, un supermercado y pistas deportivas. Pero, según explican los vecinos, las concesiones dejaron de darse y cerraron. "Todos esos locales están tapiados e inutilizables".

Lo más cercano que tienen para poder ir a comprar o al médico está en la localidad a la que pertenecen, que se encuentra a unos 8 kilómetros (y al que solo se puede acceder en coche o autobús).

Al igual que las viviendas, que pasaron de ser 115 (todas habitadas) a estar tapiadas y vacías 60 de ellas. Actualmente, Pino asegura que ya son solo unas 34 familias las que quedan en el poblado. Una población envejecida y sin prácticamente niños.

Viviendas cerradas

"Esta es una zona maravillosa, llena de naturaleza y pinares, pero la están dejando morir", exclama Pino. "No entendemos como, con las necesidades de vivienda que estamos sufriendo, tengan aquí casas cerradas y sin rehabilitar".

Su petición es que se arreglen para volver a cedérselas a los trabajadores del centro perteneciente a Defensa. "Hay ahora mismo una persona que está destinada en el INTA que está viviendo en una caravana en el poblado porque no tiene casa. Hay otros a los que les han dado pisos en Madrid", señala la presidenta.

Casa tapiada en La Marañosa. Cedida

Su iniciativa, además, ha sido apoyada desde el principio por el Ayuntamiento de San Martín de la Vega. De hecho, en el año 2021 emitieron, en una reunión mantenida con el INVIED, una reclamación para el mantenimiento y conservación de estas viviendas.

"En estos momentos hay una cantidad importante de viviendas en situación de abandono, que si bien se encuentran aseguradas para evitar actos vandálicos, no tiene sentido que permanezcan vacías", apuntaba entonces el alcalde de la localidad, Rafael Martínez.

Por tanto, desde el Consistorio proponían adjudicarlas a guardias civiles con el fin de favorecer sus traslados no solo al municipio, sino a la Comunidad. Aunque la respuesta de la institución fue que solo era posible adjudicarlas a militares.

La única competencia que tiene el Ayuntamiento en dicha ubicación se limita a la recogida de basuras periódicamente. Aun así, en 2023 se acometieron las obras de instalación de un parque infantil -llamado José Luis Miguel Jambrina- en las que se invirtieron unos 30.000 euros. También este año (a petición de los vecinos) se acometió el desbroce y limpieza del área ante la preocupación por riesgo de incendios.

Casa de La Marañosa, cerrada y llena de maleza sin barrer ni limpiar. Cedida

Pero el descenso en su población no solo ha venido por parte de antiguos vecinos que no han querido continuar luchando por vivir en una zona sin ya apenas recursos. "Están intentando desalojar a gente que está viviendo aquí", afirma Pino, también abogada de profesión.

"Además de hacer dejadez de sus funciones y no atendernos debidamente, algunos están recibiendo cartas de desahucio por cosas nimias, como, por ejemplo, no estar bien empadronados, según dicen. Nos están acosando", afirma Manuela. "No sabemos con qué fin, pero lo estamos recurriendo", añade la presidenta de la plataforma.

Reformarán nueve casas

En 2021, en la antes mencionada reunión, desde el INVIED aseguraron que la proyección que iban a mantener es la de actuar sobre dos viviendas al año, tanto en lo relativo a su reparación y mantenimiento como en su posterior adjudicación.

Por ahora, este año Defensa anunció el proyecto de reforma y rehabilitación de nueve de ellas. Se hará con una inversión de casi dos millones de euros y un plazo estimado de duración de 16 meses. Así lo avanzó el subdirector del INTA en la reunión mantenida con el Alcalde y el Primer Teniente de Alcalde el pasado mes de junio.

Se prevé una renovación total de instalaciones, carpinterías, mobiliario de cocina y aparatos sanitarios, acabados y calidades, demolición y reconstrucción de cubiertas, redistribución de interior completa que actualice y mejore el plan funcional de las mismas, así como retirada de construcciones anexas con cubiertas de fibrocemento. Asimismo, se plantea el desbrozado del terreno y la modernización de las instalaciones de fontanería, ACS, electricidad y climatización para adecuar su eficiencia y consumo energético.

De esta manera, se plantea la actuación de tres viviendas en la calle Cid Campeador, cinco viviendas en la calle Juan de Austria y una vivienda en la calle Alfonso XII, con superficies de entre 66 y 80 metros cuadrados -salvo una vivienda que alcanza los 121 metros cuadrados-.

El planteamiento es "no alterar el ambiente que merece protección por su estética y carácter típico o tradicional", atendiendo al Plan de Ordenación de Protección Ambiental al que se encuentran sujetas, así como a la tipología típica de construcción de los años 50.

Según especifican desde la asociación de vecinos, estas serán destinadas a las familias que vivían en la parte baja de las dos zonas en las que se divide el poblado. Se trata de las casas en peores condiciones y, por eso, van a ser realojados.

"Me parece bien, pero si siguen quedando casas hay que seguir reformándolas y dándolas a gente nueva", opina Pino.

Por su parte, desde el Ayuntamiento lo consideran una "buena noticia". "Si bien hay más viviendas que pueden ser habitables, se trata de un primer paso muy importante, pues el fin es el de revertir la despoblación en esta zona de nuestro municipio", añade el alcalde.