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Alcorcón se suma a la iniciativa internacional Plant Based Treaty y sigue así los pasos de Parla, que fue el primer municipio madrileño en respaldar este llamamiento global por una alimentación más sostenible. Ambas ciudades del sur de Madrid han apostado por incorporar el enfoque vegetal a sus políticas públicas, desde los comedores escolares hasta los proyectos comunitarios. 

Con la adhesión de Alcorcón, aprobada en el último Pleno municipal, ya son tres los municipios españoles que respaldan oficialmente el tratado (junto a El Masnou, en Barcelona). La iniciativa, inspirada en el modelo del Tratado de No Proliferación de Combustibles Fósiles, busca reducir las emisiones vinculadas al sistema alimentario y promover hábitos más saludables.

En el caso de Alcorcón, el concejal de Salud Pública, Consumo y Bienestar Animal, Eduardo Olano, defendió la medida apelando a la “evidencia científica” y a la necesidad de avanzar hacia dietas más basadas en vegetales, con beneficios tanto para el planeta como para la salud de los vecinos. Entre las acciones previstas se encuentran campañas educativas, proyectos piloto en comedores, incentivos para empresas de catering y programas como los Miércoles de Verduras.

Parla, que fue pionera en esta línea, ya había aprobado en 2022 una declaración institucional a favor del tratado. Desde entonces, el Ayuntamiento parleño ha trabajado en propuestas como huertos urbanos, talleres de cocina saludable y colaboración con centros educativos para introducir más opciones vegetales.

Ambos municipios comparten un enfoque que no solo promueve el consumo de productos de origen vegetal y de proximidad, sino que también pone el foco en la justicia alimentaria, la salud pública y el respeto al medio ambiente. Una "dieta" institucional que, aseguran desde los consistorios, pretende ser más inclusiva, consciente y sostenible.

Respaldo a agricultores

La adhesión de Alcorcón también contempla el respaldo explícito a pequeños agricultores y a modelos de producción diversificados y ecológicos, mediante el impulso de huertos urbanos, programas de compostaje y proyectos comunitarios centrados en la soberanía alimentaria.

Además, el Ayuntamiento ha anunciado la puesta en marcha de su primera Encuesta de Salud local, una herramienta que permitirá conocer los hábitos alimentarios de la población y diseñar estrategias más precisas.

En paralelo, se prevé la organización de concursos gastronómicos como el de Ollas Saludables, y el refuerzo de menús basados en plantas en eventos municipales. En ambos municipios, la transición se plantea como un proceso progresivo, acompañado de campañas informativas que subrayan tanto los beneficios nutricionales como el impacto ambiental de las elecciones alimentarias.