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Móstoles, Fuenlabrada y, ahora, Alcorcón. El soterramiento de la autovía A-5 está trayendo de cabeza a varios ayuntamientos del sur de la Comunidad de Madrid, sobre todo a los más afectados por estas obras que van a modificar por completo una de las carreteras más importantes de entrada a la capital de España.

Después de que los vecinos del PAU de Alcorcón pidieran que se habilitaran más terrenos del Ministerio de Defensa para aparcar en Cuatro Vientos, el alcalde de Móstoles se ofreciera a pagar la R-5 a sus vecinos y algunos grupos municipales reclamaran al Gobierno de España la gratuidad de las Cercanías de Renfe para los afectados; la alcaldesa de Alcorcón, Candelaria Testa, ha vuelto a insistir en la necesidad de que el intercambiador de entrada a Madrid no esté en Cuatro Vientos, sino en Príncipe Pío.

De este modo, la regidora rechaza el plan aplaudido por sus vecinos de Móstoles de mejorar las instalaciones en las que actualmente se bajan en Cuatro Vientos, en lo que se ha venido a convertir en un intercambiador improvisado. 

La alcaldesa socialista acusa al Ayuntamiento de Madrid y al Gobierno de Isabel Díaz Ayuso de "no hacer nada por sus vecinos" y de "abandonarles en un espacio que no cumple con las necesidades mínimas de seguridad".

Así las cosas, desde el Ayuntamiento de Alcorcón rechazan la medida recientemente publicada por Madrid Total de que el Consistorio madrileño va a habilitar un intercambiador provisional en Cuatro Vientos con marquesinas, aseos y servicio de seguridad.

La regidora considera que esa no es la solución correcta para sus vecinos, puesto que "no es segura" y sigue en su empeño de que el único lugar válido para convertirse en intercambiador es Príncipe Pío.

Desde el equipo de Gobierno de Candelaria Testa insisten en que los autobuses nocturnos llegan hasta esta estación y no comprenden por qué los servicios diurnos, habilitados para suplir los problemas de transporte provocados por el cierre de la A-5, solo llegan hasta Cuatro Vientos.

Desde el Ayuntamiento de Alcorcón denuncian que "Cuatro Vientos es, desde hace meses, un muro invisible que impide a Alcorcón acceder a la capital en autobús debido a las obras de soterramiento de la A-5". 

Añaden que "Ayuso y Almeida han decidido unilateralmente abandonar a los y las usuarias que se ven obligados a diario a soportar largas esperas en un apeadero sin las garantías de seguridad necesarias y, ahora también, unas insoportables temperaturas bajo unas marquesinas transparentes y claramente inservibles ante una ola de calor".

Inicio de unas actuaciones preliminares de ampliación de carril en la calzada norte de la A-5, en el marco de las obras del soterramiento. EFE Rodrigo Jiménez

"Maltrato institucional. Solo estas dos palabras pueden definir las decisiones de dos Gobiernos, el de Madrid y el de la Comunidad, que nos han condenado al bloqueo en materia de movilidad y ahora, además, a una subida del abono transporte", continúan en sus declaraciones a este medio.

"Que nadie tenga duda: este Gobierno seguirá denunciando el caos actual y exigiendo una movilidad digna. Nosotros y nosotras sí vamos a defender a la ciudadanía".

Las tensiones por el soterramiento de la A-5 no dejan de crecer en los municipios del sur de Madrid. Las voces escuchadas desde la alcaldía de Alcorcón no son las únicas.

Los vecinos del PAU4 de Móstoles llevan semanas denunciando la saturación del entorno de Cuatro Vientos y piden al Ministerio de Defensa que ceda terrenos próximos a la base militar para usarlos como aparcamiento disuasorio. La falta de espacio y los atascos para conectar con la M-40 y los enlaces a la ciudad han provocado incluso protestas vecinales.

También en Móstoles, la situación ha obligado a tomar medidas drásticas: su alcalde, Manuel Bautista, ha ofrecido pagar la R-5 a los vecinos de su municipio para facilitar su movilidad. Y el Ayuntamiento de Madrid, por su parte, ha decidido habilitar un intercambiador provisional en Cuatro Vientos con marquesinas, baños y seguridad, una decisión que ha abierto una nueva grieta con Alcorcón.