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"Nos ha destrozado, esto nos ha arruinado la vida", así habla uno de los antiguos regentes de la sala de fiestas Cool, ubicada en el número 7 de la Calle San Bernardo, del día que se clausuró en 2019 tras un registro policial.

Según varios informes, que han podido ser consultados por Madrid Total, dentro del recinto ese día se encontraban 898 personas, cifra que excedía las 520 del aforo permitido según su licencia. Sus dueños insisten en que "la capacidad de evacuación era mucho más alta", por lo que la seguridad de los presentes estaría completamente garantizada.

Esa infracción fue considerada como muy grave por las autoridades, por lo que se impuso una multa de casi 70.000 euros. Desde la empresa decidieron apelar la primera resolución y, ahora, una nueva sentencia, a la que ha tenido acceso este periódico, estima el recurso de apelación y decide revocar la sentencia que finalmente obligaba al pago de esa cantidad.

Fuentes del sector confirman a este periódico que el Ayuntamiento de Madrid alegaba que este cierre se realizaba porque la actividad que se estaba llevando a cabo en el interior de la discoteca podía "poner en riesgo la vida de las personas" que allí se encontraban.

"Nosotros teníamos que seguir pagando 40.000 euros de alquiler y los salarios de los trabajadores", aseguran desde la empresa que tenía la titularidad en ese momento. "El destrozo ha sido millonario, hemos perdido muchísimo dinero".

Durante los meses posteriores a la clausura, "trataron de contactar varias veces con el Ayuntamiento de Madrid" para que realizasen una supervisión de la sala. No lo consiguieron e intentaron entonces recurrir a una cautelar y una cautelarísima que tampoco fueron concedidas.

Tras tres años de lucha, se vieron obligados a trasladar la licencia de la sala a otra empresa al no poder volver a abrir la discoteca. Sus nuevos titulares consiguieron que se les concediese la licencia y los permisos para abrir.

Finalmente, unos meses después, corrieron la misma suerte y el local volvió a ser clausurado de nuevo por los mismos motivos de aforo. Desde ese momento ha permanecido cerrada.

Capacidad para 1404 personas

Según ha podido conocer Madrid Total, tras este segundo cierre, se han acometido dos nuevas inspecciones al local para determinar cuáles son las medidas de seguridad existentes en la estructura.

El primero de ellos, realizado por los bomberos, firma una evacuación de 1.238 personas. Por su parte, la Agencia de Actividades (ADA) ha emitido su propio documento en el que se reconoce que la capacidad de evacuación real del local es de 1404 personas.

Interior de la discoteca Sala Cool

Este medidor es diferente al aforo, pues se refiere únicamente al número de individuos que se puede evacuar de forma rápida y sin riesgos y se determina en función de cuestiones de seguridad. En cambio, el aforo es el número máximo de personas que según la licencia pueden estar dentro del establecimiento atendiendo a cuestiones legislativas.

Ahora, con la llegada de los nuevos informes, se registra que la capacidad de las instalaciones duplica e incluso triplica el aforo recogido en la licencia emitida a la sala, que se coloca en 520 y es también de casi el doble del número de clientes que se encontraban en su interior el día del cierre.

Ese aforo fijado en 520 personas se determinó en el momento de emisión de la licencia, que data del año 1931, cuando los requisitos y la legislatura eran distintos. Desde esa fecha, en la sala se realizaron varias remodelaciones para atenerse a las nuevas medidas de seguridad, lo que debería incrementar también la capacidad de su interior.

Actualmente, los nuevos aforos se rigen por el Plan General de Ordenación Urbana de Madrid de 1997. Esta es la regla en la que el Ayuntamiento recoge que los aforos de los locales se establecerán teniendo en cuenta las tablas de los llamados tipos urbanísticos.

De esta forma, cualquier nuevo restaurante o discoteca que se instale en el Centro o en Chamberí tendrá un aforo de 74 personas independientemente de su tamaño o del número de puertas de emergencia con las que cuente.

Desde el sector del ocio nocturno afirman llevar 20 años luchando por cambiar este régimen que ellos consideran que se aplica de forma "arbitraria". Además, piden que "la aplicación del régimen sancionador sea proporcional a la gravedad de lo que ocurre".

Solicitan también que el aforo "vuelva a vincularse a la capacidad de evacuación". De momento, esta primera sentencia ya ha revocado la multa, pero todavía quedan otros cuatro juicios contenciosos en los que se decidirá el futuro del local.

"Moriremos luchando, ya no tenemos nada que perder", aseguran desde la empresa que sostiene que esa noche de 2019 el interior de su discoteca era completamente seguro.

El caso de Cool es solo uno de los cierres que se han dado en los últimos años. El más reciente ha sido el de la sala Cocó, precintada durante dos meses por problemas de aforo. Esta situación ha levantado al sector, que ahora busca revertir la situación.