¿Por qué las Autonomías del PP están en contra de la propuesta de la ministra Montero para la quita de la deuda? Concretamente, Andalucía ha dicho que no acudirá.
Hay una razón de disciplina contable y otra de política nacional.
La razón de disciplina contable se refiere a que una quita de deuda de vez en cuando conduce a la figura del “riesgo moral”. Significa que si los gestores de una comunidad autónoma saben que cada cierto tiempo serán liberados de las deudas que contraen, dejan de ser responsables y la elevan todo lo posible.
Dicho de otra manera, esos procesos de “quita o condonación” de deuda incentivan políticas autonómicas “cigarras” (gastonas alegremente) y desincentivan las políticas hormigas (austeras y responsables), parodiando la célebre fábula de La Fontaine.
En España están favoreciendo a gobiernos manirrotos, como el de Cataluña, y castigando a gobiernos responsables.
Los catalanes pueden decir que tuvieron que endeudarse porque están infrafinanciados, pero también lo podrían decir los valencianos, los andaluces o los madrileños
Al traspasar la deuda al Estado, ese dinero pasa de ser devuelto y pagar sus intereses por los ciudadanos de una autonomía concreta, con sus impuestos autonómicos y lo que recibe del Estado, a mutualizarse. Es decir, a ser una deuda de todos los españoles.
Por ejemplo, si antes un catalán tenía que soportar la parte “por cápita” de 100 euros de deuda y 2 euros al año de intereses, como Cataluña es aproximadamente en 12% de la población, ahora solo soportaría 12 euros de deuda y 0,12 euros de intereses.
Por contra, el resto de los españoles soportarían 88 euros de esa deuda y 0,88 euros de sus intereses. Se ha trasladado la deuda de los catalanes al resto de los españoles.
Los catalanes pueden decir que tuvieron que endeudarse porque están infrafinanciados, pero también lo podrían decir los valencianos, los andaluces o los madrileños. Lo de las deudas históricas son cuentos y no cuentas.
Un gobierno responsable, como una familia responsable, ajusta sus gastos a sus ingresos y su capacidad de crédito. Otra cosa es cómo negocia para tener más de uno y otro. Gastar por encima de ello siempre se ha llamado: ¡manirroto!
Además de trasladarles la deuda, quieren que andaluces y madrileños paguen más impuestos ¡Toma ya!
De manera que esa quita de deuda de más de 83.000 millones de euros es pasar la deuda de los gastones a los austeros; es favorecer la alegría irresponsable en el gasto público, que los gastones (las cigarras), quieren que paguen los austeros (las hormigas).
El otro argumento para estar en contra de la medida es político.
La operación responde a un acuerdo con ERC para la investidura. Para ser elegido presidente, Sánchez se comprometió a reducir la deuda de Cataluña. Ahora lo quiere hacer pasándosela a todos los demás.
No es raro que PP y Vox se opongan. Montero se escandaliza porque lo hagan. Pero: ¡son o no son oposición! Una oposición vilipendiada, insultada y vejada por el gobierno, sus ministros y su órgano de propaganda (TVE). Y ahora, ¿quieren que les saquen del atolladero? ¿Les pidieron permiso para el acuerdo de investidura? La desvergüenza del argumento de cargar la culpa a la oposición no tiene medida.
Además, Sumar propone que si una autonomía acepta esa quita, no pueda eliminar ni bajar el impuesto de donaciones, sucesiones o patrimonio. Cosa que tienen andaluces y madrileños.
O sea, que además de trasladarles la deuda, quieren que andaluces y madrileños paguen más impuestos ¡Toma ya!
La sra Díaz, vicepresidenta del gobierno y mandamás de Sumar, vuelve a hablar del dumping fiscal. Pero lo que quiere es favorecer a los gestores manirrotos y castigar a los votantes de las autonomías del PP ¿Para qué? Para seguir en la vicepresidencia y mantener lo que llama unas políticas progresistas, que son regresivas y favorecen a los gestores manirrotos.
Por otra parte, la medida debe ser aprobada por el gobierno y tramitada en las cortes. Algo complicado ¿Lo apoyarán todos los partidos de la coalición Sánchez? ¿Compromís traicionará Valencia? Descontando que el Senado, de mayoría PP, procurará retardar al máximo su tramitación.
Por tanto, la medida puede acabar en otra maniobra de distracción, para seguir entreteniendo a los independentistas de ERC, y desviar la atención de los temas de corrupción e imposibilidad presupuestaria que deberían conducir a nuevas elecciones parlamentarias.
** J. R. Pin Arboledas es profesor del IESE.