Cada vez que una bolsa índice como el S&P 500, el Dow Jones o nuestro querido Ibex 35 cierra la sesión en máximos, siempre, siempre, siempre, se disparan las alarmas: “¡Burbuja!”, “¡sobrevaloración!”, “¡corrección a la vista!”. Y, evidentemente, ante estas palabras, lo normal es sentir dudas de si lo que toca es “pisar el freno” o al menos “levantar el pie del acelerador”.
Antes de pegar volantazos en nuestras carteras conviene, y mucho, echar unos números. Y es que otra cosa no, pero datos, en esta industria nos sobran y teniendo series de precios históricos de tan largo plazo, merece la pena analizar qué ha pasado en otros momentos de la historia como en el que nos encontramos ahora.
Acabamos de sobrepasar el ecuador del año y creo que podemos hablar de una de las recuperaciones de las bolsas dignas de ser cinceladas en piedra. Hablo de la magnitud de la recuperación bursátil del 8 de abril, día de “Santa Julia”, al 10 de julio, “San Marcial”; la resiliencia de las bolsas y el debate sobre cuánto nos durará; los máximos históricos convergen en un contexto financiero bastante complejo donde la macro va según el día… y lo de la política y la geopolítica está siendo de ciencia ficción.
Recuerden que en los albores del segundo trimestre la narrativa dominante era razonablemente pesimista. Sin embargo, desde principios del mes de abril hasta estos días … el S&P 500 sube nada más y nada menos que un 30%, mientras que el NASDAQ 100 lo hace más de un 38%.
Esta abrupta e inesperada recuperación se explica en parte por la combinación de menores rendimientos de bonos, los diferenciales crediticios más estrechos y un índice VIX más relajado, que han ido consolidando un ambiente de moderada tranquilidad a pesar de que nada de la geopolítica ha cambiado de manera significativa.
Acabamos de sobrepasar el ecuador del año y creo que podemos hablar de una de las recuperaciones de las bolsas dignas de ser cinceladas en piedra
Como decía en la introducción, el riesgo es un concepto que tiene un sesgo de percepción muy elevado y mantener las inversiones en estos niveles o comprar más da bastante vértigo. Además,
la tolerancia al riesgo es un concepto complejo de medir y para nada “homogeneizable” porque el temor a perder dinero genera cortisol… y cómo digiere cada uno el cortisol… es tema de cada uno… pero para mí lo que no se puede medir en nuestro negocio… no existe… ahí van unos datos de la bolsa americana que es de la que más historia tenemos.
Entre 1950 y lo que llevamos de 2025 hay poco más de 19.000 días bursátiles y durante este periodo el S&P500 ha estado en 1.475 momentos en sus máximos históricos. Estos episodios no fueron preludio de desplomes, sino reflejo de ciclos expansivos, impulsados por innovación, productividad, crecimiento de los beneficios empresariales … y toda la retahíla de cosas; lo que justifica que paguemos más por los beneficios de las compañías.
Mirando día a día si la bolsa ha cerrado en máximos respecto a todos los días anteriores… miro la rentabilidad que habríamos obtenido si invertimos justo en el máximo como sería nuestra inversión 1, 3, 5 y 10 años más tarde y eso lo comparo con invertir en Rolling día a día a los mismos plazos de 1,3,5 y 10 años.
Tomen nota:
Rentabilidad media del S&P 500 a un año tras un “all time high”: 10,3%
Rentabilidad media del S&P 500 a un año en el resto de los días: 10,5%
Rentabilidad media del S&P 500 a tres años anualizada tras un “ath”: 26,1%
Rentabilidad media del S&P 500 a tres años en el resto de los días: 28,1%
Rentabilidad media del S&P 500 a diez años anualizada tras un “ath”: 50,1%
Rentabilidad media del S&P 500 a diez años en el resto de los días: 51,8%
A 1 año…en el 73,3% de los casos, has ganado dinero
A 3 años … en el 89,9% de los casos, has ganado dinero…
Esta es la historia real. Sin embargo, nuestro cerebro reacciona frente a los precios máximos. Cuando escuchamos que “está todo demasiado caro”, actúa el sesgo de supervivencia emocional, que es que nos genera el miedo a perder lo que ya hemos ganado.
¿Puede haber retrocesos? Claro que sí. La historia está llena de sacudidas, como el crash de 1987: tras un rally gigantesco estuvo la mayor caída diaria (-20 %). La burbuja puntocom (1999‑2002): tras récords en 1999, el Nasdaq perdió hasta el 83 % de su valor; la crisis financiera de 2008, durante la que se borraron varios años de ganancias o, más recientemente, la pandemia de 2020, que nos dejó caídas de más del 30 % en semanas, seguida de una recuperación histórica.
Pero cada uno de estos retrocesos fue TEMPORAL. En el momento en el que estamos hay una cierta sobrevaloración del mercado, lo cual exige algo de cautela. La volatilidad ahora es más baja, pero se ha disparado mucho, por lo que hay que mantener la mente fría.
El contexto macro no es óptimo, pero no es malo. Tenemos guerras, inflación, incertidumbre en política monetaria, deuda pública por los aires… todo influye, pero no frena el crecimiento a largo plazo y la IA que es esa pátina dorada que lo impregna todo y que hace que todo brille, sigue siendo fuente de productividad inagotable. Pero no se equivoquen… el mayor riesgo es uno mismo…cuando nos dejamos llevar por el miedo o la codicia.
***Álvaro Galiñanes Franco es director de Inversiones de Santander Private Banking Gestión.