“Los que no tienen hijos ignoran muchos placeres, pero también se evitan muchos dolores” (Honoré de Balzac).

A nadie se le escapa que, conforme el mundo avanza y se desarrolla, cada vez se tienen menos hijos. La tasa de natalidad ya no cae solamente en los países ricos, también en algunas economías emergentes punteras.

Este gráfico del FMI es revelador sobre el pasado reciente y las proyecciones hasta el año 2100: el crecimiento promedio de la población mundial cae (línea azul) hasta transformarse en negativo (decrecimiento) en torno a 2080 mientras la edad media de la población global se incrementa (línea roja) situándose en 43 años en 2100:

Repasemos algunas infografías publicadas por BlackRock recientemente. La esperanza de vida está aumentando y las tasas de natalidad están disminuyendo en todo el mundo. En muchos mercados desarrollados y en China, la combinación de ambos factores implica que sus poblaciones están envejeciendo, con cada vez más personas que superan la edad de jubilación y menos personas en edad laboral.

Se prevé que la población en edad laboral comience a disminuir, o se reduzca aún más, en varias economías importantes durante los próximos 20 años. La migración es el único factor que puede cambiar las perspectivas.

Esto plantea un desafío económico. Una fuerza laboral en disminución significa que una economía no puede crecer tan rápido como antes: aumentar la producción de un país depende de aumentar el número de trabajadores y/o la producción de cada uno. A menos que la productividad laboral aumente más rápidamente, el crecimiento económico promedio se desacelerará al 1,2% en el G7 (anteriormente, sólo ha sido inferior al 1,3% en las recesiones estadounidenses):

¿Es inevitable un menor crecimiento? Una baja tasa de paro suele indicar una economía sólida y saludable. En el futuro, la escasez de trabajadores a medida que la población envejece podría significar que veamos un bajo desempleo y un crecimiento más débil al mismo tiempo. Por eso indicadores cíclicos como el desempleo serán una guía menos fiable de la salud económica.

Los países podrían intentar compensar el impacto de la disminución de la población en edad laboral aumentando la participación de mujeres, otros grupos subrepresentados y personas que ya han superado la edad de jubilación. O podrían intentar atraer a trabajadores de otros países.

Diversas combinaciones de estas estrategias han impulsado la fuerza laboral empleada y, en consecuencia, el crecimiento económico en las economías del G7 durante los últimos 20 años. Sin embargo, como muestran los puntos negros, es poco probable que sea suficiente para mantener el crecimiento de la fuerza laboral al mismo ritmo que antes o, en el caso de Europa y Japón, para evitar su disminución.

Algunos países podrían implementar estrategias destinadas a impulsar la productividad de una fuerza laboral más reducida, por ejemplo, invirtiendo en automatización. En términos generales, durante las últimas tres décadas, cuanto más envejece la población de un país, más invierte en robótica, según una investigación de Acemoglu y Restrepo (2021). Es posible que los avances en IA permitan mayores ganancias de productividad, incluso en el sector servicios:

¿Es el envejecimiento inflacionista? Los jubilados dejan de generar ingresos, pero no suelen gastar menos. En las economías en proceso de envejecimiento, las empresas tienden a frenar la inversión, pero BlackRock prevé sólo una leve contracción dada la continua inversión en automatización e inteligencia artificial.

Dado que es probable que los gobiernos gasten más en atención médica, consideran que la oferta de la economía disminuirá en los mercados desarrollados, pero la demanda no. La presión inflacionaria resultante es una de las razones por las que creen que los bancos centrales podrían necesitar mantener los tipos de interés por encima de los niveles prepandémicos:

Los cambios demográficos y sus efectos variarán según el país. La dispersión de los resultados generará abundantes oportunidades de inversión. La clave para los inversores es ser selectivos y evaluar qué mercados eligen. Las investigaciones indican que pueden tardar en incorporar el impacto incluso de cambios demográficos predecibles. Este parece ser el caso actual en EEUU y Europa y por eso a BlackRock le gusta el sector sanitario en ambas regiones:

En muchos mercados emergentes, la población en edad laboral sigue creciendo, lo que les otorga una ventaja económica. Hay oportunidades en aquéllos que mejor pueden capitalizarlo (por ejemplo, mejorando la participación laboral e invirtiendo en infraestructura). Podrían ofrecer mayores rentabilidades países con mayor demanda de inversión, como la India, Indonesia, México y Arabia Saudita:



Espero que los gráficos de hoy nos ayuden a reflexionar y no olvides que, tengas la edad que tengas, la clave en esta vida es morir joven lo más tarde posible.