Tras un primer semestre de 2024 especialmente sólido pese a que era año electoral en Estados Unidos, el sector de la salud perdió bastante valor a partir de finales de agosto, terminando el año con una caída del 15%. La tendencia negativa continuó incluso después de la victoria de Donald Trump en las urnas, entre otros motivos, por el nombramiento de Robert Francis Kennedy Jr. (RFK Jr.) como secretario de Salud y Servicios Humanos.

RFK Junior es un declarado activista antivacunas y presidente de la organización «Children's Health Defense». Aunque el reciente brote de sarampión en Texas le ha llevado a apoyar públicamente las vacunas, durante la pandemia había criticado repetidamente la seguridad del proceso de aprobación de las mismas y había expresado opiniones controvertidas, como la afirmación de que esa vacuna era una de las más peligrosas jamás fabricadas.

También había cuestionado la amenaza que supone el coronavirus. En diciembre de 2024, 77 premios nobel se pronunciaron en contra de su nombramiento en una carta abierta sin precedentes, en la que subrayaron que su cargo podía poner en peligro «la salud de la población».

¿Habrá un cambio de rumbo en la política sanitaria estadounidense?

Su agenda política al frente del Departamento de Salud sigue sin estar clara en muchos aspectos. Sin embargo, uno de sus puntos clave parece ser la lucha contra la obesidad. Dado que su cargo comporta también la responsabilidad sobre la nutrición, prevé una normativa más estricta contra los alimentos ultraprocesados, como los platos congelados o los cereales de desayuno, que se asocian a un mayor riesgo de desarrollar cáncer, enfermedades cardiovasculares y diabetes. También quiere tomar medidas contra determinados aditivos y colorantes alimentarios ya prohibidos en otros países.

Sin embargo, es probable que sus principales planes de reforma estén relacionados con las vacunas, la financiación de la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) y los precios de los medicamentos.

Recortes inminentes en las autoridades sanitarias

Se considera que RFK Jr. es crítico con la FDA y se ha mostrado contrario en reiteradas ocasiones a su estructura y financiación. La agencia, responsable de la autorización y el control de medicamentos, vacunas, productos médicos y alimentos, recibe su presupuesto tanto de fondos públicos como de contribuciones de empresas del sector sanitario.

RFK Jr. se muestra especialmente crítico con el sistema de autorización. Si se llevara a cabo una reforma y, como consecuencia, la FDA perdiera una parte importante de su financiación, los procesos de autorización podrían prolongarse, lo cual repercutiría negativamente en las empresas farmacéuticas y en los pacientes que están a la espera de nuevos fármacos. Una potencial reorganización también podría dificultar la comunicación entre la FDA y el sector: Donald Trump ya ha prohibido que la FDA se comunique con el público, por ejemplo.

El foco está en los precios de los medicamentos en EEUU

Otro objetivo clave de la nueva Administración es reducir los costes del sistema sanitario. En comparación con otros países, EEUU tiene los precios de los medicamentos más elevados, con diferencia. Según la RAND Corporation, en 2021 fueron un 344% superiores a la media de los demás países de la OCDE.

Para reducir estos costes, el expresidente Joe Biden presentó en agosto de 2022 la Ley de Reducción de la Inflación (IRA) que permite, entre otras cosas, «negociaciones de precios» entre los Centros de Servicios de Medicare y Medicaid (CMS) y las empresas farmacéuticas. En la práctica, esto significa que Medicare fija los precios de determinados medicamentos y las empresas farmacéuticas tienen que aceptarlos.

Tras la inclusión de los diez primeros fármacos en este proceso de negociación en 2024, los CMS publicaron una segunda lista de 15 medicamentos adicionales en enero de 2025, entre los que figuran dos para el tratamiento de la leucemia y el cáncer de próstata, así como otros para el tratamiento de la diabetes y la obesidad.

Además, los fármacos de Novo Nordisk con la semaglutida como principio activo se han añadido a la lista que se está negociando. La semaglutida es el principio activo del grupo de medicamentos de Novo Nordisk utilizados para tratar la diabetes y la obesidad. En consecuencia, ahora se están negociando los precios de los fármacos Rybelsus, Ozempic y Wegovy.

La lista no contenía sorpresas. Las empresas concernidas asumen que las reducciones de precios se mantendrán dentro de unos límites razonables. Además, en el sistema estadounidense son habituales los descuentos: según el portal de datos IQVIA, la facturación real de las farmacéuticas tras deducir los descuentos fue de 435.000 millones de dólares, mientras que la cifra según los precios oficiales de venta ascendía a 917.000 millones de dólares. Esto ilustra hasta qué punto depende de los reembolsos el sistema sanitario del país.

El plan de Trump: sacar de la ecuación a los intermediarios

Otra reforma que proyecta la administración Trump tiene que ver con el papel de los administradores de beneficios de farmacia (PBM, por sus siglas en inglés). Estos intermediarios negocian cada año descuentos para medicamentos entre las compañías de seguros médicos, las farmacias y los laboratorios. Su objetivo declarado es reducir costes, pero sus prácticas llevan años recibiendo críticas.

Los PBM deciden si se incluye o no un fármaco en las listas de descuento y, por tanto, tienen una influencia considerable en sus ventas. Además, se benefician de los llamados modelos de fijación de precios con margen, por los que compran medicamentos más baratos y los venden a las aseguradoras a un precio más alto. Según un análisis de Nephron Research, alrededor del 24% de los beneficios de los PBM en 2022 se podían atribuir a estos mecanismos.

Donald Trump ve aquí un potencial de ahorro considerable y quiere obligar a los PBM a salir del sistema para repercutir ese ahorro directamente en los receptores de medicamentos. Sin embargo, en su primer mandato ya intentó ejecutar este plan sin éxito, y hay dudas de que esta vez vaya a lograrlo.

Conclusión: ni es un sector atractivo ni se ha invertido lo suficiente

El sector sanitario sigue bajo presión, tras los débiles resultados del segundo semestre de 2024. Según la última encuesta de Bank of America a gestores de fondos, los inversores no invierten los suficiente en el sector sanitario en comparación con los niveles históricos.

No obstante, las farmacéuticas europeas, en particular, lograron impresionar con cifras sólidas en 2024 y una buena perspectiva 2025. En nuestra opinión, las farmacéuticas de alto crecimiento que próximamente publiquen resultados de ensayos clínicos deberían seguir resultando atractivas. No obstante, cabe esperar, al mismo tiempo, una mayor volatilidad en el sector, sobre todo por la incertidumbre que genera la nueva administración estadounidense

***Sebastian Hofbeck es analista y gestor de cartera de DJE Kapital AG.