Dice Tezanos que no es adivino, y es verdad. No acierta en sus previsiones. Pero quiere ser "mago". Lo que está haciendo con el CIS es un "experimento social".

Tezanos no trata de adivinar los resultados del 23J; pretende influir en ellos. Demostrar la "profecía autocumplida" que dice "basta que se profetice que algo ocurrirá en el futuro para que se ayude a que ocurra".

Tezanos ni "quita ni pone rey, pero ayuda a su señor". Frase del mercenario francés Bertran de Digluesclin, cuando sujetó a Pedro I el Cruel, en Montiel, mientras Enrique de Trastámara, aspirante al trono, lo apuñalaba para sucederle en la Corona.

Lo que quiere Tezanos con sus encuestas es que los votantes a la derecha del PSOE se desanimen y no voten. A la vez que pretende que los votantes del PSOE/Sumar se animen y voten.

La teoría en que se basa es conocida. Yo la experimenté como miembro de equipos electorales durante más de tres elecciones.

Según esa teoría, las elecciones están muy definidas meses antes de su celebración. La campaña electoral sólo mueve una parte muy pequeña de los resultados.

Los partidos muy minoritarios, con votantes muy concienciados, al principio pueden aparecer con porcentajes de voto directo que les dan esperanza

Las encuestas demoscópicas empiezan dando altos porcentajes de no sé/no contesto, o abstención, en el llamado voto directo de la encuesta. Pero estos electores, en gran parte, no es que no sepan lo que van a votar, es que ante la pregunta sobre un acontecimiento lejano en el tiempo no se plantean la decisión. Sin embargo, si se les pusiera en el momento una urna delante, sí sabrían que hacer.

Meses antes de las elecciones los electores tienen decidido el voto en gran mayoría (si acaso un 2% podrá decidirlo en la campaña). Voto decidido que esta bajo dos formas: la consciente (que es la de los que declaran qué van a hacer) y la inconsciente (que es la de aquellos que no lo dicen, pero si se les pone la urna delante, sabrían qué votar).

Durante el tiempo de la "precampaña y campaña", conforme se va acercando el día de votación, el voto inconsciente se va transformando en consciente.

El principal objetivo de la campaña consiste en pasar los votos inconscientes de cada partido a conscientes.

Por eso, los partidos muy minoritarios, con votantes muy concienciados, al principio pueden aparecer con porcentajes de voto directo que les dan esperanza, mientras conforme se va acercando la elección desaparecen. Eso se debe a que no tienen voto inconsciente. Por contra, los grandes partidos van teniendo una transformación cada vez más importante, diluyendo el porcentaje de los pequeños.

Lo que se llama "la cocina", es decir, el transformar el voto directo en voto definitivo, consiste en averiguar cuánto voto inconsciente tiene cada partido y cuánto de él se transformará definitivamente en consciente. Para eso se utilizan varios factores. Uno de ellos es el recuento de voto y otro lo que pasó en otras elecciones, etc.

En consecuencia, lo peor que puede hacer un partido es despertar los votos de los contrarios. Debe concentrarse en sus posibles electores para concienciarlos, sin inquietar demasiado los de los de otros partidos.

La campaña electoral de Feijóo, con su moderación, está dirigida a eso: evitar que el electorado socialista -no desencantado con Sánchez- traslade el voto inconsciente a consciente y procura despertar el suyo. Por contra, Sánchez, con su electorado desmovilizado, trata de hacer lo opuesto.

Lo peor que puede hacer un partido es despertar los votos de los contrarios

El maratón de Sánchez en medios "teóricamente de derechas" puede ser un error, enfada a los oyentes que no son suyos y los anima a votar. Al contrario pasaría en medios "teóricamente de izquierdas", que anima a los votantes socialistas que suelen ser su clientela.

En todo caso, alea jacta est (la suerte está echada) como decían los romanos. La campaña electoral solo transforma voto inconsciente en consciente. Los candidatos lo único que tienen que hacer es no cometer errores. El equipo de Feijóo lo sabe y el de Sánchez también.

En el cara a cara de ambos, Sánchez intentará poner nervioso a Feijóo llamándole "indecente" o algo así (como hizo con Rajoy), para que deje de parecer moderado y se despierten los votantes de izquierdas.

En ese caso, yo le daría ciertos consejos …

** J. R. Pin Arboledas es profesor del IESE.