El mes de octubre continuó la mejoría global de septiembre, iniciada a mediados de agosto tras el desastroso mes de julio, en el que se alcanzaron los 30 millones de casos nuevos casos de septiembre a los 12,8 millones de contagios en octubre.

Lejos quedan los augurios de los que, a principios de año y en el pico de la ola mundial causada por la variante Ómicron, vaticinaban una “caída a plomo” de los contagios. Nada de eso ha ocurrido, aunque no nos han explicado por qué se equivocaron.

El descenso es exasperantemente lento, y retrasa el ansiado final de la pandemia. En el Gráfico 1 se recoge este descenso en el número de infecciones a nivel mundial, medida por los nuevos casos diarios, y en el que hemos pasado de los 500.000 de septiembre a los 411.000 nuevos casos al día en el mes recién terminado.

En cualquier caso, estos 12,8 millones de nuevos contagios representan el mejor dato en lo que llevamos de año. Quizás sea una coincidencia, pero se trata de, prácticamente, el mismo número de casos de justo hace un año. En octubre de 2021 se registraron 12,9 millones de casos en el mundo. Si este mes no ha habido más ganancias en el descenso de la curva global ha sido por el repunte de casos en Europa, que ha registrado 6,5 millones de casos, más de la mitad de todos los casos del mundo.

Esta cifra empeora la del mes anterior, 4,3 millones, y es peor que la registrada en otros dos meses del años: agosto y mayo (5,2 y 5,1 millones de nuevos casos, respectivamente). Posteriormente analizamos con más detalle el perfil de lo que ha pasado en los principales países de nuestro continente. La evolución de los casos, semana a semana, durante el mes de octubre también fue a mejor. Empezó el mes con unos 450.000 casos al día para terminar en unos 350.000, en media móvil semanal.

De cara a noviembre, lo previsible es que el número de casos siga mejorando en el mundo, y que en Europa el episodio de octubre llegue a su fin y volvamos a un contagio global más habitual, de unos 250-300.000 casos diarios. Pero en nuestra contra juegan dos factores negativos, la llegada del frío en el hemisferio norte, que empujará a la población a locales cerrados, y el impacto de la guerra que, traducido en costes energéticos, no invita al ventilado de espacios cerrados y/o a la compra de aparatos medidores de la calidad del aire en interiores. El nivel de testeo sigue a la baja, y ese es otro factor que limita las posibilidades de anticipar un cambio de tendencia en los contagios.

En lo que se refiere al número de muertes en octubre se registraron 46.000. Se trata de una reducción con respecto al mes precedente, en que hubo 50.200 fallecidos. Pero también es una mejoría modesta. Tal y como recoge el Gráfico 2, usando datos diarios, en fallecimientos también se ha consolidado la línea descendiente iniciada en la segunda parte de agosto.

En promedio se ha registrado una cifra de 1.480 muertos diarios, frente a los 1.674 del mes anterior, un 12% menos. Dados los retrasos en el número de víctimas mortales con respecto al número de casos, es esperable que esta cifra continúe descendiendo en noviembre. Pero sigue siendo una cifra muy elevada para considerar que estamos en una fase “endémica” o de “gripalización”. Imaginemos una situación con más 1.000 fallecidos al día por atentados terroristas o accidentes de avión. El nivel de alarma social sería insoportable.

En cuanto a la “tasa de letalidad”, es decir, el porcentaje de personas infectadas que termina falleciendo, ha vuelto a subir hasta el 0,36%, desde el 0,32% del mes anterior y muy por encima de la que teníamos hace meses. Pero esta subida puede deberse más a una infraestimación del número de casos, por la menor demanda de test de diagnóstico, que a un agravamiento de la variante. Aunque tampoco ayuda el estancamiento en el proceso de vacunación en el conjunto del mundo, algo que se recoge en los dos gráficos siguientes.

En el Gráfico 3 presento en número de dosis administradas al día en el mundo, independientemente de que sean del protocolo inicial o de refuerzo. El ritmo de vacunación mundial ha caído a un nivel parecido al de inicios de 2021, cuando arrancaba de forma lenta la campaña de inoculación en buena parte de los países occidentales. Otra forma de ver la ralentización del proceso de vacunación se recoge en el Gráfico 4, en el que presento el porcentaje de población vacunada con la pauta completa (según el protocolo inicial, sin incluir las vacunas de refuerzo).

grafico4

Salvo el caso de China, el estancamiento en el ritmo de vacunación es generalizado, tanto en la UE como Asia y en EE. UU. En el total mundial el porcentaje de vacunados con pauta completa apenas ha avanzado, hasta el 62,7% del total de la población, sólo una décima más que el mes pasado. China está cerca de alcanzar el 90%, Portugal y España están en el 86 y 85%, respectivamente, mientras que la UE está estancada en el 73% y los EE. UU. en el 68%. Obviamente, será imposible alcanzar el objetivo de vacunación del 70% mundial en este año.

De nuevo, como en meses anteriores, con esta tripleta de datos: nuevos casos diarios, nuevas muertes por día y porcentaje de vacunación con pauta completa, pese a la mejoría de las cifras, seguimos sin poder afirmar que la “pandemia ha terminado”, tal y como señala el discurso oficial y el de buena parte de los medios y, por tanto, de la opinión pública.

La incidencia mundial en octubre

Como ya es habitual en estos informes mensuales, presento, para un panel de países seleccionados y que se repiten cada mes, la evolución de los nuevos casos registrados en octubre y los comparo con los meses anteriores. Como siempre, utilizo un código de color en el que el verde indica que el país ha mejorado con respecto al mes anterior. El rojo, que ha empeorado y el negro que se mantiene estable. Los datos se presentan en la Tabla 1.

Como señalábamos en la introducción, las nuevas infecciones han descendido muchos países, y el color verde es mayoritario en primera columna de la Tabla 1. En el total mundial se ha reducido el número de nuevos casos en algo más de 2 millones: de 15 a 12,8.

Con este descenso, octubre vuelve a situarse como el mejor mes en lo que llevamos de 2022. Pero, al contrario de lo que ocurrió en septiembre, no se trata de una mejoría generalizada, en todas las regiones del mundo.

En Europa, excluyendo a Rusia y a Turquía, se produce un repunte de casos muy significativo, desde 4,2 millones de nuevos casos a 6,5 millones. Así, en Europa se registraron en octubre más de la mitad de los casos de todo el mundo, algo que sólo había ocurrido en otra ocasión en la pandemia: en noviembre de 2021, cuando arrancaba el impacto de la ola Ómicron.

El empeoramiento en Europa ha sido generalizado, aunque encontramos algunas excepciones en el Este del continente, como es el caso de Polonia, y también en Portugal. En Alemania e Italia el número de casos prácticamente se duplica y en Francia aumenta en un 60%, más o menos como lo hace en el conjunto del continente (+50%).

Incluso en países con estadísticas de baja calidad, como el Reino Unido y España, sin testeo excepto para la población de más edad, se detectan repuntes significativos: del 50% en el Reino Unido y del 25% en España.

En algunos países nórdicos, como Finlandia, el número de contagios más que se duplica, mientras que Noruega, el país de Europa más exitoso en la pandemia, el ritmo se contiene (+10%). En Grecia el aumento es también notable (+40%).

Otros países del mundo que empeoran fuera de Europa son Chile (que siempre va a la contra de lo que haga el continente latinoamericano), Nueva Zelanda, que casi duplica sus casos, y China (+30%). Pero en estos dos últimos casos los aumentos tienen lugar sobre niveles de contagios muy bajos. Por ejemplo, Nueva Zelanda registra un 25% menos de casos que España, y China menos de la décima parte.

Entre los países que mejoran en octubre, que son muchos, destacan Turquía (-80%) y Rusia (-70%) en el Este de Europa, que se suman a los registros de Polonia (-60%). En las Américas también se produce una mejoría significativa, tanto en el Norte, con EE. UU. recortando un 40% como en México (-60%).

En el resto de Latinoamérica, salvo Chile, destacan los avances de Colombia y Argentina (-70%), y de Brasil (-40%). Vuelve a ser llamativo el caso de Colombia, con apenas 2.344 contagios en el mes (75 al día), que prácticamente ha erradicado la Covid-19.

Pero es en Asia donde la reducción de los contagios es más significativa: 70% en Vietnam, 60% en India y Japón y un 50% en Corea del Sur. En todos estos casos, partiendo de niveles de contagio muy altos. Conviene destacar que, pese a la mejora, Japón sigue estando en el grupo de los 5 países con más contagios del mundo, más de un millón en el mes, junto con Alemania, Francia, Italia y EE. UU. Por el contrario, Corea del Sur ha bajado del millón de contagios (790.000) por primera vez en cuatro meses.

En Oceanía contrasta el empeoramiento de Nueva Zelanda con la mejoría de Australia (-30%). Aun así, Australia sigue registrando el doble de casos que su vecino de Oceanía.

La incidencia en Europa

En Europa, como decíamos antes, el empeoramiento del ritmo de contagios ha fastidiado la evolución de la incidencia global de la pandemia en octubre. En el Gráfico 5, como es habitual, presento la evolución del número de nuevos casos mensuales acumulados en los 5 grandes países europeos en octubre.

Alemania ha vuelto a ser no sólo el peor país de Europa, sino del mundo, al ser el único que supera los 2 millones de casos, casi el doble del mes anterior. Ello provocó la saturación de los hospitales y el replanteamiento sobre si se deberían volver a introducir medidas restrictivas en la movilidad o en la actividad en sitios cerrados. Muchos han achacado a la celebración del Oktoberfest, sin ningún tipo de restricción, el repunte de casos en el mes recién terminado.

Francia ha sido el segundo peor país de Europa y del mundo, con 1,4 millones de casos. Pero su ritmo de aumento con respecto al mes anterior no ha sido tan elevado (+65%). Por el contrario, Italia, el tercer país, ha elevado sus casos en un 80% y ha vuelto a superar el millón de contagios, una cifra similar a la de EE.UU. o Japón.

El Reino Unido ha aumentado sus casos en un 50% y España en un 25%. Sin embargo, como ya hemos comentado en muchas ocasiones, la calidad de los datos británicos y españoles es cuestionada por todos los analistas. No se reportan las incidencias del conjunto de la población, el nivel de testeo es muy bajo y no se toman en cuenta los positivos del test de autodiagnóstico, que se compran en las farmacias, excepto para la población cuya edad exceda los 60 años. Además, sólo se reportan los datos una vez a la semana.

Volviendo al conjunto de Europa, en lo que se refiere al perfil temporal del mes, en todos los países se detecta una mejoría en la última semana, especialmente en los países más golpeados por el repunte de octubre. En Alemania y Francia el ritmo de contagios desciende con respecto a la semana anterior en un 40%. En el Reino Unido lo hace en un 30% y en Italia en un 20%. En España se reduce un 14%. Ello parece indicar que el ritmo de contagio descenderá de forma significativa en los grandes países europeos durante el mes de noviembre, algo que ayudará a la caída de los datos globales.

El Covid cero en China

La celebración de la “semana dorada” festiva asociada al Día Nacional (1 de octubre) viene asociada con un importante número de desplazamientos en el interior del país, aunque no tan importante como los del año nuevo chino, que este año será a finales de enero. Ello ha provocado un cierto repunte en el número de casos, que vimos en la Tabla1 y se recogen con datos diarios en el Gráfico 6.

En cualquier caso, no se trata de un repunte alarmante, como el que tuvo lugar en marzo y abril de este año. Pese a ello, ha habido algunos confinamientos en comunidades de vecinos de Shanghái y un reforzamiento de los tests PCR, cada 72 horas para los que han regresado de sus viajes de vacaciones.

Las fronteras exteriores siguen estando prácticamente cerradas. Se puede salir sin dificultades, pero la vuelta es muy complicada. El promedio de casos diarios ha sido de 307, frente a los 246 del mes anterior (3.100 en España).

Lo más llamativo sigue siendo que no se ha registrado ningún fallecimiento desde el mes de mayo. Ello ha posibilitado bajar la tasa de letalidad desde febrero a octubre hasta el 0,39%, una tasa parecida a la del total mundial (0,36%). Los avances en la vacunación de la población de edad y el uso de antivirales han posibilitado esta convergencia. Estos avances y la aprobación de la vacuna nasal esterilizante CanSino (¡qué gran nombre para esta pandemia!) han abierto la posibilidad de que estos controles estrictos sean relajados en un futuro.

La mortalidad en España

No podía terminar este informe mensual sin hacer una mención a los fallecidos en España en este mes. Como en todos los meses, a ellos y a sus familiares y amigos está dedicado, como no puede ser de otra forma, este artículo. El resumen de la mortalidad de la pandemia, mes a mes y agrupados en olas, se recoge en la Tabla 2.

En octubre, según las cifras del Ministerio de Sanidad que muchos discuten por estar sesgadas a la baja, se registraron en España 968 fallecidos, 31 por día de media. Se trata de una mejoría significativa y el mejor dato en lo que llevamos de año. Ello lleva a muchos a considerar, por enésima vez, que “la pandemia ha terminado”. Ojalá fuera así. La pandemia terminará cuando el número de casos globales, se reduzca drásticamente. También cuando China decrete el final de la política de Covid cero.

Mientras tanto, nosotros deberíamos mantener la vigilancia y la prudencia. Es verdad que la cifra de muertos es la más baja del año. Pero, si nos fijamos en la Tabla 2, es casi idéntica a la de octubre del año pasado. Y todos recordamos lo que vino después, con un nivel de vacunación parecido al que tenemos ahora.

Plantear medidas de restricción es impensable, dada la crisis económica asociada a la guerra de Ucrania. El coste energético va a impedir una ventilación adecuada cuando llegue el frío. Tampoco se podrán pedir esfuerzos adicionales a los locales en lo que se refiere a los medidores de la calidad del aire.

La única medida que nos queda, que no tiene costes económicos y una gran efectividad, es el uso de mascarillas en los interiores, no sólo en el transporte público. Su recomendación, aunque no sea obligatoria, debería estar en la agenda de las Administraciones públicas. Cuyos gestores también deberían dar ejemplo utilizándolas en los actos públicos en locales cerrados masificados. Pero, como

suele ser habitual, esto sólo se implementaría si hay un fuerte repunte de casos que, dada la calidad de nuestros datos de contagios, sólo se detectaría si la ola llegara a los hospitales. Y, entonces, ya sería demasiado tarde.

** Miguel Sebastián

Universidad Complutense e ICAE