"Through the flames that set me free and the clouds that cover me I won't look away". Trevor Rabin.

El intervencionismo estatista se ha lanzado en tromba a criticar la propuesta de deflactar los impuestos por la inflación porque "bajar los impuestos aumenta la demanda y eso eleva la inflación". Es simplemente falso. ¿Qué es deflactar los impuestos? Ajustarlos a la inflación, porque si no se hace, los contribuyentes están pagando más en términos reales.

Deflactar los impuestos no es bajarlos, es devolverle un poco de lo que ya han pagado de más a los ciudadanos que están ahogados por el esfuerzo fiscal y el impuesto inflacionario. Sin embargo, no deflactar los impuestos sí es subirlos de manera encubierta.

El error de no deflactar los impuestos es típico de la visión extractiva y confiscatoria de los gobiernos. Por un lado, se vanaglorian de que a corto plazo recaudan más por el efecto de la inflación, pero, por otro lado, a medio plazo están erosionando bases imponibles y el efecto recaudatorio se desvanece, incluso empeora.

Bajar los impuestos no eleva la inflación porque es exactamente la misma cantidad de unidades de moneda solo que un pequeño porcentaje adicional en el bolsillo del que lo gana, usted. Devolverle parte de su dinero no es inflacionista. Usted puede decidir consumir, pero también ahorrar o pagar deudas.

Sin embargo, ese dinero en manos del Estado se consume y con creces, porque el Estado aumenta la cantidad de moneda consumida al gastar más, endeudarse y además acudir a la monetización de esa deuda vía el banco central. El Estado, que consume el 50% del PIB del país, tiene un efecto inflacionista mucho mayor al aumentar la demanda agregada de manera artificial y consumir unidades de moneda por encima de la demanda de esta y monetizar gran parte de su deuda.

Inflación: más unidades de moneda para una cantidad limitada de bienes y servicios.

La inflación media en la eurozona es del 7,5%. En Suiza es del 2,4%. Suiza tiene la misma exposición a la guerra de Ucrania, a la ruptura de las cadenas de suministro y a las materias primas que sus países vecinos de la eurozona, pero su inflación es mucho menor.

No es una casualidad que Suiza tenga mucha menos inflación, ya que tiene como moneda el franco y no se ha dedicado a imprimir sin control y gastar masivamente en un shock de oferta por cierre forzoso.

No es una casualidad que Suiza tenga mucha menos inflación, ya que tiene como moneda el franco y no se ha dedicado a imprimir sin control

No es casualidad que España tenga más inflación que otros países de la eurozona cuando el Estado ha consumido más mal llamado estímulo fiscal y monetario que ningún país vecino, más de 200.000 millones de euros.

Es todavía peor, porque el contribuyente usa dinero que ha generado con su trabajo y por ello, es justo devolverle parte de lo que ya ha contribuido. No olvidemos que el Estado, sin embargo, y al contrario que las empresas y ciudadanos, tiene como objetivo maximizar el Presupuesto, con lo que gasta siempre todo lo que puede, algo que no ocurre en el sector privado.

¿No les sorprende que los intervencionistas les digan en época de crecimiento que el Estado tiene que gastar más y subir impuestos porque usted podría decidir -oh, malvado- ahorrar y en época de crisis también tiene que gastar más y subir impuestos?

La ridiculez de decir que la demanda agregada se tiene que reducir vía el sector privado es simplemente un subterfugio del estatismo extractivo. El Estado solo puede aumentar su peso. Si hay crisis, debe gastar y si hay inflación, debe reducirse la demanda agregada vía el sector privado. Fascinante. El peso del Estado sube siempre.

El Estado, al contrario que las empresas y ciudadanos, tiene como objetivo maximizar el Presupuesto con lo que gasta siempre todo lo que puede

Ante una espiral inflacionista en un shock de oferta lo que hay que implementar son políticas de oferta, como es normal. Reducir el gasto público -y en un país con una ineficiencia de gasto público de más de 60.000 millones de euros, según el IEE, eso no es difícil-. Hay que bajar los impuestos para que el gasto sea productivo y cercenar el gasto corriente sin rentabilidad económica real del Estado para permitir que la inversión productiva avance.

Es, además, urgente. Si ante un shock de inflación el gasto corriente sin rentabilidad económica real del Estado se mantiene o eleva y lo que se hace es estrangular la actividad privada, el siguiente paso será una crisis por caída de consumo e inversión donde, oh, sorpresa, dirían que el Estado tiene que gastar todavía más unidades de moneda impresa por el banco central.

¿No les parece sospechoso que los señores que se pasan el día alabando las políticas de demanda digan ahora que incentivar la demanda es malo después de haberla disparado con gasto y deuda excesiva? Es una visión confiscatoria de la economía.

¿No les parece sospechoso que los señores que se pasan el día alabando las políticas de demanda digan ahora que incentivar la demanda es malo?

El Estado expropia vía impuestos, vía el impuesto inflacionario y acaparando cada vez mayor peso en la economía al gastar mucho más en periodos de crisis y no reducirlo en periodos de recuperación o inflación. Si lord Maynard Keynes escuchara desde su tumba lo que se dice en su nombre se levantaría como un zombi asesino a atacar a los que se autodenominan keynesianos que olvidaron que el Estado debe ahorrar y reducir impuestos en periodos de recuperación.

Es curioso que esos mismos intervencionistas aplaudiesen hasta sangrarles las manos cuando la respuesta de los Estados ante un shock de oferta fue disparar la demanda agregada vía enorme gasto y monetización de déficits. Ahora se sorprenden por la inflación, y se vuelven ortodoxos diciendo que usted ¡usted! podría gastar más si se le devuelve parte de su dinero. Qué cosas tiene usted.

Hacienda recauda 2.000 millones extra por cada punto que sube la inflación, Montero se felicita por el expolio a los contribuyentes, pero a la vez esa espiral eleva el gasto y disminuye las bases imponibles a medio plazo al empobrecer a los ciudadanos.

La AIReF estima un efecto claro de la inflación en la recaudación. Con su previsión de inflación media para este año, que se sitúa en un 6,2%, cree que se elevarán los ingresos en 12.400 millones de euros. Sin embargo, el déficit estructural del estado aumenta hasta más de 50.000 millones anuales por el elevado nivel de gasto estructural enquistado y encadenado.

No, devolverle a usted un poco de su dinero -que ha pagado por adelantado- no es inflacionista. Lo que es inflacionista es imprimir y gastar sin control y decir que no hay riesgo.

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