El plan era muy bueno: dividir Naturgy en dos empresas gemelas para dar liquidez a la compañía y allanar el camino a los fondos para poder vender. Pero primero estalló la guerra en Ucrania y después, el Gobierno español -quizás empujado por el 'caso Pegasus'- cambió su posición sobre el Sáhara Occidental y la operación se frenó en seco. El problema es que el calendario geopolítico no encaja en los tiempos de desinversión de los fondos más importantes en el accionariado de la compañía. CVC y GIP han comenzado a moverse en busca de un 'plan B' para vender sin tener que esperar al split.

Cuentan fuentes del mercado que entre las puertas a las que han llamado está la de la francesa TotalEnergies, que tiene especial interés por crecer en el mercado español.

Si antes de la guerra del gas Naturgy ya era una empresa estratégica para España, no digamos ahora. Cualquier operación de venta que cierren los fondos pasará por las manos de Teresa Ribera y Nadia Calviño, ya que tendrá que contar con la autorización del Gobierno. El problema es que el Ejecutivo está débil y si entrara en escena una empresa como TotalEnergies sería un quebradero de cabeza para Pedro Sánchez. ¿Tendría argumentos frente a Emmanuel Macron para frenar la expansión de un grupo francés en España?

El presidente de Naturgy, Fancisco Reynés, y la vicepresidenta tercera, Teresa Ribera. EL ESPAÑOL Invertia

Si los fondos abren el melón de su desinversión, los problemas no acabarían ahí. La argelina Sonatrach tiene más de un 4% de Naturgy y un 51% del gasoducto de Medgaz. A su vez, la española tiene el 49% restante de esa infraestructura que utiliza España para traer gas desde Argelia.

En un momento de alta tensión por la crisis diplomática del Gobierno español con Argel, cualquier movimiento de fichas puede ser una bomba de relojería. Con el agravante de que Mario Draghi ha recorrido el camino inverso a Sánchez en Argelia. El primer ministro italiano está tratando de convertir a Italia en un punto estratégico de distribución de gas a los países del norte de Europa ante la crisis energética que se va a recrudecer el próximo invierno.

Una coyuntura en la que la empresa italiana Eni -en la que participa el Estado- se ha posicionado -como se vio con el viaje de su CEO, Claudio Descalzi, a Argel- para intensificar sus acuerdos con Sonatrach en este convulso tablero geopolítico.

Mario Draghi, Pedro Sánchez, Emmanuel Macron, Claudio Descalzi, Francisco Reynés, Javier de Jaime, Nadia Calviño y Teresa Ribera. EL ESPAÑOL Invertia

Así que España, como país, se juega más de lo que muchos piensan con el futuro de Naturgy. Con la baza, eso sí, de que Criteria es ese socio estratégico que garantiza la españolidad de la compañía (tiene un 26,7%) que preside Francisco Reynés. Una posición que, en caso de tener que buscarse una salida para CVC y GIP tendría que reforzarse con la búsqueda de otro socio español porque la guerra con Rusia ha puesto sobre la mesa la importancia de la nacionalidad del capital de las empresas estratégicas.

Naturgy lleva ya más de un año pendiente de los movimientos de sus accionistas, desde que el fondo australiano IFM -que ahora tiene un 13,4% de la empresa a través de Global InfraCo- lanzó una opa parcial por la empresa. Aquella operación contaba con el apoyo de GIP (20,6%) y CVC (20,7% a través de Rioja Acquisition, vehículo en el que también está presente la familia March).

CVC es un fondo de capital riesgo que, como tal, tiene un compromiso de permanencia en sus inversiones. Y en el caso de Naturgy ha 'caducado'. GIP, por su parte, es un fondo americano de infraestructuras que también busca liquidez.

Para el responsable en España del primero, Javier de Jaime, cerrar una operación de gran calado este año -como iba a ser la de Naturgy- era clave para entrar en el consejo europeo del grupo en la próxima renovación.

La operación Géminis era una oportunidad para los inversores, pero tiene que esperar. La cuestión es hasta cuándo, porque el dinero tiene prisa.

ATENTOS A...

El expresidente de la Comisión Europea, Durão Barroso, celebró un encuentro virtual restringido la pasada semana en el que reconoció que hace falta un "liderazgo real" para articular la lucha contra el cambio climático en un contexto muy complicado por la batalla del gas que libran la Unión Europea y Rusia en el marco de la guerra de Ucrania.

Durao Barroso y Ursula von der Leyen. EL ESPAÑOL Invertia

Barroso -que ahora es presidente no ejecutivo de Goldman Sachs- mandó un mensaje a la actual presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, al recordar que es necesario reforzar la colaboración público privada para articular la transición energética, ya que el sector privado no podrá impulsarla en solitario. Y auguró que este proceso vendrá acompañado de muchas fusiones y adquisiciones en el sector energético.

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