Hace poco más de un mes que se aprobó la primera vacuna contra la Covid-19. Y, casi al mismo tiempo, aparecieron las primeras ofertas de antígenos en internet. Una estafa que ha emergido en medio de la pandemia con precios que alcanzan los 825 euros (1.000 dólares).

Los ciberdelincuentes han aprovechado la escasez de abastecimiento para inundar internet con ofertas falsas que ofrecen unidades de este antígeno. El director técnico de Check Point para España y Portugal, Eusebio Nieva, ha explicado a Invertia cómo se ha incrementado este tipo de anuncios en apenas un mes.

“En diciembre localizamos dos o tres y ahora hay cerca de 700. Esto supone un crecimiento superior al 400%”, ha explicado el portavoz de la compañía de ciberseguridad.

Además, las ofertas son de lo más variadas en lo que se refiere a los desarrolladores de las vacunas así como en sus desorbitados importes. “Hemos encontrado de Pfizer, Moderna y de las desarrolladas en China y Rusia”. ¿Sus precios? “Desde los 660 euros a los 825 euros”.

Un importe que, al igual que los anuncios, se ha incrementado. “En diciembre comprar una de estas supuestas vacunas costaba entre 120 y 160 euros”, ha especificado Nieva.

¿Por qué son estafas?

Desde Check Point avisan de que estos anuncios son estafas. Y es que, la probabilidad de que sean antígenos reales es nula “dada la complejidad para su almacenamiento y transporte”. Cabe recordar que tanto la de Pfizer como la de Moderna necesitan transportarse a temperaturas muy bajas.

A eso se suma que actualmente el stock de dosis es muy reducido. “Es un bien escaso y vigilado”, ha argumentado Nieva, lo que hace que sea “altamente improbable” que el producto que estos ciberdelicuentes envíen sea una vacuna real.

Uno de los anuncios de vacunas contra la Covid encontrados por Check Point en la 'dark web'.

A pesar de estas complicaciones, los vendedores “insisten en que tienen capacidad para vender estas vacunas e incluso se ofrecen a quedar en persona con el cliente”. Y no solo eso, también ofrecen envíos desde España y otros países europeos como Alemania.

Desde Check Point reconocen que lo que hoy es imposible que sea un producto real puede cambiar en unos meses. “Seguramente comiencen a surgir anuncios con vacunas reales cuando haya más disponibilidad de dosis”.

El proceso

¿Y dónde se localizan estos anuncios? En la dark web, un fragmento de internet que forma parte de la deep web (una zona del ciberespacio que alberga el contenido que no aparece en los motores de búsqueda convencionales) y que se utiliza, tradicionalmente, para vender sustancias ilegales.

Según ha explicado Nieva, las ofertas se alojan en market places. Son plataformas que actúan como intermediarios entre vendedor y comprador. Una vía que ha llamado la atención de los expertos de Check Point.

Y es que esta plataforma bloquea el dinero del comprador hasta que le llega el producto. Cuando el cliente confirma la recepción del mismo, el market place desbloquea el dinero y lo envía al vendedor. “Es imposible saber qué es lo que les llega, pero pensamos que puede ser desde droga sintética, vacunas de la gripe e incluso agua”.

Y no solo se alojan en estas plataformas. También se pueden encontrar fuera de ellas, es decir, sin intermediarios. En este caso, el cliente se arriesga a pagar más de 800 euros por una vacuna que nunca llega. Desde la compañía de ciberseguridad hicieron la prueba, comprando sin intermediarios lo que supuestamente era la vacuna china contra la Covid-19. “Nunca llegó nada”, ha reconocido Nieva.

Una persona utilizando su ordenador.

Para evitar caer en este tipo de estafas, el primer consejo es “pensar de manera lógica”, según ha indicado el portavoz de Check Point. “Debemos pensar que estos ciberdelicuentes se aprovechan del desconocimiento y la desesperación de las personas, por eso hay que pensar con un poco de profundidad”.

Y es que, en el contexto actual, “es altamente improbable que esas vacunas contra la Covid que ofrecen sean reales porque no hay suficientes dosis, es un bien escaso y, además, está muy vigilado”, ha insistido Nieva.

A eso hay que sumarle la enorme complejidad para el almacenamiento y transporte de estos antígenos. Como ya se ha señalado, aún más los de Pfizer y Moderna, que precisan mantenerse a temperaturas de -70ºC y -20ºC, respectivamente, para que no pierdan su efectividad.

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