A pesar del bache por el que pasó en 2018, la farmacéutica Teva se mantiene en la cresta de la ola del sector del medicamento como uno de los gigantes del sector. De hecho, tiene la intención de aumentar su inversión en los próximos años en España, aunque la compañía considera que el Gobierno ‘maltrata’ al genérico

Así lo opina Carlos Teixeira, consejero delegado de Teva en España y Portugal, quien responde telefónicamente a las preguntas de Invertia desde su Portugal natal. En la entrevista explica, con su castellano de fuerte acento luso, los planes de la multinacional para el mercado nacional y las inversiones que hay previstas para los próximos años y narra cómo ha afrontado el laboratorio la pandemia de Covid-19. 

¿Cuál es la situación actual de Teva tras el ERE que se presentó en 2018?

Nosotros tenemos tres operaciones en España: una planta de fabricación y una de logística, ambas en Zaragoza, y la unidad comercial en Madrid. El ERE lo hicimos en Madrid, no en las plantas. En ellas no se ha tocado nada.

Nuestro compromiso con España y con su sociedad es total. Y también tenemos el compromiso de que 200 millones de personas de todo el mundo puedan tener medicación, algo a lo que también contribuye Zaragoza. 

Hemos colaborado con las autoridades sanitarias y hemos estado en contacto permanente con ellas para ayudar en todo lo posible durante la crisis del Covid-19, como el suministro de medicamentos esenciales, de hidroxicloroquina y de fármacos para UCI. Por ejemplo, el 40% de toda nuestra producción europea de cisatracurio se ha destinado a España.

Proyectamos invertir en nuestras instalaciones de Zaragoza nueve millones más hasta 2023

En el caso de la fábrica de Zaragoza, cerca del 15% de su producción es para España, el resto se exporta. En esta planta hemos aumentado la producción para cubrir las necesidades en un 7%. Tengo que dar la enhorabuena a los empleados de Zaragoza porque el índice de faltas al trabajo ha bajado mucho, muchísimo. Ya hemos elaborado este año 6.300 millones de dosis. Trabajamos en turnos de 24 horas, siete días a la semana. Esto implica un gran esfuerzo y una gran dedicación de las personas involucradas.

Esto demuestra nuestro compromiso con el país. Si no poníamos la planta a producir a este ritmo hubiera sido imposible atender no solo lo que exportamos a otros países sino lo que suministramos en España. Por esto, hemos generado cuatro líneas más de producción y contratado 35 personas más, para poder atender este compromiso.

En los últimos cuatro años, hemos invertido en Zaragoza cerca de 7,3 millones de euros. Y proyectamos invertir hasta 2023 cerca de nueve millones más. Zaragoza es la joya de corona, es la más ‘top’ de las fábricas de Teva en todo el mundo.

Pero entiendo que en 2018 tuvieron algún problema para tener que hacer un ERE…

Teníamos un problema global de deuda. Y eso es verdad.

¿Se plantea la compañía nuevas ampliaciones para Zaragoza o traer otras líneas de producto a España?

Ya hemos ido trayendo líneas de producto a Zaragoza, como tadalafilo y losartán. Y tenemos planes para traer más productos a España.

¿Cómo fue la gestión del suministro de la hidroxicloroquina, que se vio tensionado al extremo por la crisis?

Nosotros hicimos una donación de 400.000 dosis al Gobierno español, pero nuestra fábrica de este producto está en India. Esto obligó, por las restricciones que en aquel momento había llevado a cabo el Gobierno indio, a que tuviéramos que involucrar al Ministerio de Asuntos Exteriores, a la embajada española de Nueva Delhi… Un conjunto de personas que nos ayudaron para poder sacar, excepcionalmente, este producto. Las autoridades españolas fueron muy buenas y ayudaron mucho.

Tuvimos que involucrar al Ministerio de Exteriores, a la embajada española en Nueva Delhi... Ayudaron a poder sacar hidroxicloroquina de India

En el futuro, espero que esta colaboración entre el Ministerio de Sanidad y la industria farmacéutica continúe, porque podemos aportar mucho valor a la sociedad española.

Varios países exigieron a sus compañías farmacéuticas que derivaran sus esfuerzos de producción a sus países de origen durante la crisis. Teva, que es israelí, ¿qué hizo?

Teva es una compañía global. Atendemos a 200 millones de pacientes en todo el mundo. Ese es nuestro compromiso. Y en ese compromiso, como somos un compañía global, tenemos la obligación de compatibilizar la operación local con la global. Pero no podemos proporcionar medicamentos que no fabricamos o producimos. En el caso de España, hemos tenido un compromiso excepcional.

En ese compromiso excepcional, ¿cómo ha sido la relación con el Ministerio de Sanidad?

Ha sido muy interesante y muy buena, sobre todo en el diálogo con la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps). La directora, María Jesús Lamas, ha sido excepcional , una persona de una dimensión técnica y humana impresionantes. Siempre ha estado disponible, incluyendo sábados y domingos.

También con Salvador Illa. Hicimos un estudio con la Fundación Signo en el que se evaluaba la respuesta de los profesionales sanitarios ante la Covid y lo presentamos presencialmente en el Ministerio, al propio ministro.

¿Qué acciones son necesarias para que Teva y compañías similares se planteen aumentar su inversión o comenzar a invertir en España?

Como decía antes, nosotros tenemos previsto invertir entre 2020 y 2023 nueve millones de euros en España. No con dinero de Europa, sino de Teva. Nuestro compromiso es contribuir al PIB español, a la creación de empleo y, como consecuencia, hacer inversiones.

Pero, para todo esto, necesitamos que el Gobierno repiense toda su estrategia de medicamentos genéricos. Deberíamos automatizar, como ocurre en otros países, la aprobación de precios de medicamentos genéricos . Si un producto original vende 120 millones de euros al año, un mes de retraso en la aprobación del genérico genera una pérdida de cuatro millones para Sanidad, grosso modo.

Un mes de retraso en la aprobación del genérico genera una pérdida de cuatro millones a Sanidad

Hay que acelerar la aprobación de genéricos y automatizar los precios. Siendo los genéricos ya de base un 40% más baratos, no es necesario el Comité Interministerial de Precios celebre reuniones. Los genéricos, con los cambios regulatorios de los últimos cinco años, pasaron de un crecimiento de dos dígitos a uno negativo o cero o del 1%.

¿Es esto lo que España quiere? El primer compromiso que debe tener la sanidad española es consigo misma. El ahorro de la industria de genéricos puede ser de 1.000 millones de euros por año y el proceso puede ser acelerado si el entorno regulatorio cambia.

Además, la industria del genérico es impresionantemente buena en términos de credibilidad, de excepcionalidad y de tecnología. Eso hay que defenderlo. Pero, aún así, la industria del genérico es ‘malamada’ por el Ministerio de Sanidad, si lo quieres decir así, en los últimos años.

¿Estos cambios son necesarios entonces para que el sector del medicamento genérico crezca en nuestro país?

Bueno, va a tener influencia, porque esto puede acelerar o frenar la inversión. El compromiso de la industria del genérico con España es total. Pero si tienes un mercado cuyo crecimiento es negativo o muy bajo, ¿para qué van a invertir estas compañías en otra fábrica? En todo caso sería para exportar, pero no hay que olvidar que el mercado español de medicamentos está en el ‘top 10’ mundial. Para invertir, el mercado se tiene que expandir.

El Ministerio de Sanidad quiere que la industria del genérico se sume al acuerdo con Farmaindustria para controlar el gasto en medicamentos. ¿Cómo valora esta opción?

Nuestra puerta no se ha tocado nunca para esto. Pero un detalle: imagínese que nosotros no lanzamos ningún producto genérico. ¿Cuál es el ahorro obtiene el Estado de ello? Cero. Nuestro compromiso con España es este, lanzar medicamentos genéricos nuevos, y es el mejor que puedes tener. Si no lanzo un medicamento genérico, no te vas a poder ahorrar un 40% de su precio. Eso es ya un buen acuerdo.

Farmaindustria tiene un acuerdo para limitar el gasto farmacéutico, pero no genera 1.000 millones de ahorro al año

El problema es que los reglamentos de precios y la estrategia del Ministerio están minando cualquier otro acuerdo que pueda haber. Los genéricos no crecen, y esto es un problema si se mira a otros países. En estados vecinos la penetración de genéricos llega en un año al 70% y aquí no llega al 10%.

El mejor compromiso entre la industria de genéricos y el Gobierno ya está escrito y está dado por naturaleza. Somos fuentes de ahorro, no de gasto. En la práctica, el genérico logra que un fármaco que supone 120 millones al año de gasto pase a 60 millones. Ese es un acuerdo intrínseco. Sin genéricos no hay ahorro. No puede haberlo. Farmaindustria tiene un acuerdo para limitar el gasto farmacéutico, pero no genera 1.000 millones de ahorro al año.

Pero si Sanidad toca su puerta para buscar un acuerdo en este sentido, ¿ustedes se negarían?

Siempre estamos disponibles para dialogar con el Gobierno. Estamos siempre disponibles para negociar.

¿Qué planes tiene Teva en el campo innovador en el próximo año?

El área innovadora supone un 40% de nuestro negocio. Tenemos dos áreas críticas. Una es la de sistema nervioso central, donde tenemos tres áreas fundamentales de inversión: esclerosis múltiple, migraña y Parkinson.

Por otro lado, en el área respiratoria, tenemos planeado lanzar un dispositivo de inhalación que conecta con el móvil y, a su vez, con un médico y que indica si se han seguido todos los pasos correctamente para la inhalación. Esto es muy disruptivo en términos de innovación y estamos avanzando en ello, especialmente, en EEUU. Es una de las áreas en las que más valor se puede aportar ahora mismo a la sanidad, en el campo de las telecomunicaciones y en la mejora del control del paciente.

¿Cómo valora el plan Profarma?

Es una idea excelente para estimular la inversión en España, pero deberían afinarse y mejorarse las evaluaciones. Creación de empleo y aportación al PIB deberían ser muy importantes. Pero hay compañías en España que venden y la única base que tienen es una máquina de fax y dos personas en una oficina, sin comerciales, nada más. Esto no aporta valor a la sociedad, ni en términos de PIB ni de empleo. 

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