El Gobierno vuelve a echar balones fuera tras el último caos ferroviario que afectó entre el lunes y el martes pasados a la línea que une Madrid con Andalucía. La vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, no descarta el sabotaje a los trenes de Renfe y culpa a Ouigo de los retrasos.
Así lo ha dicho en una conversación mantenida con el ministro de Presidencia, Félix Bolaños, y miembros de Sumar minutos antes de la reunión mantenida para hablar sobre el futuro del Gobierno y las medidas para luchar contra la corrupción.
La vicepresidenta ha puesto el foco en Ouigo en referencia al cuello de botella ferroviario. “Con los Ouigo, sí, porque dicen que esas máquinas tienen dificultades, entonces es una máquina que está haciendo que se pare y que provoque un retraso en toda la cadena”, ha señalado.
Para la ministra de Hacienda, el problema también está en el tiempo que tardan en realizar las labores de mantenimiento. “No retiran los trenes de las vías, tardan en retirarlos y eso afecta a todo”, ha dicho.
La vicepresidenta también ha llegado a hablar de un posible sabotaje a los trenes AVE de Renfe, mientras desde Sumar se preguntaban si Ouigo seguía haciendo dumping con los precios.
Cabe recordar que el ministro de Transportes, Óscar Puente, denunció a Ouigo hace un año por estas prácticas y emprendió una guerra contra el operador francés que no ha llevado a nada.
Tras estas palabras, Ouigo se ha defendido. El operador ferroviario ha asegurado que “es responsable del mantenimiento de sus trenes, siendo la seguridad la máxima prioridad de la compañía”.
También ha dejado claro que “no ha estado en el origen de ninguna de las incidencias producidas en la línea de alta velocidad entre Madrid y Andalucía”.
Asimismo, que “el mantenimiento de la infraestructura ferroviaria y la gestión del tráfico en situación normal y en el caso de avería de la infraestructura es una competencia exclusiva de Adif”.
De hecho, ha recordado que el gestor de la infraestructura repercute “íntegramente todo el coste del mismo a las operadoras ferroviarias a través de los cánones ferroviarios”.
No es la primera vez que el Gobierno culpa a un operador privado del caos ferroviario.
En mayo, el presidente de Renfe, Álvaro Fernández de Heredia, y el ministro de Transportes culparon a Iryo de empeorar la incidencia causada por el robo de cobre al quedar uno de sus trenes enganchado a la catenaria. La empresa también lo desmintió.