Bruselas

La UE quiere recuperar el control de sus propios datos frente al poder creciente de las grandes plataformas digitales de Estados Unidos. La Comisión Europea ha propuesto este miércoles un reglamento sobre la gobernanza de los datos cuyo objetivo es crear un auténtico mercado europeo de datos del sector público y las empresas, eliminando las barreras que ahora frenan los intercambios entre los Estados miembros.

La nueva norma pretende facilitar el aprovechamiento de estos datos para el desarrollo de aplicaciones en sectores como movilidad, sanidad, energía o agricultura. La cantidad de datos generados por los organismos públicos, las empresas y los ciudadanos aumenta constantemente y se prevé que se quintuplicará entre 2018 y 2025.

El acceso y la reutilización de los datos puede generar beneficios económicos de entre el 1% y el 2,5% del producto interior bruto europeo. Las medidas que plantea el Ejecutivo comunitario podrían aumentar el valor económico anual del intercambio de datos en hasta 11.000 millones de euros para 2028, según los cálculos de Bruselas. 

"Nadie está obligado a compartir todos los datos. Pero si decide hacerlo y los datos son sensibles debería poder intercambarlos de una forma que garantice la fiabilidad y la protección de esos datos. Queremos dar a empresas y ciudadanos las herramientas para mantener el control sobre sus datosasí como generar confianza en que los datos se tratan de conformidad con los valores europeos y los derechos fundamentales", ha explicado la vicepresidenta del Ejecutivo comunitario, Margrethe Vestager. 

El reglamento "ofrece un modelo alternativo a las prácticas de tratamiento de datos de las grandes plataformas tecnológicas, que pueden adquirir un gran poder de mercado debido a sus modelos de negocio basados en el control de grandes cantidades de datos", argumenta la Comisión. En resumen, una iniciativa con la que la UE quiere afianzar su "soberanía digital" frente a Estados Unidos o China. 

Alternativa a las plataformas

Como alternativa a las plataformas norteamericanas, el reglamento quiere impulsar la creación de nuevos "intermediarios de datos" europeos. Su función debe ser impulsar el intercambio de datos "voluntario", preservando a la vez su control por parte de empresas y hogares. Los intermediarios tendrán que notificar a las autoridades públicas competentes su intención de ofrecer este tipo  de servicios y garantizar la protección de los datos confidenciales y sensibles.

Se trata de un modelo "basado en la neutralidad y la transparencia" de los intermediarios cuyo objetivo es aumentar la confianza entre particulares y empresas e impulsar así el intercambio de datos. Para garantizar esta neutralidad, el intermediario no podrá negociar con los datos por cuenta propia (por ejemplo, vendiéndolos a otra empresa o utilizándolos para desarrollar su propio producto sobre la base de estos datos) y tendrá que cumplir requisitos estrictos.

El reglamento también contine medidas para facilitar la reutilización de determinados datos en poder del sector público. Por ejemplo, la reutilización de datos sanitarios podría impulsar la investigación con el fin de encontrar curas para enfermedades raras o crónicas. Muchos de estos datos ahora no se comparten porque son sensibles. La norma garantizará un nivel de proteccion adecuada, incluso si viajan a otro Estado miembro, con herramientas como la anonimización o incluso acuerdos de confidencialidad jurídicamente vinculantes.

Finalmente, la propuesta de Bruselas (que ahora debe ser negociada y aprobada por los Gobiernos) refuerza el control de los ciudadanos sobre los datos que generan, de forma que puedan autorizar su uso pero con condiciones claras. Por ejemplo, exigiendo que sólo se utilicen para la finalidad acordada: en el caso del afectado por una enfermedad rara, para investigación sanitaria. 

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