Los planes de pensiones españoles se desmarcan de Europa. Estos vehículos de ahorro para la jubilación son los únicos del continente que no tienen en su cartera inversiones directas en ladrillo, según un estudio de la consultora Mercer. Sus homólogos, aunque en una baja proporción, con un 4% de media, sí cuentan con este tipo de activos alternativos, muy demandados por los gestores en el entorno actual de bajos tipos de interés.

Lo pone de manifiesto el sondeo 'European Asset Allocation Insights 2020', realizado por la consultora entre más de 900 inversores institucionales durante el último trimestre de 2019 y el primer trimestre de 2020, justo antes de que se desatara la pandemia de Covid-19. En los planes de pensiones de otros países europeos, el ladrillo llega a suponer porcentajes del 24% en el caso de Suiza o del 22% en Alemania, mientras que en Noruega equivale a un 12% y en Dinamarca a un 9%. Todos ellos son países centroeuropeos o nórdicos.

Los mercados donde menos propensión hay a invertir en inmobiliario directo a través de los planes de pensiones son Francia, Irlanda o Reino Unido, con pesos del 2%; Portugal, en el 3%, y Bélgica, del 4%. Pero en todos, en mayor o menor medida, hay ladrillo negociado directamente por los propios planes. Este dato resulta curioso si se tiene en cuenta que España es uno de los países donde los minoristas más pisos y casas atesoran como parte de su ahorro familiar.

Esta situación está propiciada por el reducido perímetro de los fondos de pensiones españoles, y supone un alto coste de oportunidad a la hora de encontrar nichos atractivos del mercado inmobiliario o negociar mejores precios de entrada cuando se localizan. Para salvar este escollo, los planes recurren a otros instrumentos financieros especializados, como los fondos de inversión inmobiliarios (REIT, por sus siglas en inglés), el equivalente internacional a las socimi. Si bien en España hay algunos pocos fondos que mantienen alguna inversión en ladrillo, lo cierto es que la mayoría utiliza los REIT, cuyo porcentaje de inversión media es del 1,4%. En el informe de Mercer, este tipo de fondos se incluyen en la categoría de 'alternativos' y no en la de 'property'.

Según Xavier Bellavista, director en Mercer Wealth, "probablemente es la única forma de hacer esta inversión por parte de los fondos de pensiones españoles". Debido a su tamaño, muy pequeño en comparación con los fondos europeos, "es inviable hacer una inversión en directo suficientemente diversificada".

El ejemplo del Brexit

"Invirtiendo de este modo se tiene un coste algo superior, pero puede conseguirse una inversión global, suficientemente diversificada y sin concentrar el riesgo en uno o dos inmuebles", esgrime el experto anterior. Se reduce el riesgo de iliquidez cuando el mercado del 'real estate' se estresa, aunque se pierde el pulso con los inmuebles españoles en favor de los anglosajones, los centroeuropeos o los asiáticos.

Por ejemplo, en 2016, cuando en Reino Unido se produjo el referéndum del Brexit que ganaron los partidarios de salir de la UE, numerosos fondos inmobiliarios que sí tenían inmuebles en cartera tuvieron que bloquear los reembolsos de clientes ante la falta de liquidez, como Aviva, Standard Life o M&G. A finales de 2019, M&G volvió a suspender las retiradas de dinero en uno de los mayores fondos inmobiliarios del país.

La ASG gana relevancia pero la bolsa cede

Por otro lado, la encuesta subraya que el 89% de los fondos de pensiones europeos ya integran factores ambientales, sociales y de gobernanza (ASG) en la configuración de sus carteras, muy por encima del 55% que se identificó en 2019. El principal motivo para este aumento es la adaptación de los fondos a la regulación europea (85%).

Sin embargo, más de la mitad (un 51%) lo hacen por el potencial impacto en el resultado de sus inversiones. En menor medida (40%), los fondos aplican estos parámetros para mitigar daños reputacionales y un 30% asegura que debe el alineamiento de su estrategia con la política de responsabilidad de las empresas promotoras del plan de empleo.

El fondo de pensiones tipo en España invierte un 30% en acciones, un 48% en bonos, un 15% en otros activos alternativos y mantiene un 7% en liquidez. Por su parte, los planes europeos están expuestos -en promedio- a renta variable en un 22%, a renta fija en un 54%, al inmobiliario directo en un 4% y a los alternativos en un 18%, aunque su porcentaje de liquidez es ínfimo, únicamente del 2%, según la consultora.

El sondeo de Mercer también destaca el menor apetito por la bolsa que tienen los fondos de pensiones del continente. Entre 2019 y 2020, redujeron su exposición en tres puntos porcentuales, del 25% al 22%. Los gestores están llevando sus posiciones a renta fija, activos reales y capital riesgo. Los autores del informe prevén que la crisis del coronavirus no modifique sustancialmente esta tendencia puesto que se trata de estrategias adoptadas para el largo plazo. En todo caso, puntualizan, "podría provocar cierto grado de inversión oportunista en activos con dificultades, especialmente en infraestructura y mercados privados secundarios".



 

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