En un contexto de crecimiento económico marcado por la desaceleración de la que venían alertando todos los servicios de estudios, los hogares y las empresas aumentaron su ahorro y redujeron su deuda total en 2019, un ejercicio en el que España creció un 3,1%.
El sector privado, que viene haciendo un importante esfuerzo de desapalancamiento desde el final de la crisis, se preparó así mejor que el sector público -que elevó el déficit el pasado año- para la llegada de un shock inesperado como ha sido el coronavirus.
Así se desprende de los datos publicados este jueves por el Banco de España en el artículo Evolución de los flujos y los balances financieros de los hogares y las empresas no financieras en 2019, que forma parte de su Boletín Económico.
La institución explica cómo "la situación patrimonial de los hogares y las sociedades no financieras [esto es, las empresas] volvió a fortalecerse en 2019" con menos deuda en los dos casos. En el caso de los ciudadanos, la caída del endeudamiento fue de cuatro puntos porcentuales frente a 2018, hasta pasar a representar el 57% del PIB. Se trata de una relación dos puntos porcentuales menos que un año antes y 29 menos que en 2010, año de la crisis en el que se tocó el valor máximo.
Mientras, las empresas bajaron su financiación ajena con coste en dos puntos frente a 2018 y 47 puntos porcentuales por debajo del año 2010, cuando también tocó techo. En concreto, se situó en un valor que equivale al 73% del PIB.
También el ahorro particular se incrementó en un año en el que las noticias económicas invitaban a la prudencia de cara a 2020 por el anuncio del fin del ciclo expansivo del que la economía española llevaba disfrutando desde el inicio de la recuperación en 2013.
La tasa de ahorro bruto de los hogares aumentó en 1,1 puntos porcentuales y se situó en el 7,4% de su renta bruta disponible, el dato más alto desde el año 2013.
Ese ahorro se siguió invirtiendo en depósitos, si bien los seguros, planes de pensiones y fondos de inversión aumentaron su volumen frente al año anterior.
La buena marcha de la Bolsa permitió a los hogares incrementar su riqueza financiera bruta en un 6,1% colocando su patrimonio financiero bruto en el nivel más alto desde 2017.
Este buen dato estuvo acompañado de una caída del endeudamiento, lo que permitió que la riqueza financiera neta de los españoles también registrase un buen dato y se colocara en el nivel más alto de los últimos 15 años.
En cuanto a la evolución de los pasivos, por segundo año consecutivo, las familias aumentaron su endeudamiento "moderadamente" en forma de préstamos bancarios, según el Banco de España.
Como venía ocurriendo en los últimos cuatro años, fue el crédito al consumo el que aumentó. En cuanto a las hipotecas, el importe de las amortizaciones sigue superando al volumen de las nuevas operaciones, con lo que su saldo descendió en términos netos, aunque a un ritmo menor del que lo hizo en 2018, con una caída del 0,6% de la renta bruta disponible.
Menos crédito, más emisiones
En cuanto a las empresas, el pasado año se notó en su situación financiera los efectos de la desaceleraación de la actividad económica y empresarial frente a los ejercicios anteriores.
El informe constata que se contrajo el crédito comercial concedido y recibido en un contexto en el que descendieron los plazos medios de cobro.
El flujo de crédito bancario que recibieron las empresas por parte de la banca española fue negativa -al igual que en el año anterior-. No obstante, las empresas intensificaron sus emisiones de deuda animadas por el contexto de bajos tipos de interés. Esas colocaciones aumentaron su valor hasta el 1,1% del PIB.
Además, la inversión neta en activos financieros de las sociedades no financieras volvió a ser positiva (por un importe equivalente al 5,6% del PIB), aunque su nivel fue el más bajo de los últimos cinco años.
Por último, las tenencias de dinero en efectivo en España disminuyeron, como vienen haciéndolo en los últimos nueve años, según el documento.