Las previsiones y estrategia de BBVA Asset Management para 2023 giran en torno a una actitud positiva en renta fija y cierta cautela con la bolsa. Pero, sobre todo, destacan dos mensajes de la gestora del banco azul: el sector tecnológico podría sufrir nuevas correcciones en los parqués y el euro, tras llegar a la paridad con el dólar hace unos meses y perderla después, podría recuperar hasta la zona de 1,10.

Así lo ha asegurado Joaquín García Huerga, director de Estrategia Global de la gestora de activos del Grupo BBVA, en una presentación ante la prensa: “Numerosos activos financieros podrían tener un buen comportamiento durante el próximo ejercicio”.

García Huerga espera una moderación de la inflación, general y subyacente, hacia niveles inferiores al 4% a finales de 2023 en Estados Unidos y más cerca del 3% en el caso de la eurozona.

En cuanto a los tipos de interés oficiales de la Fed y el BCE, calcula que el ciclo alcista del banco central estadounidense finalice entre primavera y verano del próximo año en torno al 5%, mientras que en Europa podrían llegar a la zona del 3%.

En lo que respecta al crecimiento económico de la zona euro, BBVA Asset Management & Global Wealth estima que el Viejo Continente entre en recesión técnica en el cuarto trimestre de este año y el primero del que viene, con un PIB previsto del 0,3% en 2023.

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Como ha puesto en contexto García Huerga, “tenemos que remontarnos a la década de los años 30 del siglo pasado, casi 100 años, para encontrar caídas conjuntas superiores al -16% actual en la renta fija y la renta variable, constituyendo la renta fija la parte más anómala”.

Sin embargo, “la inflación debe empezar a bajar y las expectativas de subidas de tipos de los bancos centrales se deben estabilizar”. “Estas dos condiciones están empezando a cumplirse para que así baje la volatilidad en los mercados financieros y los activos de riesgo puedan continuar la recuperación iniciada”, ha añadido el experto.

Bonos y acciones

El activo estrella del 2023 “debería ser la renta fija y, a priori, con poco riesgo en cuanto a la generación de rentabilidad”, mientras que “las bolsas también pueden subir, si bien en términos de rentabilidad ajustada por riesgo nos parece más atractiva la renta fija que la renta variable, al menos en la primera parte del año”, ha puntualizado.

En el segmento de la renta fija, BBVA AM apuesta por los tramos largos de la curva de deuda del Tesoro estadounidense y por los bonos soberanos emergentes, especialmente los latinoamericanos ya que es “donde más tensionamiento ha habido en los tipos de interés”. También por los bonos corporativos de alta calidad crediticia.

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En los parqués bursátiles, piensan que en EEUU los beneficios empresariales no registrarán “apenas crecimiento”, y en Europa caerán “ligeramente”. De esta forma, la bolsa americana presenta menos potencial de subida que las europeas: entre el 4% y el 5% la primera (con dividendos), frente a una cifra “cercana al doble dígito” en las segundas. Además, las bolsas emergentes podrían hacerlo “incluso mejor que las desarrolladas” con un dólar más débil.

La divisa comunitaria, que a finales de septiembre se cotizó a 0,96 dólares y hoy se intercambia por 1,04 billetes verdes, “tiene cierto margen de apreciación frente al dólar, por lo menos hasta la zona de 1,10”, según García Huerga.

Dudas en las tecnológicas

Aunque el brazo de inversión del BBVA se muestra cauteloso con las bolsas, “no contemplamos caídas del 10%, 15% o 20% para 2023 como sí ha ocurrido este año”.

Preguntado por un sector tecnológico en horas bajas, donde están puestas las miradas de los inversores internacionales, su jefe de Estrategia Global ha reconocido que “todavía no está barato frente a su propia historia y en el marco de unos tipos de interés estructuralmente más altos”, dejando la puerta abierta a nuevas caídas en sus compañías.