Si alguien conoce de cerca a los rusos, esos son los nórdicos. Vecinos y, al mismo tiempo, rivales. Por mucho que países como Suecia o Finlandia se aferren a su posición de neutrales, antes o después han tenido que vérselas con Vladímir Putin. No en vano, el autócrata ruso ha llegado a amenazar a estos dos países en caso de que se entrometan en su invasión a Ucrania o se unan a la OTAN.

La guerra en el este de Europa se encamina hacia su tercera semana en activo y los expertos financieros se afanan por discernir qué consecuencias macroeconómicas dejará el conflicto y qué decisiones de inversión deben tomar con respecto a las carteras de sus clientes.

Valtteri Ahti es el estratega jefe de Evli, uno de los principales bancos de inversión de los países nórdicos. Su opinión cobra relevancia dada la interconexión que Helsinki tiene con Rusia.

En una entrevista con EL ESPAÑOL-Invertia, el analista augura que es posible que Suecia y Finlandia soliciten el ingreso en la OTAN una vez el conflicto de Ucrania haya remitido, al tiempo que cree que el Banco de Rusia no dispone de herramientas suficientes para evitar el colapso de su economía.

¿Cuál será el impacto a corto, medio y largo plazo de la guerra entre Rusia y Ucrania sobre el PIB o la inflación?

El principal impacto se produce a través de la subida de los precios de las materias primas. Los precios de las materias primas están subiendo porque las empresas son reacias a comprar suministros rusos a pesar de que las sanciones occidentales no se aplican a las transacciones energéticas.

El efecto de la guerra sobre las materias primas depende, además, de la duración de la misma. Sin embargo, aunque la guerra termine, las sanciones pueden seguir vigentes. Esto sucederá si Rusia establece un régimen títere sobre los territorios ucranianos conquistados. Occidente no ha reconocido como parte de Rusia a Crimea, que Rusia se anexionó en 2014, ni a las repúblicas separatistas de Donetsk y Lugansk. Occidente no reconocerá un régimen títere en Ucrania y mantendrá la presión mediante sanciones.

El aumento de los precios de las materias primas eleva la inflación y reduce el crecimiento económico de la economía mundial. El problema es especialmente grave para Europa, donde ya más de la mitad de la inflación procede de los precios de la energía, y porque la producción nacional de energía es relativamente escasa. Europa importa el 40% de su gas natural de Rusia y depende del petróleo ruso. El peor escenario para Europa es el de una inflación muy alta y una recession económica.

Estados Unidos se enfrentará a un choque inflacionario menor, ya que la inflación energética es un componente con un peso menor en su inflación general. La subida también perjudica poco a su crecimiento económico, ya que EEUU es el mayor productor de petróleo del mundo. En 2020, EEUU produjo 18,6 millones de barriles de petróleo, es decir, el 20% de la producción mundial. Rusia produjo 10,5 millones de barriles, el 11%.

China es el mayor productor mundial de productos manufacturados y se enfrenta a un choque al caer la demanda mundial. El país también se enfrenta a una inflación vía costes, ya que es el mayor consumidor e importador de productos básicos del mundo.

Vladímir Putin atiende una videoconferencia en el Kremlin. EFE.

En estos momentos, ¿qué es mejor: aprovechar las caídas y comprar acciones, salirse del mercado, ponerse corto ante nuevas correcciones o adquirir activos refugio como los bonos o el oro?

Históricamente, la mayoría de las crisis geopolíticas acaban siendo oportunidades de compra. Sin embargo, dado que la situación es muy incierta, y teniendo en cuenta algunos de los principales riesgos, creemos que todavía es demasiado pronto para elevar la exposición al riesgo.

Uno de los principales riesgos sería una escalada del conflicto, que implicaría que Occidente imponga sanciones energéticas, o que una Rusia frustrada cerrase el suministro de gas a Europa. Ambas situaciones provocarían un repunte de los precios de las materias primas y una importante caída de los activos de riesgo.

¿Cree que las sanciones económicas y financieras de la UE, el Reino Unido y EEUU a Rusia serán suficientes para poner fin a la guerra?

No creemos que vayan a poner fin a la guerra, pero pueden acelerar el final de la misma, ya que las sanciones pueden moderar los objetivos bélicos de Rusia. Ha habido cierta moderación en las exigencias de Rusia. Putin tiene las claves para acabar con el conflicto. Las sanciones económicas y financieras presionan tanto a los ciudadanos rusos como a los oligarcas, que a su vez presionan a Putin. Parece que el poder de Putin en relación con estos grupos clave es muy fuerte. En realidad, parece que pocos primeros ministros rusos o soviéticos fueron tan poderosos como lo es Putin.

Es posible que Suecia y Finlandia soliciten el ingreso en la OTAN. En ese caso, esperamos que Rusia amenace a los países nórdicos e imponga sanciones económicas, pero no esperamos una confrontación militar

¿Qué le espera a Rusia en el contexto político y en los mercados internacionales cuando termine la guerra?

En el contexto político, si Rusia gana y se anexiona o establece un régimen títere en Ucrania, seguirá aislada de la economía mundial por las sanciones. Quedará fuera de las instituciones políticas y culturales, y se convertirá en un Estado paria como Irán o Corea del Norte. Rusia se alineará cada vez más con China.

El mayor productor de materias primas y la mayor potencia industrial del mundo son una pareja ideal y ambos se oponen a la hegemonía de EEUU. Europa buscará acabar con la dependencia energética, lo que abrirá la puerta a sanciones energéticas.

Putin ha advertido a Finlandia y Suecia para que ambos países no participen en el conflicto. ¿Hasta qué punto se sienten realmente amenazados o afectan estas amenazas a los activos nórdicos?

Los cuatro países nórdicos (Suecia, Finlandia, Noruega y Dinamarca) son sociedades modélicas según cualquier medida liberal y de transparencia que caracterizan a Occidente. Son conocidos por su alta calidad de vida, su capacidad de innovación, su democracia y su estabilidad. Se completa con un siglo de experiencia en cuestiones de igualdad y décadas de experiencia en cuestiones de sostenibilidad. Así pues, los nórdicos acreditan que no solo se comprometen a ser firmes defensores de los valores democráticos occidentales, sino que también son capaces de definir y representar el significado de una democracia occidental exitosa para el futuro.

Ucrania no es miembro de la OTAN ni de la Unión Europea. EEUU ha declarado explícitamente antes del conflicto que no estaría dispuesto a librar una guerra en Ucrania. La resistencia contra Rusia sería mucho más feroz si Rusia atacara a un miembro de la UE como Suecia o Finlandia.

Suecia y Finlandia forman parte de la Asociación para la Paz de la OTAN desde 1994 y tienen unas fuerzas armadas modernas, mientras que Noruega y Dinamarca son miembros fundadores de la OTAN. Es posible que Suecia y Finlandia soliciten el ingreso en la OTAN una vez el conflicto de Ucrania haya remitido. En ese caso, esperamos que Rusia amenace a los países nórdicos e imponga sanciones económicas, pero no esperamos una confrontación militar.

¿Tiene el Banco de Rusia suficientes herramientas para evitar un colapso de su economía?

No las tiene. El Banco de Rusia ha duplicado su tipo de interés oficial hasta el 20% para evitar el colapso del rublo. Las sanciones reducen el crecimiento económico y aumentan la inflación en Rusia. El banco central puede luchar contra la inflación y suavizar el golpe al rublo, pero el coste es un choque aún mayor para el crecimiento económico a través de los altos tipos de interés.

Los pilares fundamentales de la economía rusa son sus exportaciones de materias primas, que alcanzan precios récord. Sin embargo, en estos momentos parece que Rusia tiene dificultades para vender sus existencias, ya que las empresas occidentales están evitando cualquier interacción con Rusia.

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