La crisis de la Covid-19 ha hundido la economía de muchos países europeos, pero la UE ha puesto sobre la mesa 750.000 millones de euros con su fondo para la recuperación. De esta inyección de dinero, además de aliviar la vida y condiciones de numerosos ciudadanos y pymes del continente golpeados por la pandemia, también se podrán ver beneficiados los inversores de forma indirecta, ya que abre nuevos nichos de mercado. Además, la crisis ha dejado varias enseñanzas a los inversores que ahora deben poner en práctica.

Antes de nada, los inversores deben tener en cuenta cómo y cuándo se irá liberando este montante. En el ‘Next Generation EU’, habrá 390.000 millones en ayudas directas a los Estados y otros 360.000 millones en préstamos en condiciones favorables. Como resultado de la cooperación con el sector privado y el Banco Europeo de Inversiones (BEI), se podrían añadir líneas de crédito adicionales de 450.000 millones. Por tanto, el volumen total sería de unos 1,2 billones de euros.

El 70% de la distribución se desembolsará en 2021 y 2022, y el 30% restante en 2023. El sur de Europa, sobre todo Italia y España, recibirá la mayor asignación. Además, el Fondo de Recuperación Europeo, combinado con el Pacto Verde de la UE, llevará a una aceleración de la neutralidad en materia de carbono de aquí a 2050.

Este es el contexto general. Y de aquí los expertos de BNP Paribas Wealth Management han extraído una serie de temáticas de inversión que se verán beneficiadas por este impulso. Son cuatro: transición a la energía verde; movilidad verde, esto es, movilidad eléctrica; digitalización y 5G, y modernización de las infraestructuras, ya que el dinero se dará a cambio de reformas.

Bolsa europea

Todas estas ideas de inversión, subyacentes a los fondos y pactos europeos, pueden jugarse a través de la bolsa. Desde que la pandemia arreció en marzo, los inversores se han lanzado en masa a por las grandes tecnológicas de Wall Street y a por un selecto grupo de otras cotizadas consideradas de mucha calidad. Y se han olvidado de los parqués europeos. Pero este ‘megaplan’ de la UE vuelva a insuflar ánimos en los parqués del continente.

"El grueso de inversores se ha puesto muy encima de las compañías muy evidentes de por dónde van los tiros de la ‘nueva normalidad’. Pero, por ejemplo, en Europa hay muchas compañías no tan evidentes que también se benefician de ese nuevo mundo y que, en vez de subir mucho como han hecho Tesla o las FAANG, ha sido todo lo contrario. Han sufrido mucho en su cotización, y eso genera una oportunidad de compra porque van a subir", prevé Gonzalo Murcia, director global de Inversiones de BNP Paribas WM en España.

Aunque el banco privado no ha dado nombres concretos de valores donde posicionarse, sí ha avanzado que los retornos esperados en compañías europeas de estas cuatro temáticas pueden ir del 30% al 100%, según el sector. "Algunas pueden duplicar su valor y seguir estando baratas", cree el experto.

Pese a ello, y aun centrándose los fondos europeos en España en buena parte, "a priori, las compañías españolas no están tan bien posicionadas como las de otros países para beneficiarse de ellos". Si acaso, puntualiza, las que mejor perspectiva tienen operan en energía, suministros básicos y "alguna constructora". En digitalización, ninguna.

En una cartera tipo de un cliente que busque crecimiento global, BNP Paribas WM aconseja tener entre un 20% y un 30% en cotizadas europeas que se vean arrastradas por estas cuatro megatendencias de inversión.

Gestión activa vs. pasiva

En una mesa redonda virtual organizada por la consultora Carter Lane donde se dieron cita diferentes firmas de inversión, estas apremiaron a los inversores a repensar cómo y con quién invierten su patrimonio en el nuevo escenario post-Covid. El debate se centró en la gestión activa vs. pasiva, porque el coronavirus ha provocado un cambio estructural tanto en la demanda como en la oferta.

No es que sean ideas de inversión como tal, sino más bien dos filosofías de inversión que se complementan entre sí más que nunca y sobre las que pueden pivotar temáticas como las cuatro anteriores, ligadas a la renta variable, la economía verde, el 5G y las infraestructuras.

Según Giorgio Semenzato, CEO y cofundador de Finizens, "a largo plazo, la gestión pasiva bate al 90% de los gestores activos y, en el muy largo plazo, al 98,5%". Y, aunque a corto plazo las dudas siempre acechan a la gestión indexada, este directivo remarca sus resultados. De las cinco carteras del roboadvisor, dos están en positivo en el año a pesar de la pandemia, una en camino de los números verdes y las otras dos, aun en rojo, aventajan "bastante" a sus índices de referencia.

Pero, como puntualiza Francisco Márquez, executive sales de JPMorgan Asset Management, "cuanta más gente hay comprando los índices, más oportunidades hay para la gestión activa", puesto que "más dispersión de valoración hay entre unas compañías y otras". De hecho, añade Julián Pascual, presidente de Buy & Hold, "cuando tienes un buen producto de gestión activa, bate por goleada y de forma muy continuada a la gestión pasiva", si bien "lo difícil es encontrar ese producto".

Esta es la dicotomía entre las grandes tecnológicas de Wall Street y las europeas a la que hace referencia Murcia, de BNP Paribas WM. Y es aquí donde se ve la complementariedad de la gestión activa y la pasiva. Aunque cada vez hay más nichos del mercado replicados por fondos índice y ETF, no siempre la eficacia es la misma. Los expertos suelen decir que batir a los índices americanos, dada su alta eficiencia, es muy complicado, por lo que cada vez más se decantan por la gestión pasiva a la hora de entrar en el S&P 500, el Nasdaq o el Dow Jones. Sin embargo, la gestión activa tiene más margen en los parqués europeos, por su infravaloración. De hecho, hay muchas de las megatendencias que se están abordando mediante el capital riesgo, la gestión activa por excelencia al ir a los activos no cotizados.

Si algo queda claro es que "el hombre orquesta [ese que gestiona fondos, los vende y administra el negocio] ya no va a servir más" tras esta crisis, según Ignacio Fuertes, director de Inversiones de Rentamarkets. "Si más del 80% de los flujos del mercado lo mueven algoritmos, estrategias sistemáticas y cuantitativas, entender cómo funciona la tecnología y sus implicaciones para el mercado va a ser fundamental". De ahí que "el nuevo gestor tiene que tener conocimientos y capacidades específicas" para la "nueva normalidad".

Para Semenzato, "la Covid será el mayor disruptor tecnológico de la década de 2020", ya que "ha obligado a una aceleración del cliente final para hacerse cada vez más digital". Esto será positivo para nuevos entrantes independientes no bancarios, con una base altamente tecnológica y que aporten valor añadido. Por ejemplo, Finizens ya tiene algún que otro cliente por encima de los 10 millones de euros y su servicio premium, que ofrece asesores personales desde los 100.000 euros, supone ya el 10% del negocio total.

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