La relajación en las tensiones entre China y EEUU sigue dando alas a la segunda para que su economía interna y el dólar se fortalezcan. Eso sí, esta situación continúa debilitando al mercado exportador, que sigue representando su principal fuente de economía, pero cada vez va habiendo más matices negativos en el medio y largo plazo. 

Por el contrario, las referencias macroeconómicas del Viejo Continente siguen reflejando debilidad de fondo y con serios problemas de empleo y, por tanto, de consumo en el corto y medio plazo. Las cifras manufactureras, de inflación y de crecimiento siguen siendo un problema mucho mayor que una inflación en la que parece que se ha instalado un Mario Draghi al que le cuesta salir de ese bucle. Por el momento no tenemos medidas adicionales ni modificación en la política monetaria, por lo que iremos poco a poco en la misma línea. Este escenario prolonga las debilidades para la banca, que sigue siendo la referencia principal en la parte sectorial y eso hace daño a la economía en el corto plazo.

Técnicamente, como podemos observar en el gráfico, vemos una debilidad importante en los precios del euro, mientras que la fortaleza del dólar estadounidense sigue siendo una realidad difícil de gestionar para el BCE. En estos momentos el euro se cambia a 1,125 dólares cuando despidió 2018 en los 1,147 dólares. 

Mientras que el tipo de cambio del euro no supere niveles importantes de resistencia, como pueden ser los 1,13 y 1,14 dólares y consolidar dichos niveles, no podremos hablar de movimientos de cambio de tendencia. Por tanto, mientras que eso no ocurra no podremos hablar de movimientos alcistas ni tendencia positiva. Por el momento, y hasta nueva orden en cuanto al volumen de contratación (alcista en los recortes con respecto a los impulsos) seguiremos en la misma línea.

Parece que por ahora el cruce se encamina a confirmar un doble suelo en el nivel cercano a 1,1180 dólares. Veremos cómo evoluciona, porque parece que hay algo de dinero comprador en ese nivel, por lo que le puede costar perderlo en ese horizonte temporal.