Las claves
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Los inversores siguen atentos a las nuevas tensiones comerciales y al arranque de la temporada de resultados en EEUU, mientras mantienen el optimismo tras las declaraciones del presidente de la Reserva Federal, que alimentan las expectativas de futuros recortes de los tipos de interés.
El Ibex 35 repuntó ayer un 0,3% y roza los 15.600 puntos, con la banca en el centro de atención. En la sesión de hoy, el índice español cuenta con todos los factores para marcar nuevos máximos anuales, con grandes probabilidades de conseguirlo. Si miramos a los valores de su composición, destaca el comportamiento de las acciones del Banco Santander.
Banco Santander pretende integrar dos de sus principales filiales y áreas de crecimiento internacionales, Santander Consumer Finance (SCF) y Openbank, con el objetivo de ganar cuota de mercado y mejorar su eficiencia. Se espera que esta fusión esté completada en el primer semestre de 2026.
Además, según un reciente informe de UBS, se refuerza la tesis de que Santander pueda seguir mejorando su retorno al accionista, hasta alcanzar un payout del 75%. Actualmente, la rentabilidad por dividendo de Santander se sitúa en el 2,62%, por debajo del 4,63% de BBVA, del 4,84% de CaixaBank, del 4,38% de Sabadell, del 6% de Unicaja e incluso del 3,39% de Bankinter.
De materializarse este aumento del dividendo, podría suponer un gran catalizador para las acciones de Banco Santander, que se han convertido en una de las grandes sorpresas bursátiles de 2025. Sus títulos acumulan una revalorización superior al 95% desde enero, situándose a la cabeza del Ibex 35 (con permiso de Indra) y también al frente del sector bancario europeo, donde solo le superan Société Générale y Commerzbank.
Desde un punto de vista técnico, los títulos de Banco Santander presentan una clara estructura alcista, con una progresión de mínimos y máximos ascendentes iniciada a comienzos de 2025. Tras un largo periodo lateral de consolidación que se extendió durante gran parte de 2024, el valor formó un suelo de mercado fiable en la zona de los 4,15 euros por acción, lo que sentó las bases de su actual fase alcista tan prolongada.
Evolución de las acciones de Banco Santander
Esta progresión se ha mantenido, en parte, gracias a una directriz alcista o zona de soporte creciente que ha acompañado el movimiento durante los últimos meses y ha servido de apoyo ante las fases de ajuste que se han experimentado en el medio plazo. Aunque en algunos momentos se han acumulado niveles de sobrecompra importantes, esto no ha impedido que las acciones continúen avanzando con fuerza.
En las últimas semanas, el valor ha dibujado unos nuevos máximos históricos en formato intradiario en la zona de los 8,91 euros por acción.
Sin embargo, los altos niveles de sobrecompra han provocado un ajuste correctivo que ha llevado al valor a tantear la directriz alcista y la zona de mínimos crecientes en los 8,42 euros por acción, muy próxima también al paso de su media móvil de 50 periodos, que ha servido de soporte clave para frenar el deterioro a corto plazo.
Este ajuste encaja dentro de un proceso alcista de fondo, por lo que, tras la detención de las caídas, Banco Santander dispone de todos los ingredientes para protagonizar un nuevo repunte técnico. Dicho movimiento que se produciría al recuperar el soporte perdido en los 8,59 euros por acción, ahora resistencia, y volver a buscar sus máximos históricos.
Un elemento que reforzaría la confianza en el valor sería la superación de dos cierres diarios o uno semanal de la zona de los 8,60 euros por título. Si este escenario se confirma, Santander elevaría notablemente las probabilidades de continuar con su reacción alcista, con un primer objetivo en los 8,80 euros por acción y un segundo en los 8,91 euros.
Dado que el Ibex 35 todavía no ha superado sus máximos anuales, sería prudente establecer una orden de protección para limitar el riesgo de la estrategia, situada en la pérdida, en base a cierres, de la zona de los 8,44 euros por título.
