Si a los presidentes les dieran un anillo —como en la NBA cuando ganan el campeonato— por cada cierre del gobierno, Donald Trump ya estaría a la par con Shaquille O’Neal. Desde el miércoles, el país vive su cuarto cierre parcial bajo su mandato, sumando así el vigésimo primer “shutdown” en los últimos cincuenta años.

Vale decir que esto no es una crisis de deuda. Un shutdown ocurre cuando el Congreso no aprueba el presupuesto y eso obliga a cerrar oficinas y suspender servicios. El tema del techo de la deuda es si no se sube, el Gobierno no puede cubrir pagos ya comprometidos, incluyendo pensiones, sueldos y la deuda pública.

Por lo tanto, no hay riesgo de impago. A cambio, entre las consecuencias directas, unos 750 000 empleados federales estarán suspendidos sin sueldo.

Los considerados «esenciales» seguirán trabajando, aunque no recibirán su salario hasta que el Gobierno reabra. El problema es que las facturas no esperarán...

¿Y qué pasa con los mercados?

El oro saldría favorecido como activo refugio

En general, un cierre del gobierno no suele tener un impacto importante en la economía. La pérdida se estima en unos 7 mil millones de dólares por semana, lo que representa solo el 0,02% del PIB del país. Dado que no se esperan consecuencias graves, la reacción de los mercados suele ser moderada.

De hecho, en los últimos seis cierres, el índice S&P 500 solo cayó en dos ocasiones: en 1996, cuando el cierre duró 21 días, y en 1990, aunque solo duró tres días. Esta vez, los futuros del S&P 500 y del Nasdaq bajaron un 0,8% y un 1%, respectivamente, y no se espera que el impacto vaya más allá.

Para que el sentimiento en los mercados se deteriore aún más, tendría que ocurrir una de estas dos cosas: que las agencias de calificación rebajen la deuda soberana de EEUU, o que comiencen despidos masivos de empleados públicos, algo que Trump insinuó si los demócratas no ceden.

Un escenario así podría sacudir al dólar (DXY), afectar a los bonos del Tesoro y aumentar la desconfianza en los mercados, lo que perjudicaría al S&P 500. En cambio, el oro saldría favorecido como activo refugio. No obstante, por ahora parece poco probable que la situación llegue a ese extremo.

***Igor Kuchma es analista de Trading View.