La inversión de los hogares españoles en letras del Tesoro sigue pulverizando récords. Según los datos publicados este jueves por el Banco de España, la tenencia de deuda española a corto plazo por parte de las familias alcanzó en julio los 18.523 millones de euros. Se incrementó en 1.915 millones respecto al mes anterior.

Con esta cifra, los hogares españoles están a un paso de convertirse en los principales tenedores de letras del Tesoro. Sólo son superados por los no residentes, quienes tienen en su poder deuda española con una vida igual o inferior a doce meses por valor de 21.379 millones de euros.

El sorpasso se podría producir en cualquier momento. Mientras que la inversión de las familias no para de crecer -hace justo un año era de 25 millones de euros- la de los inversores extranjeros acumula meses de retrocesos.

En concreto, 19 meses, desde que en diciembre de 2021 se encontraba en algo más de 57.000 millones de euros. Es decir, esta partida se ha reducido un 62% en poco más de año y medio.

Por el contrario, y según las estadísticas del Banco de España, las compras que los pequeños inversores españoles hicieron en julio -los mencionados 1.915 millones de euros- de letras del Tesoro supone una aceleración después de algunos meses en el que el crecimiento se había moderado.

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La deuda española de corto plazo en manos de los pequeños ahorradores tenía un valor en enero de 3.695 millones de euros; en febrero, de 7.613 millones; en marzo, de 10.847 millones; en abril, de 13.206 millones; en mayo, de 14.947 millones, y en junio, de 16.608 millones.

Por tanto, los datos muestran que entre enero y febrero la inversión creció en 3.918 millones de euros. Esa cifra volvió a bajar entre febrero y marzo, hasta los 3.234 millones, y se redujo de nuevo entre marzo y abril, hasta los 2.359 millones de euros, y entre abril y mayo, hasta los 1.741 millones de euros.

A pesar de que en junio la inversión también se moderó, lo hizo en menor proporción que en los meses anteriores, sólo hasta los 1.661 millones de euros. Ahora se ha incrementado.

Sin embargo, en septiembre podría volver a retroceder, si se atiende a las estadísticas elaboradas por el Tesoro. En las últimas subastas, las pujas no competitivas -aquellas en las que sólo se indica la cantidad deseada, sin precio, y que sirve como aproximación de la participación de los pequeños inversores españoles en las emisiones- se han reducido por debajo de los 1.500 millones de euros.

La menor participación ha coincidido con una reducción general de la rentabilidad de estos valores. Si de nuevo se tienen en cuenta las últimas subastas llevadas a cabo por el organismo dependiente del Ministerio de Asuntos Económicos, el interés ofrecido por las letras a seis meses se mantiene en máximos desde julio de 2012, al situarse en el 3,679%.

Por el contrario, la rentabilidad de las letras a tres meses se sitúa en el 3,49%, por debajo del 3,535% de la emisión anterior, en la que registró niveles no vistos desde noviembre de 2011.

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La rentabilidad de las letras a nueve meses es del 3,737%, que aunque ligeramente superior al de la emisión anterior, sigue siendo inferior al 3,81% que alcanzó en julio. Nunca antes había llegado a tal nivel, teniendo en cuenta que estas referencias comenzaron a emitirse en febrero de 2013.

De forma similar, el interés ofrecido por las letras a doce meses se ha reducido al 3,68%, desde el 3,682% de la emisión anterior. En julio su rentabilidad también superaba el 3,8%, algo que no ocurría desde hacía once años.