Los índices en los que cotizan grandes compañías lo hacen mejor que los formados por pequeños valores. Tanto que, en la mayoría de los casos, la rentabilidad de los primeros dobla la de los segundos. El buen comportamiento de las acciones de empresas del sector del lujo y la tecnología explica esta diferencia.

El Ibex 35 sube un 12,75% en lo que va de año. La rentabilidad del selectivo de la bolsa española es tres puntos superior a la del Ibex Small Cap -el índice en el que cotizan las pequeñas compañías españolas-, que es del 9%. Asimismo, el repunte es más que el doble que el del Ibex Medium Cap -formado por los valores de capitalización mediana-, que es del 5,5%.

Y lo mismo sucede en el caso de los índices europeos. La subida del MSCI EMU Cap Index (15,4%) es 4,3 veces superior a la del MSCI EMU Micro Cap (3,5%) y casi el doble que la del MSCI EMU Small Cap (8,2%).

[La bolsa europea sube un 14% en 2023 y roza máximos precrisis financiera gracias al sector del lujo]

En la zona del euro destacan las fuertes rentabilidades superiores del sector del lujo y el consumo discrecional. Así, las subidas de Hermès, LVHM y L’Oréal rondan o superan el 30%, mientras que Kering y Christian Dior avanzan más del 20%.

"Por el contrario, es destacable el peor tono que han mostrado los valores de pequeña capitalización", advierte Enguerrand Artaz, gestor de fondos de la gestora francesa La Financière de l’Echiquier.

La situación es similar en Estados Unidos. Mientras que el Nasdaq sube un 17,75% y el S&P 500, un 7,1%, el Russell 2000 avanza un ligero 0,4%.

"Semejante disparidad entre los índices estadounidenses se explica principalmente por la fuerte subida de los grandes valores tecnológicos. Apple, Microsoft, Amazon, Nvidia y Alphabet -las cinco compañías con mayor peso en el S&P 500- acaparan el 73% de las ganancias del índice, mientras que representan tan solo el 20%", subraya Artaz.

Pequeños valores

Frente a los de mayor tamaño, los valores de pequeña capitalización "están especialmente expuestos a la ralentización del crecimiento económico que vemos venir, así como a la disminución de los préstamos bancarios, a medida que la salida de depósitos endurece las condiciones de crédito", explica Ben Laidler, estratega de mercados globales de eToro.

El mismo analista advierte de que las small cap "están menos diversificadas y se centran más en sectores cíclicos como los materiales y las finanzas, y menos en la tecnología. Además, se concentran "más en el mercado nacional, tienen más deuda y pagan menos dividendos".

[LVMH se convierte en la primera compañía europea en alcanzar los 500.000 millones de dólares de capitalización]

Por el contrario, uno de los factores que juegan a su favor es que hay muchos más valores de pequeña capitalización con menos cobertura de analistas. Y eso, "los hace más atractivos para muchos buscadores de valores".

A pesar de que las subidas registradas por los grandes índices bursátiles occidentales en este primer tercio del año pueden parecer un escenario idílico para los inversores, lo cierto es que estas rentabilidades, tal y como señala Artaz, "colocan el foco únicamente sobre una parte del universo cotizado, dejando en la sombra realidades menos brillantes".

Poca profundidad

El gestor de la firma francesa hace esta advertencia porque "esta enorme concentración de la rentabilidad desemboca en una fuerte reducción de la profundidad del mercado".

En el caso del S&P 500, menos del 25% de los integrantes del índice lo han batido durante estos últimos tres meses, mientras que la media se mueve en torno al 50%. Se trata del nivel más bajo desde 2005 al menos y refleja que la subida del indicador se apoya en un número reducido de compañías.

Además, "estos valores son esencialmente empresas de gran capitalización, lo que hace pensar que los flujos compradores provienen en buena parte de las estrategias indexadas, alimentadas por los fondos que siguen tendencias o por los algoritmos, más que de un optimismo generalizado por los inversores, sobre todo los fundamentales", añade el gestor de La Financière de l’Echiquier.

Dicho de otro modo, "esto se traduce en un posicionamiento de mercado susceptible de cambiar rápidamente si surgen demasiadas malas noticias", añade.

La situación es más acuciante en Wall Street que en Europa, ya que "la necesidad" de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) de mantener una política monetaria restrictiva ante una inflación que se mantiene elevada junto al deterioro progresivo de los datos macroeconómicos, "crea un entorno susceptible de provocar un escenario de este tipo", incide Artaz.