Credit Suisse ya sufría en bolsa por la crisis de imagen y los problemas financieros que sufre la entidad. Sin embargo, los descensos se aceleran este lunes, ante la posibilidad de que el banco suizo termine quebrando. Su propio CEO, Ulrich Koerner, consideró el pasado viernes que el banco se encuentra en un "momento crítico".

El desplome registrado en el inicio de la jornada ha llegado a superar el 8%, aunque pasada la media sesión la entidad lograba reducir las pérdidas al 7,77%. A pesar de que Koerner se ha referido en esos términos a la situación de la entidad, el objetivo del ejecutivo era tranquilizar a sus trabajadores.

A través de la publicación de un memorando, Koener recomendaba a la plantilla no confundir el desempeño del precio de las acciones "día a día" con la "sólida base de capital y posición de liquidez" de la empresa suiza.

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Ni las palabras de Koerner ni otras informaciones aparecidas este fin de semana en la prensa financiera han servido para cortar la sangría. La cotización de Credit Suisse se encuentra en mínimos históricos. Sus acciones valen menos de cuatro francos suizos.

En el ojo del huracán se encuentran los credit default swaps (CDS) o swaps de incumplimiento crediticio de Credit Suisse. Algo complicados, son contratos derivados cuya función básica es cubrir el denominado riesgo de crédito.

Estos instrumentos financieros cobraron especial relevancia durante la crisis financiera que se desató con la caída de Lehman Brothers en 2008 y ahora lo vuelven a hacer. “Lo CDS de Credit Suisse alcanzaron su nivel más alto desde el año 2008, lo que hace saltar todas las alarmas en el sistema financiero y deja entrever una posible quiebra”, apuntan los analistas de IG.

Ante los problemas financieros de la entidad, sus responsables están en conversaciones con grandes inversores para una ampliación de capital de varios millones de francos suizos, según recoge la agencia Efe, algo que no ha sido confirmado por el banco.

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Este movimiento se relacionaría con el plan de estructuración prometido en julio por Koerner, aunque el directivo ha indicado que los detalles del plan no se desvelarán hasta la publicación de los resultados del tercer trimestre, el próximo 27 de octubre.

En los últimos meses han circulado rumores, no confirmados por Credit Suisse, de que esta reconversión podría suponer la supresión de 5.000 puestos de trabajo en la entidad. Según publicó hace dos semanas el diario Financial Times, como parte de estos planes para salir a flote, el banco se plantea dividir su banca de inversión en tres negocios, siendo uno de ellos un "banco malo" para gestionar activos de riesgo.

En julio, Koerner ya adelantó que el banco buscaba soluciones para sus actividades de crédito titulizado, cuyo volumen podría alcanzar los 2.500 millones de dólares, unos 2.400 millones de francos suizos o 2.570 millones de euros.

Una posible venta de este negocio y la reducción de riesgos en el balance podría, según los analistas, producir un déficit de hasta 4.000 millones de francos suizos, unos 4.080 millones de dólares o 4.200 millones de euros.

A principios de este septiembre, Credit Suisse ya anunció la venta de su negocio de gestión de fortunas, Credit Suisse Trust (CST) como parte de su "año de transición".