Desde hace unas semanas, uno de los temas que más está afectando a los mercados es si estamos ante el inicio de una nueva etapa inflacionaria o si solo estamos ante un repunte transitorio de la inflación.

A favor del argumento de que este repunte es temporal, tenemos a los que consideran que se puede atribuir el mismo a la fuerte subida de los precios energéticos y de las materias primas, pero sobre una base de comparación muy baja, por lo que estos precios se estabilizarán. También argumentan que existe una fuerte capacidad productiva ociosa y que la revolución digital seguirá presionando a la baja los precios.

Por el contrario, los que piensan que este repunte es el inicio de una nueva etapa inflacionaria arguyen que la baja inversión en nueva capacidad productiva de los últimos años va a provocar que la demanda supere a la oferta durante varios años, además de que existe una importante demanda embalsada por la pandemia y que las políticas de estímulo están aumentando la velocidad de circulación del dinero, sobrecalentando la economía.

Aunque en nuestra opinión nos parece mas probable el primer escenario, nos parece interesante ver cómo afectarían a la bolsa y la renta fija ambos escenarios.

En el primer escenario, con la economía recuperándose y produciendo un repunte de la inflación para volver a situarse dentro de unos meses claramente cerca pero por debajo del 2%, las bolsas tendrían una evolución muy positiva. En la renta fija destacaríamos la deuda high yield, que también tendría una evolución muy positiva, ya que los tipos seguirían bajos y la economía se estaría recuperando. La renta fija con grado inversión tendría un comportamiento bastante plano, con rentabilidades cercanas al cero.

La baja inversión en nueva capacidad productiva de los últimos años va a provocar que la demanda supere a la oferta durante varios años

En el segundo escenario, también con la economía recuperándose, pero produciéndose un repunte de la inflación a medio plazo, las bolsas tendrían un comportamiento positivo -siempre que la inflación no superase el 3%-, pero habría sectores con un comportamiento negativo. Concretamente, los menos cíclicos y con un nivel de deuda mas alto, como eléctricas o autopistas.

También veríamos sectores con un comportamiento muy alcista, principalmente el sector financiero, muy castigado por los tipos negativos. Por la parte de la renta fija, la deuda con grado inversión en general y la gubernamental en particular tendrían un comportamiento muy negativo.

Mientras, la deuda con rating por debajo del grado inversión tendría un comportamiento bastante plano, ya que -aunque la mejoría económica le beneficia- este efecto se vería neutralizado con la subida de los tipos de interés.

Por supuesto, un escenario en que la inflación se disparase sería enormemente negativo tanto para las bolsas como para la renta fija y, en general, para las economías debido al alto nivel de deuda actual.

***Antonio Aspas es socio de Buy & Hold