La crisis del coronavirus ha puesto patas arriba en menos de dos meses muchas estrategias de inversión desarrolladas con esmero durante años. Los gestores se apresuran a rotar carteras para amortiguar el golpe, pero Meliá se salva. El valor de sus hoteles pesa más que ser uno de los farolillos rojos de este periodo de crisis en la bolsa española.

Meliá Hotels se había convertido en una pieza clave de un buen número de fondos de inversión españoles a lo largo del año pasado. Las cifras récord de turistas y gasto de los viajeros que visitaban el país había llevado a muchos gestores a tomar o incrementar posiciones en la compañía. Así lo recogen los datos remitidos por las distintas firmas a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).

De este modo, hasta 122 fondos de inversión registrados en España cuenta con posiciones en Meliá, según los últimos datos disponibles. Una abultada cifra consecuencia de su incorporación a la cartera de 13 fondos a lo largo del último trimestre del año pasado y su incremento de peso en otros 87 vehículos. El apetito por la hotelera es más evidente si se tiene en cuenta que en este mismo periodo solo 27 fondos aligeraron su apuesta por la compañía.

Aguantar o asumir pérdidas

Entre ese centenar de fondos de inversión, los gestores de aquellos que más peso conceden en sus carteras a Meliá insisten en su apuesta incluso cuando la cotizada ha perdido más del 48% de su capitalización desde que el coronavirus cruzó las fronteras de Europa. No solo eso, sino que algunos han aprovechado para incrementar posiciones a lo que ellos consideran precios de ganga.

Aunque es previsible que algunos de los gestores menos expuestos a la evolución bursátil de Meliá se hayan deshecho de parte de sus posiciones para generar algo de liquidez, todo apunta a que la retirada no será abultada. Desde una firma de inversión comentan que, incluso en el caso de inversiones residuales, la realización de pérdidas que supondría la venta a estos precios hace que, de momento, se aguanten acciones en cartera a la espera de que el rebote desde sus mínimos recientes dé algo más de holgura.

Entre los que se mantienen en en sus trece con Meliá están los gestores de Horos. Su fondo Value Iberia es el vehículo de la industria que más peso en cartera da a la hotelera. Un 7,6% según su reciente carta trimestral a partícipes. El motivo fundamental de su insistencia en el valor es claro: “El enorme descuento con respecto al valor de sus activos hoteleros, superior al 80% en el mínimo que alcanzó la acción”.

Sus cálculos apuntan a un precio de 15 euros por acción en función de la última valoración disponible de sus activos inmobiliarios. Aunque reconocen que puede haber debate sobre si aquella medición de 2018 “hoy tiene sentido” o si se hizo “cerca de pico de ciclo”, defienden que, en cualquier caso, “esos hoteles valen varias veces lo que Meliá cotiza”.

Aunque los expertos de la casa reconocen que “muchos de sus hoteles no están generando ni un euro de ingresos en estos momentos”, consideran que “la oportunidad de inversión es extremadamente atractiva en estos momentos”. Y enumeran sus argumentos para esta sentencia.

El primero está en las medidas de contención de gastos tomadas por la compañía. Después, una liquidez suficiente para aguantar “varios meses” sin ingresos. Y, por último, el hecho de que sus gerentes -la familia Escarrer- sean dueños de más de la mitad de las acciones del grupo. Algo que a los gestores de Horos les da la “tranquilidad de saber que todas las decisiones se tomarán con el objetivo de maximizar el valor para sus accionistas”.

Agilidad de reacción

Dentro del podio de los tres fondos que más peso conceden en su cartera a Meliá está el GVC Gaesco 300 Places Worldwide, que invierte en las compañías con más exposición a los 300 lugares más turísticos del mundo. Su responsable y director general de GVC Gaesco, Jaume Puig, asegura que no solo está aguantando su posición sino que está “aprovechando el descenso de la cotización para comprar más”.

El quinto en el ranking es el Azvalor Iberia, cuyos responsables confirman que la hotelera “continúa pesando lo mismo en nuestra cartera”. Eso es cerca de un 5%. Los gestores explican que, a pesar de haber sufrido el azote de esta crisis, la compañía “tiene capacidad de recuperación y un gran potencial”.

En este punto miran hacia el valor inmobiliario de sus activos, que fijan en unos 3.500 millones de euros netos de deuda frente a los 880 millones a los que ha caído su capitalización. Y también coinciden con sus colegas en señalar hacia su “confianza personal y profesional en Gabriel Escarrer” como cabeza de la compañía.

El Magallanes Iberian Value se juega un 4% de su patrimonio en Meliá. Aunque los responsables de esta gestora ‘value’ reconocen “lo negativo del momento”, destacan que la reacción de su equipo directivo “ha sido inmediata” con iniciativas como el recorte del 50% en el salario de sus trabajadores de servicios centrales y la supresión de gastos variables como publicidad y representación.

La tranquilidad de los Escarrer

Pero no solo eso. De nuevo aparecen las dos claves más repetidas: el valor inmobiliario de sus activos y el hecho de que la compañía esté controlada y gestionada por una familia. “Nos da tranquilidad”, aseguran. Y, además, lo que desde Magallanes consideran “lo más importante”: una situación financiera totalmente distinta a la que tenía en la crisis de 2009. “Mucho más saneada y robusta”, explican.

Entre los que mantienen su convencimiento en Meliá, también figura Francisco García Paramés. El apóstol del ‘value’ en España y responsable del Cobas Iberia explicaba en su última carta a partícipes que, aunque “no recuperará las habitaciones no ocupadas estos días”, sí que “está tomando medidas drásticas, como reducciones del sueldo”. Y, de nuevo, que “afronta la situación con una deuda reducida”.

Una circunstancia que Paramés vincula a la valoración de sus inmuebles, con hipotecas por solo un 10% del valor de sus activos. Esos 3.500 millones de euros se han convertido en el principal salvavidas de la compañía para evitar una huida masiva de inversores institucionales.

Comprar, la opción preferente

El consenso de mercado está con ellos. Según datos recogidos por Refinitiv, de los 21 analistas que más de cerca siguen la evolución de Meliá, solo dos aconsejan vender, frente a siete que recomiendan mantener y 12 que se decantan por las compras. Entre todos, forjan un precio objetivo de 7,88 euros por acción para la hotelera, lo que implica un recorrido alcista del 107% -más que duplicar precio- a un año vista.

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