Histórico de la industria de gestión de activos, con más de 30 años de experiencia a sus espaldas, Martín Huete abandera la idea de que otra forma de invertir es posible, más allá de lo que los clientes pueden encontrar en su banco de toda la vida. ¿Su consejo para obtener rentabilidad en el entorno actual de mercado? Apostar por el largo plazo y, sobre todo, abandonar de una vez lo que denomina el ‘síndrome de Estocolmo bancario’. 

Pregunta (P): En un entorno de tipos de interés en mínimos, ¿qué sensación le produce todo el dinero que hay invertido en depósitos?

Respuesta (R): Mi intención ha sido siempre ayudar a la gente a entender que hay una forma distinta de invertir y de ahorrar. Me duele profundamente que haya más de 800.000 millones de euros en depósitos al 0% y que los clientes de los bancos no se den cuenta de que, con la inflación estimada en el 1,5%-2%, eso es como tirar el dinero. 

P: Aun así, los clientes siguen siendo fieles a su banco…

R: Este es un país con muchos miedos… La gente tiene que quitarse de encima ese ‘síndrome de Estocolmo bancario’ que ha llevado a que se invierta en ciertos productos que se venden de forma masiva como los garantizados de algunos bancos, que lo único que garantizan es perder dinero. Son fondos muy cómodos de colocar al cliente, con los que consigues atarle a la entidad durante unos años. Pero lo más honesto sería que, cuando alguien se acerca a la sucursal, el banco le explique la verdad, que ahora no es un producto adecuado para obtener rentabilidad y que, si eso es lo que busca, hay que asumir algo de riesgo.

"La gente tiene que quitarse de encima el síndrome de Estocolmo bancario"

P: Entonces… ¿mejor dejar el dinero debajo del colchón?

R: Siempre hay que tener un colchón de capital para hacer frente a los imprevistos. Pero eso debería ser solo una parte del ahorro. El resto, tendría que estar invertido en los mercados a largo plazo. Es la única manera de conseguir rentabilidad. 

Para la mayoría es complicado, pero desde el sector financiero debemos esforzarnos en explicar a la gente que hay que tener paciencia y aprovechar los momentos de caídas para aumentar posiciones. También es muy importante la aportación periódica. Si una persona empieza a invertir 150 euros al mes desde los 25 años, se jubilaría millonario. 

P: ¿Por qué cree que no terminan de calar estos mensajes entre los clientes?

R: La industria bancaria nos ha hecho creer que la inversión es algo muy complicado. La mayoría piensa “esto no es para mí” y, o no invierten, o dejan todo el poder de decisión en el comercial del banco. Pero nada más lejos de la realidad. La inversión es para todos, no hace falta saberse de arriba abajo los periódicos económicos. Es un problema de cultura financiera. Por parte de los bancos, que no son capaces de fomentarla, y también de los clientes. 

P: ¿Qué le parecen las iniciativas del Banco de España y la CNMV en este sentido?

R: Todo avance para impulsar la cultura financiera es bienvenido. Pero, de momento, resulta insuficiente. Cada vez que se celebra el ‘Lunes de la Educación Financiera’ me pregunto si el consejero del banco que va a dar una charla a un colegio explicará a los alumnos aspectos clave como cuáles son las comisiones de los fondos de inversión y cómo influyen en su rentabilidad, o que muy pocos fondos baten a sus índices de referencia.

P: ¿Qué propone para profundizar en este proceso de mejorar la cultura financiera?

R: Entre otras cosas, educación financiera obligatoria en las aulas. Pero es difícil que el cambio de chip llegue sin que pase, al menos, una generación más. Aun así, creo que la  transformación llegará, aunque sea de una forma más lenta, gracias a estas nuevas generaciones que entenderán que invertir en gestoras independientes o en otras alternativas a la banca tradicional.

También será muy importante el momento en el que la mujer tome de forma definitiva las riendas económicas del núcleo familiar, pues ellas tienen la facilidad de entender mucho mejor la economía y el impacto de las comisiones en la rentabilidad final. 

P: ¿Notan ese cambio de percepción sobre el ahorro en los clientes de Finizens?

R: Sin duda. El año pasado, por ejemplo, fue malo para nuestras carteras, aunque cayeron menos que el mercado gracias a que estaban muy diversificadas. Los clientes aguantaron perfectamente el ‘tirón’ y no salieron en desbandada. De hecho, muchos de ellos aprovecharon las caídas para incrementar posiciones. 

P: ¿Cree que la irrupción de las Fintech y la llegada de MiFID II provocarán un cambio en las prácticas comerciales de la banca? 

R: Hay entidades que con las comisiones de los productos financieros siguen haciendo lo mismo aunque haya llegado MiFID II. Pero hay otros que están tomando otro camino y no me importa destacarlos. Es el caso de ING, que lleva tiempo apostando por la inversión pasiva, al igual que Bankinter con Popcoin o Evo Banco que, entre otros, vende a través de su red productos de gestión pasiva de Finizens

En cuanto  las fintech, el gran reto para el sector sigue siendo demostrar al cliente que su dinero está igual de seguro que en un banco, pero con una experiencia de usuario final mejor. 

"No soy un talibán de la gestión pasiva... también me gustan muchos fondos 'value'"

P: Siempre ha sido un firme defensor de la gestión pasiva, ¿no hay valor en la gestión activa? 

R: Es difícil encontrar fondos denominados ‘de gestión activa’ que superen de forma consistente a su índice de referencia, pero estos productos generan mayor margen a la banca que los de gestión pasiva en términos de ingresos por comisiones. De hecho, en EEUU la gestión pasiva supone un 35% del volumen, en Europa se acerca al 20% y en España no pasa del 2%. 

Aun así, no soy ningún talibán en este tema. Por ejemplo, me gusta el concepto ‘value’ porque, en el fondo, se parece a la gestión pasiva en su estrategia de huir del ruido del mercado. Firmas como Cobas AM, Buy & Hold o Magallanes Value Investors tienen mucho de esta filosofía de “comprar y esperar” que les da buenos resultados.

En total, en una cartera de fondos, tendría entre un 70% y un 80% de exposición al mercado a través de fondos índice y otro 20% con otros productos. Son estrategias compatibles. Lo que no es normal es que el 80% de los fondos de inversión los distribuyan seis bancos.

P: ¿Un consejo para aquellos que quieren invertir su dinero, pero no saben cómo hacerlo?

R: La clave está en tener una cartera global diversificada. Hay que ‘comprar el mundo’, hacerse con una parte de todas las economías globales. También deben tener claro que, si quieres paz, hay que prepararse para la guerra. Es decir, si quieres rentabilidad, tienes que asumir volatilidad.

Los inversores deben conocer las comisiones que pagan por sus productos. Tener una cartera de bajo coste es casi tan importante como apostar por el largo plazo olvidándose del ruido del mercado. La gente tiene que entender que, como mínimo, una inversión hay que mantenerla durante seis o siete años y no tener miedo a que la cartera caiga en un momento determinado. 

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