Publicada

Juan Ramón Lucas (Madrid, 1958) regresa a la primera línea de la actualidad "con la ilusión de un niño". Desde este lunes se asomará a Las Mañanas de RNE.

Aterriza en un inicio de curso político y judicial incandescente, con la polarización como ruido de fondo y con la estabilidad del Gobierno en el aire. Frente a eso, dice llegar a la radio pública con la intención de "romper la barrera de la fragmentación".

Lucas conversa con EL ESPAÑOL a pocas horas de su estreno y defiende sin ambages un modelo de radio pública que, advierte, "no es la radio del Gobierno", sino la de los ciudadanos.

Su intención en el nuevo programa es crear un espacio donde impere la "neutralidad, que no es lo mismo que la equidistancia" y donde la única brújula sea la que ha guiado sus cuatro décadas de carrera: "Ante la duda, haz periodismo".

Este lunes se enciende la luz roja a las seis de la mañana... ¿Cómo están los ánimos en esta vuelta a Radio Nacional 18 años después de tu salida de En Días Como Hoy?

Con nervios, pero con la ilusión de un niño. La verdad es que tengo muchas ganas. Una energía positiva que me hace superar todos los problemas que tiene un ajuste como el que estamos abordando para cambiar el esquema de Las Mañanas de Radio Nacional.

Estamos trabajando con muchas ganas. Esa ilusión es lo que nos mueve ahora mismo.

¿Veremos muchos cambios en las mañanas de Radio Nacional?

Hay una vocación de continuidad en el sentido de seguir haciendo radio pública. El gran cambio es el tono y la personalidad de quien va a hablar y quien dirige esto, que soy yo.

Tengo una visión de la radio pública vinculada al compromiso con la gente y a la neutralidad, que no es lo mismo que equidistancia. Al mismo tiempo, el hábito de comunicación que uno ha desarrollado en cuatro décadas, que es buscar la cercanía, propiciar el diálogo, escuchar mucho a la gente, a los oyentes y entre todos, construir un programa vivo.

Un espacio que no va a descubrir nada nuevo, solo un corazón que late a un ritmo distinto del que estaba latiendo y con más cercanía y aproximación al mundo real, que es lo que siempre me ha movido y mucho más cuando he estado en la radio pública.

¿Habrá algo de aquellas mañanas que presentó en RNE hace algo más de una década?

La esencia sí, pero hay que tener en cuenta que ha cambiado la sociedad, ha cambiado el país, ha cambiado la política, ha cambiado la comunicación y todo eso tiene que estar presente.

Es decir, cuando yo hacía radio hace 15 años no existía el desarrollo, la presencia de tanta relevancia social como tiene ahora la inteligencia artificial. Eso es un tema que es una preocupación de la sociedad y creo que es un territorio en el que una radio pública tiene que estar.

Con vocación didáctica y con vocación también de escuchar un mundo en el que, en la comunicación, sobre todo las últimas generaciones, que se llama Generación Z, la gente más joven está poniendo sobre la mesa criterios, baremos y formas diferentes de comunicación y uno tiene que atender a eso.

La radio pública no puede aspirar a ser la radio de los más jóvenes ni, te confieso, tener la ambición de captar al público más joven, pero sí de entender cuáles son sus razones, qué pasa, por qué están abandonando los medios convencionales, qué es lo que piden, qué se les da y un poco escucharles.

Y luego hay que intentar que en ese otro territorio de compromiso de la radio pública haya una neutralidad en las opiniones. Sobre todo porque la radio pública no tiene opinión. Entonces, su neutralidad es fundamentalmente su capacidad de dar voz a todo el mundo.

Ahora bien, neutralidad no es equidistancia. Yo no puedo ser indiferente ante los abusos, ante las agresiones, ante las matanzas, ante el genocidio, ante el maltrato, ante la violencia contra la mujer.

Eso también va a estar presente y en una sociedad fragmentada vamos a intentar romper barreras. Eso también es compromiso y obligación de la radio pública.

¿Cómo se hace radio pública en una sociedad polarizada en la que o eres de izquierda o eres de derecha?

Renunciando al margen comercial del posicionamiento, porque es algo que resulta muy comercial.

Yo quiero ser una alternativa al ruido, y eso hará que a lo mejor me cueste más. Pero, desde luego, mi aspiración es romper esa barrera de la fragmentación y ser el sitio donde todo el mundo puede hablar y se reconozca ahí.

La radio pública no puede aspirar a ser la radio de los más jóvenes ni, te confieso, tener la ambición de captar al público más joven

Están surgiendo voces que critican el giro de Radio Nacional para acercarla a una línea más gubernamental. Una acusación que también se hace sobre TVE.

Siempre te van a acusar de estar con el gobierno, pero eso a mí no me afecta.

Francamente, no me preocupa que digan que puedo estar del lado del gobierno o que puedo estar del de la oposición.

Seguramente es más fácil ahora que digan que estoy con el gobierno, pero yo creo que cualquiera que conozca mi trayectoria sabe perfectamente que me han dado de un lado, que me han dado de otro y que encajo muy bien porque yo hago lo que creo que tengo que hacer, honestamente.

Además, hay que recordar que la radio pública es neutral. Que no es la radio del gobierno. Es la radio de los oyentes, la radio de los ciudadanos.

Te diré algo más. Yo sigo teniendo las mismas instrucciones que tuve cuando estuve aquí en el año 2007: hacer periodismo, hacer la mejor radio posible. No tengo ningún condicionante de tipo político, te lo aseguro.

¿Se puede hacer periodismo desde la radio pública?

Se puede hacer periodismo desde la radio pública. Se debe hacer periodismo desde la radio pública. En el momento que yo no pueda hacer periodismo desde la radio pública, me iré de aquí.

Luis Fernández, que era el presidente de la corporación con el que vine yo aquí en el año 2007, decía: "Ante la duda, haz periodismo" y yo sigo teniendo esa máxima y la sigo manteniendo aquí y mis jefes me dicen con otras palabras lo mismo: "Ante la duda, haz periodismo".

¿Cuáles son los grandes temas en los que se va a centrar el programa en sus primeras semanas

Tenemos un contexto político-parlamentario complejo y una situación en la que la presencia de las cuestiones judiciales en la política van a marcar buena parte de la agenda. Además, esto último coincide con la apertura del año judicial

Habrá que seguir eso, y también de lo que ha sucedido con los incendios y todo lo que han provocado. El desastre medioambiental y humano que se ha provocado en estas últimas semanas, que ha llegado como incendio político del que habrá que estar pendientes.

Yo creo que el curso va a empezar con la estela de estos incendios, va a seguir con la cuestión judicial, se va a mantener con los problemas de estabilidad parlamentaria y probablemente para mí, al menos, la gran expectativa es en qué medida se va a cumplir la promesa del presidente del gobierno de presentar presupuestos generales del Estado este año.

¿Si no hay presupuestos tendremos elecciones o Sánchez podrá aguantar hasta el 27 con presupuestos prorrogados?

Mi capacidad de análisis político no llega hasta esa predicción, ¿no? Pero creo que sería muy saludable para todos que este año sí hubiera presupuesto. Claro que sí.

La radio pública tiene dos grandes problemas: el envejecimiento de su audiencia y su falta de influencia, ¿cómo los van a afrontar?

Luis Fernández, que era el presidente de la corporación con el que vine yo aquí en el año 2007, decía: "Ante la duda, haz periodismo"

La radio no puede ni debe ser revolucionaria porque por definición no puede encabezar un cambio brusco.

Mi objetivo es mantener la audiencia actual y recuperarla entre esa gente que quiere vivir en un mundo en el que se pueda volver a hablar, en el que las opiniones no impliquen insultar al que no piensa como tú, en el que no se confundan opiniones con insultos.

Un mundo en el que que la cultura del tuit sea sustituida por una aspiración al diálogo. Creo que hay mucha gente que desearía una comunicación pública así y espero poder captarlos.

Si logramos crecer, seguramente se captará un público más joven.

Cuando se anunció el cambio de toda la programación de Radio Nacional, hubo malestar entre la plantilla porque la mayor parte de las nuevas caras venían de fuera. ¿Se ha conseguido revertir la situación?

Yo, desde luego, no he encontrado desconfianza, he encontrado un cierto cansancio. Cansancio que también exige un cierto cambio.

En los medios también hay ciclos, y este es uno nuevo sobre el que es cierto que hay gente que ha expresado sus reservas y sus cautelas.

Sigue habiendo personas que cuestionan, y tienen sus motivos, los cambios que se han producido. Pero yo honestamente creo que si estimamos que esto es un cambio de ciclo necesario en este momento, me parece que los mimbres que tenemos para construir este cesto están muy bien.

Mi objetivo es mantener la audiencia actual y recuperarla entre esa gente que quiere vivir en un mundo en el que se pueda volver a hablar,

Mi opinión personal es que los compañeros que van a hacer otros programas, como Rosa Molló, David Cantero, Isabel Gemio, vienen con ganas, como los compañeros de deportes.

En mi caso yo tengo un compromiso con esto y si me salen bien las cosas, fantástico. Y si me salen mal, pues qué le vamos a hacer, ¿no? Pero a estas alturas de mi vida profesional no tengo que demostrarle nada a nadie, ni siquiera a mí mismo.

En su anterior etapa durante En días como hoy recuerdo que en el estudio siempre estaba presente un diccionario de la Real Academia, ¿va a seguir presidiendo el programa?

(Risas) Qué bueno, tío, me alegro que me hagas esa pregunta. ¡Naturalmente! Te voy a hacer una confesión.

Es verdad que en Internet tienes el diccionario de la RAE y va mucho más rápido que el libro. Pero el libro me permite que cuando tengo que buscar alguna palabra puedo pasear por el diccionario e ir descubriendo otras.

Estará presente en la sintonía de Radio Nacional como también lo va a estar la armónica, que en mi primera época no estaba.

Es un instrumento al que me he asomado y que me gusta mucho, que estoy aprendiendo a tocar, y que estará presente en las tertulias como una bandera suave para advertir a la gente de que está acabando su turno o está encendiendo demasiado el debate o no está dejando hablar a los demás.

El diccionario y la armónica serán elementos singulares de un concepto de radio que tiene también que jugar, porque yo quiero seguir jugando.

¿Va a tasar el tiempo a tus colaboradores?

De alguna manera... No tengo reloj, pero todos sabemos cuándo uno se pasa y cuándo no, cuándo aburre o está yendo donde no debe...

Yo voy a dejar hablar, siempre he dejado hablar. También voy a defender al que en un momento yo pueda ver que está siendo apabullado por el otro.

No hay que olvidar que la radio es también, igual que la tele en todos sus ámbitos, incluso informativo, espectáculo y se concibe como tal.

A estas alturas de mi vida profesional no tengo que demostrarle nada a nadie, ni siquiera a mí mismo

La radio para mí sigue siendo diversión en todos sus ámbitos. La radio es fundamentalmente emoción, mucho más que ningún otro medio.

Pero yo quiero divertirme haciendo radio y emocionarme y emocionar a la gente cuando llegue el momento. La risa, la diversión no deja de ser una emoción grata y también enriquecedora.