Más allá del combate bélico, cuando tiene lugar un enfrentamiento como el de Rusia y Ucrania hay una batalla de especial interés en la escena geopolítica: la del relato. La narración del conflicto, al margen de la victoria sobre el terreno, resulta esencial para sumar apoyos, mantener intereses y moldear conciencias. En esta lucha, los misiles son menos efectivos que un arma más 'letal', la desinformación.

A pesar de que, tal y como aseguran los expertos consultados, la propaganda ha sido una variable que ha estado presente en las guerras e invasiones a lo largo de toda la historia, ahora el exceso de información y las redes sociales provocan que la mecha de la mentira incendie el panorama mediático en cuestión de segundos. Es en esta inmediatez donde Putin habría encontrado un filón para limpiar la imagen de su país.

En las últimas semanas han sido numerosos los bulos detectados en medios rusos y redes sociales por verificadores internacionales. Las webs dedicadas al fact checking como Maldita.es han elaborado listas infinitas con diferentes informaciones falsas vertidas con el fin de justificar las acciones del ejército de Vladimir Putin.

Una campaña ‘a priori’

Según explica a EL ESPAÑOL-Invertia el profesor de Periodismo de la Universidad de La Laguna, Samuel Toledano, Rusia tiene un claro objetivo más allá de la victoria cuerpo a cuerpo: “Influir en la opinión pública” para “ganar el relato de lo sucedido”.

Para ello, los de Putin habrían comenzado a poner toda la carne en el asador mucho antes de que estallara el conflicto. “Desde semanas antes de la invasión se fue preparando el terreno mediático, llegando incluso a lanzar públicamente que se estaba produciendo un genocidio”, recuerda Toledano.

Esto es a lo que muchos expertos en la materia se han referido como una “campaña sostenida de desinformación” que llevaría preparándose durante más de una década. Esta estrategia comunicativa habría contado con los medios rusos como principales aliados y con la era digital como contexto ideal para su desarrollo.

Algunas de las ideas que se intentaron difundir meses antes del conflicto a través de estas vías pasan por mostrar una falsa defensa armamentística de Ucrania en la zona del Donbás e incluso sostener que se está llevando a cabo la construcción de una base de la OTAN en la exrepública soviética.

Victimización

Cabe recordar que años atrás ya se dieron casos de difusión de bulos con los que se pretendía victimizar a la gran potencia como la falsa crucifixión de un niño en el Donbás a manos de ucranianos.

Aunque algunas de esas informaciones resultaban más fáciles de ‘cazar’, otras fueron especialmente complicadas de identificar por su potente elaboración audiovisual o la inclusión de datos objetivos descontextualizados. En este sentido, las redes sociales hacen un flaco favor a la verdad.

Guerra en ‘Tik Tok’

A través de TikTok un usuario grabó desde su coche el avance de las tropas rusas por Ucrania, otros aviones de guerra sobrevolando su ciudad… Ni una guerra es capaz de frenar la obsesión por la exposición total de la vida. Esto provoca que cueste mucho más filtrar el contenido real del bulo.

Toledano explica que la era de sobreinformación actual favorece a que este tipo de campañas digitales tengan un mayor efecto sobre la población.

“Los medios de comunicación siempre han sido un referente, hubo una época en la que tenía mayor soltura para preparar información de calidad (...) Ahora han tenido que salir a competir con las redes sociales y la actualidad va dando saltos sin profundizar en ciertos temas”.

“La capacidad para caer en la desinformación es inmensa porque no tenemos ningún referente”, comenta el profesor. Twitter o Tik Tok cada semana cuentan con un tema estrella, muchas opiniones, pero pocas que aporten verdadero valor al usuario.

“Lo peor de este asunto es que en la mayoría de las ocasiones esto depende de un algoritmo y la cascada de publicaciones nos llega de forma pasiva”, concluye.

La conocida como ‘cámara de resonancia’ provoca además una polarización de las opiniones mucho más inmediata. “Los algoritmos al final te van dando lo que quieres escuchar en función de tus búsquedas y tus gustos. Esto impide valorar otros puntos de vista y polariza la opinión de los ciudadanos en asuntos tan serios como una guerra".

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