Las claves
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Hay lugares que parecen pensados para detener el reloj. El Eurostars Grand Cayacoa 5*, en la espectacular bahía de Samaná, es uno de ellos. Situado en lo alto de una loma que domina el mar y rodeado por la vegetación tropical del norte de República Dominicana, este resort de inspiración colonial ofrece mucho más que una escapada: es una invitación a reconectar con la calma, la naturaleza y el placer de los pequeños momentos.
Sus instalaciones se abren al paisaje como si siempre hubieran estado ahí. Desde las terrazas panorámicas y las piscinas infinitas, el horizonte se funde en un lienzo de tonos azules y verdes donde el mar, el cielo y la selva se confunden sin esfuerzo. El hotel cuenta además con acceso privado a una playa casi secreta, a la que se desciende por un ascensor enclavado en la roca. Abajo espera un rincón de arena blanca y agua cristalina, perfecto para rendirse al sabor de una piña colada y dejarse mecer por el ritmo pausado del Caribe.
Bienestar y naturaleza en armonía
El Eurostars Grand Cayacoa ha sido diseñado pensando en el descanso, pero también en quienes disfrutan de la vida activa al aire libre. Su spa invita a entregarse a tratamientos relajantes, mientras que las piscinas, terrazas y zonas de solario crean una atmósfera que combina lujo y cercanía. Los más aventureros pueden optar por practicar snorkel, kayak o paddle surf, o sumarse a una partida espontánea de vóley playa con el mar de fondo. Todo está concebido para fluir sin prisas, con el objetivo de que cada huésped encuentre su propio ritmo.
Muy cerca, la bahía de Samaná ofrece uno de los espectáculos naturales más impresionantes del Caribe: el avistamiento de ballenas jorobadas. Entre enero y marzo, cientos de ejemplares llegan desde el Atlántico norte para aparearse y dar a luz en estas aguas templadas. Desde los miradores del hotel, los huéspedes pueden contemplar el salto de estos gigantes marinos sin moverse de su terraza, una experiencia difícil de olvidar.
Gastronomía que celebra la esencia del Caribe
La experiencia del Grand Cayacoa no se reduce a sus paisajes. La gastronomía tiene un papel protagonista. En el restaurante Vista Bárbara, la cocina mediterránea se combina con sabores del trópico y productos frescos de la región, mientras que en Los Cayos, la propuesta internacional sorprende por su creatividad y presentación. La carta cambia al ritmo de las estaciones, y cada plato parece pensado para disfrutar con los cinco sentidos.
Durante el día, los bares del resort —Ocean Beach Bar y Azúcar Pool Bar— se convierten en refugios perfectos para saborear un cóctel refrescante junto a la piscina o brindar con una copa bajo la luz dorada del atardecer. Al caer la noche, el ambiente se vuelve más íntimo: cenas a la luz de las velas, música suave y el rumor del mar acompañan cada conversación.
Un escenario para momentos inolvidables
Para quienes buscan celebrar la vida, el Eurostars Grand Cayacoa también ofrece espacios diseñados a medida. Su gazebo, suspendido sobre la bahía, es uno de los lugares más románticos de toda Samaná. Allí se organizan bodas, banquetes y eventos privados que se desarrollan con el mar como testigo y la brisa como aliada. Cada detalle se cuida al milímetro para que las celebraciones sean perfectas, irrepetibles y profundamente personales.
Las habitaciones reflejan la elegancia y el espíritu del Caribe colonial. Amplias, luminosas y con balcones orientados al mar, ofrecen vistas ininterrumpidas del paisaje. En ellas, la brisa tropical se cuela por las cortinas y la sensación de desconexión es inmediata.
Un destino para escribir nuevas historias
Hay quienes llegan al Eurostars Grand Cayacoa buscando unos días de descanso y acaban marchándose con mucho más: recuerdos, sensaciones y una nueva perspectiva del tiempo. Amaneceres sobre la bahía, tardes de snorkel, cenas bajo las estrellas o simples paseos al atardecer por los jardines tropicales se convierten aquí en los capítulos de una historia personal.
En un mundo que se mueve deprisa, lugares como este recuerdan la importancia de detenerse, respirar y mirar alrededor. El Grand Cayacoa no solo invita a unas vacaciones diferentes; propone una experiencia completa, emocional y sensorial. Tal vez por eso, quienes lo descubren suelen prometer volver.
