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Veranear en España es cada vez más caro y no apto para todos los bolsillos. En una década, los precios hoteleros se han disparado casi un 60% en nuestro país provocando que los españoles tengan que reducir días para poder disfrutar de un merecido descanso o que incluso cueste lo mismo viajar a Mojácar (Almería) que al Caribe.

Actualmente, el precio medio de una habitación de hotel es de 118 euros, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) correspondientes al mes de mayo de 2025 (último dato publicado).

Aunque este dato varía en función de la categoría del establecimiento y del lugar. Así, la tarifa media más alta es de 285 euros para los hoteles de cinco estrellas, de 121,4 euros para los de cuatro y de 89,9 para los de tres. Y el punto turístico con mayor ADR es Marbella, con 235 euros.

Estos precios distan mucho de los registrados antaño. Si echamos la vista atrás, concretamente a mayo de 2016, la facturación media diaria de los hoteles por cada habitación ocupada (ADR) fue de 74,1 euros. Es decir, en diez años se ha incrementado un 59%.

Un dato alarmante que responde a la situación vivida en los últimos años. Es decir, es consecuencia de la crisis de inflación que desde el 2022 ha disparado los precios en general y, especialmente, en el sector turístico.

Si bien es cierto, durante esta década no se ha producido una escalada continua de los precios. La culpa de ello la tiene la pandemia de la Covid que paralizó a la industria turística y frenó los viajes durante 2020.

En 2021 fue cuando se empezó de nuevo a viajar. En ese año encontramos que la noche de hotel costaba de media 75,9 euros, sólo un poco más que en 2016 y por debajo de 2019 (82,6 euros).

El año 2022 ya registra aumentos importantes hasta los 95,3 euros de tarifa media. En 2023 supera los 100 euros y en mayo de 2024 llega a los 112 euros.

Datos que se elevan incrementan entre 10 y 30 euros en los meses de junio, julio y agosto.

Moderación en precios

Si bien es cierto, este 2025 asistimos a una moderación en el crecimiento de los precios hoteleros. “Vemos más movimientos de última hora para reservar a través de promociones”, señala Jorge Marichal, presidente de la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos (Cehat).

Algo que, en su opinión, se debe a que “la estabilización de la demanda hace que el precio no se dispare tanto”.

Por ejemplo, el precio de los vuelos internacionales cae un 0,9% en el mes de mayo con respecto al mismo periodo del año anterior, mientras que los vuelos nacionales sólo suben un 2,4%.

Los paquetes turísticos nacionales registran un descenso del 3,3% y los internacionales suben un 4,3%, según datos del INE.

No obstante, asistimos también a un momento “raro” que hace que el sector mire con incertidumbre el impacto en el precio del petróleo de los ataques de EEUU e Israel a Irán.

“Si se dispara el precio del petróleo podría ocurrir que las aerolíneas subieran el precio de los billetes de avión, por ejemplo”, afirma Marichal. Por ello, asegura que es aventurado dar cifras de aumento de precios en este contexto.

Asimismo, la duración de las vacaciones se reduce cada vez más. Por varias razones. La principal es el precio. Según datos de Destinia, la estancia media de los españoles ha bajado en un día, de 5 a 4, como medida para poder asumir el aumento de precios sin renunciar del todo al descanso estival.

La otra razón es la desestacionalización del periodo de vacaciones. Es decir, “tenemos menos días de vacaciones en verano, pero más a lo largo del año”, apuntan desde la patronal hotelera.

La paradoja de viajar en España

Esta situación de precios disparados ha dado lugar a una paradoja: es posible encontrar viajes al extranjero que igualen o incluso mejoren las condiciones y precios de unas vacaciones similares en España, señala Beatriz Oficialdegui, directora de Marketing de la agencia Destinia.

Por ejemplo, una semana en un hotel de 4 estrellas en primera línea de playa en Mojácar puede costar lo mismo o más que una escapada al Caribe con características similares.

Hoteles Barceló en El Caribe.

A pesar de ello, el factor económico pesa en la decisión de cruzar los límites de nuestras fronteras. “Los españoles prefieren quedarse en el país y reducir noches para mantener el presupuesto bajo control”, indican desde la agencia de viajes online.

Este comportamiento se refleja en una caída del 7% en las reservas al extranjero respecto al año anterior, según sus datos.